“Hace poco mas de 20 años comencé este viaje en el tiempo, tras la pista de composiciones musicales o literarias con las que me sintiera identificada, con las que pudiera expresar todo lo que siento, lo que pienso, lo que aspiro, lo que me acongoja… He encontrado maravillas en el siglo XIII, XVI, XIX que, aunque lejanas en el almanaque, permanecen vigentes hoy. He sido feliz en este andar, y vivo de compartir esa felicidad con quienes también la necesitan, como ustedes”.
Jaramar ya antes nos había cautivado con cinco temas a los que quisimos conocerla allí, en el Teatro Mella, durante el concierto programado en el intenso y variado programa del Festival Les Voix Humaines. Canciones ricas en una melodía inspiradora y poética transparente nos pusieron cerca de Sor Juana Inés de la Cruz; de Luis de Góngora; de Alfonso X, el Sabio; de Florencia Pinar…
Ella se dejaba llevar por los acordes de la guitarra eléctrica de Juan Castañón, de la guitarra de Luis Javier Ochoa, del contrabajo de Carlos Sánchez, de la batería de Luciano Sánchez y del clarinete y el saxofón de Nathalie Braux. Movía los brazos, desandaba descalza el escenario y su pequeña pandereta en sus manos arrancaba lujuria a ratos, angustia, desasosiego, calma…
Poco probable que alguien de los asistentes hubiera tenido antes la posibilidad de disfrutar en vivo de estos cantos sefardíes, del México virreinal y de la Europa medieval multicultural y multiétnica. Algunos de sus temas, de autores desconocidos… En francés antiguo o en lenguas provincianas... “Y es que el rescate de lo tradicional, de lo autóctono de diferentes naciones, de lo que un día fue considerado obsceno y profano, es lo que me motiva a seguir investigando y viajando en el tiempo”.
Jaramar cree en el amor de diferentes colores y sabores, en el amor que se reprime pero que crece, en el que se comparte a pesar de todo. Cree en el amor mal visto, y en el que se ofrece a plenitud. “Todo lo que nos haga sentir amor por los otros y por las cosas lindas que nos rodean, merece ser cantado y escrito. Por eso ha sido mágico encontrarme con textos olvidados, y con otros que han trascendido las barreras del tiempo, demostrando que los sinsabores son los mismos hoy que en siglos pasados, cuando las mujeres amaban en silencio y no tenían siempre la paz en sus hogares con sus maridos”.
El No a la violencia contra mujeres y niñas se escuchó en la voz de esta mujer ataviada de rojo y negro en la noche del martes último, y fue enriquecedor para todos que se despertara el bichito de la curiosidad. ¿Cuántos de los que aplaudimos y voceamos ¡Otra, otra! al terminar el concierto no queremos ahora saber más del quehacer de dos décadas de Jaramar en el rescate de canciones que se mueven Entre la pena y el gozo? “Ese es el titulo de mi primer atrevimiento discográfico y que hoy, luego de alrededor de 14 álbumes, sigue siendo la mejor manera de resumir los sentires de mujeres y hombres de siglos pasados, perfectamente reconocibles en la actualidad en cualquiera de nosotros.
”Les agradezco su presencia aquí porque para decir lo que hay que decir y tocar el corazón es mejor hacerlo acompañada, con la música y con ustedes”. No se resistió ante los aplausos que clamaban su vuelta a la escena, y arrancó ovaciones con nuestro Ay, amor, y la tradicional La Llorona.
Los miedos, las frustraciones, el amor, el goce son sentimientos que van junto a los hombres y las mujeres desde el comienzo de nuestra existencia en la tierra, pero cantarlos así, conectando los tiempos y las latitudes, no es cosa fácil. Que Jaramar pueda hacerlo así, de una manera magistral, conmueve. Nos hace tambalear entre la pena y el gozo.
Entre la pena y el gozo, Jaramar en Cuba
La mexicana cantó al amor en temas sefardíes, medievales y virreinales, y probó que desde hace siglos los sentimientos ya necesitaban sacarse del cuerpo...
0 comentarios
229 votos
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.