martes, 24 de septiembre de 2024

El Libertador: un Bolívar de carne y hueso.

La película se presenta como un viaje a través de la tormentosa vida del gran revolucionario y líder militar latinoamericano que fuera Simón Bolívar...

Yeneily García García en Exclusivo 03/01/2014
2 comentarios
Filme El Libertador
Cinta venezolana "El Libertador", de Alberto Arvelo, protagonizada por Edgar Ramírez.

Proyectada como parte de las presentaciones especiales del 35 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, el largometraje venezolano El Libertador llegó a Cuba de la mano de su director, Alberto Arvelo, en una suerte de adelanto de lo que será un estreno simultaneo en varios países de América Latina, previsto para mediados del año próximo.

La película se presenta como un viaje a través de la tormentosa vida del gran revolucionario y líder militar latinoamericano que fuera Simón Bolívar. Un hombre que tuvo la visión de una América unida, libre de las cadenas del colonialismo español.

Basada en un guión de Timothy Sexton, la cinta se anuncia como una ambiciosa superproducción –con un presupuesto estimado en 50 millones de dólares-, está protagonizada por un elenco internacional en el que sobresalen Édgar Ramírez, Danny Huston, Gary Lewis, María Valverde, Imanol Arias y Juana Acosta y la bansa sonora está a cargo del famoso director Gustavo Dudamel.

Cubahora conversó en exclusiva con su director, Alberto Arvelo, quien comentó aspectos de la filmación, las dificultades de captar en el celuloide a una figura de la dimensión de Bolívar, de humanizar su persona y la satisfacción de traer este filme a La Habana, en la tercera exhibición mundial de la película.

- Cuéntenos sobre El Libertador y el porqué de otro largometraje sobre Simón Bolívar.

La película es de estos proyectos donde el titulo lo dice todo: El libertador. Y yo creo que tiene que ver con esta deuda que de algún modo la cultura y el cine latinoamericano tiene con Simón Bolívar. Este año se han estrenado de hecho tres películas venezolanas que tocan por tres flancos el tema de El Libertador, todo en una forma muy coherente, porque justamente estamos a 200 años de la saga de Bolívar y se necesita profundizar más en su figura, en su obra, su legado.

Ha sido un viaje extraordinario, para mí y para el equipo. Fue una coproducción venezolana, española, alemana, hubo varios países involucrados y quisimos hacer una interpretación de todo el universo de Simón Bolívar desde nuestra óptica latinoamericana, desde la energía, el ritmo, la musicalidad latinoamericana.

Hablar de Bolívar es hablar de América Latina. Hablar de Bolívar es hablar de la cohesión latinoamericana y para ser consecuentes y coherentes con ese tema tratamos de que fuera así, y sobre todo he tratado siempre de mostrar al hombre, al ser humano.

- ¿Cuán difícil fue retratar a una personalidad de ese calibre sin caer en el encartonamiento y llevarlo a una dimensión mucho mas humana?

Eso fue una de las cosas más complicadas de este proyecto. Tengo que decirlo, porque así pasa cuando quieres hablar de estos hombres que se terminaron convirtiendo en mitos, incluso durante su propia vida. Al final de cuentas uno no quiere contar la historia del héroe de las esculturas, de los lienzos.

Uno quiere sacarlo de los museos y mostrar al hombre de carne y hueso, mostrar al hombre que temía, que le gustaba bailar, comer chocolate. Al hombre de verdad que es al que queremos ver y apartarse de la retórica del cine histórico, de ese discurso flemático para mi era muy importante y buscamos siempre eso, adentrarnos en el personaje, en sus soledades y sus miedos.

Un hombre como Simón Bolívar es un hombre hecho de alguna manera de muchas soledades, mucha carencia. Perdió a su padre a los tres años, a su madre a los nueve, se casó a los 18 y su esposa murió nueve meses después. Es una historia también de carencias. Terminó siendo de América Latina, esa terminó siendo su familia y eso tiene que ver con su propia entrega.

¿Y encontrar un actor que lo interpretara?

Fue muy complicado. Tiene que ver mucho con la energía. Yo vi en Edgar Ramírez, este maravilloso actor que ha trabajado conmigo en otros proyectos como Cyrano Fernández; una tremenda energía, una cosa brillante que era perfecta para este personaje.

Es muy interesante, porque tenemos a otra película interesante que habla sobre Bolívar, llamada (Bolívar) El hombre de las dificultades, que tiene una interpretación brillante de Roque Valero, distinta. Es muy bello porque creo que de algún modo, a través de todas esas interpretaciones uno empieza a quitar esas corazas de historia vacua y empieza a parecer el ser humano.

El trabajo fue difícil y nos lo tomamos con muchísima fuerza, muchísima integridad, el llegar a Bolívar. Edgar se leyó las más importantes biografías de Bolívar, hizo los más importantes recorridos, lo tomó como una cosa de vida.

- ¿Qué diferencia a El Libertador de otras películas sobre la misma figura?

Son visiones distintas, todas con mérito y necesarias además. De hecho se debería hacer más. Es como lo que sucedió con la Guerra Civil Española: para poder realmente entender ese fenómeno hubo que aproximarse a él varias veces desde diferentes miradas.

Hay seres humanos no pueden ser tratados en una sola película. Pasó lo mismo con Lincoln, con Gandhi, esos grandes hombres necesitan de muchos esfuerzos y de muchas interpretaciones.

Me parece que es este caso, cada película es una forma de ver las cosas, como cada obra de arte es una manera de interpretar el mundo.

El tema de la historia es recurrente en la cinematografía, quizás como una manera de revisarnos a nosotros mismos para avanzar al futuro. Háblenos de las locaciones, el vestuario, el trabajo de recreación de la época…

Fue difícil y nos lo tomamos con mucho rigor. Entre otras cosas porque le queríamos regalar al espectador ese viaje a los comienzos del siglo XIX. Queríamos ofrecerle al público latinoamericano esa posibilidad de ver nuestra América Latina realmente de una manera vívida y eso solamente se logra si tienes cuidado eso pequeños detalles, que el vestuario sea el que tiene que ser, que sientas que hay realidad, que hay verdad allá atrás.

Una vez más necesita uno apartarse de las convencionalidades de la historia para poder tocar la realidad. Todo el tema del vestuario, de la recreación de la época se hizo con muchísima investigación, pero también evidentemente con nuestra propia interpretación.

Sólo por comentar algo, incluso habiendo estudiado Historia del Arte no tenía conocimiento de cómo era esa Caracas de comienzos de siglo XIX y me la imaginaba como hoy nos imaginamos que era esa época: casas blancas, de techos de tejas, la convención colonial.

Resulta que Caracas era muy distinta en esa época. La gente empapelaba, por decirlo de alguna manera; las paredes con telas y gobelinos para darle color, una cosa tremendamente tropical y sensual, que no está en el imaginario colectivo. Era una ciudad llena de música, tremendamente verde, con una cultura en torno a la vegetación y eso nos permitió ir armando esa visión sobre la realidad del siglo XIX.

Incluso el mismo personaje de Bolívar, la imagen que uno tiene de él es una generada tres, cuatro décadas después de su muerte. El Bolívar que uno imagina cuando lo mencionan es uno hierático, que no tiene nada que ver con un hombre que tenía usualmente el pelo largo, que tenía barba, que era increíblemente informal, que casi nunca usaba los trajes de gala como los que lo vemos en los lienzos, que andaba en alpargatas, que andaba descalzo, sin camisa muy pocas veces.

No tiene nada que ver ese Bolívar despeinado y de barba, con el que uno se imagina. Que es posterior, que no es real, que son interpretaciones tan imprecisas como pueden ser las nuestras dos siglos después y entonces todo eso forma parte de la búsqueda que fue ese viaje al pasado de El Libertador.

- La película no se ha estrenado en Venezuela…

La terminamos de estrenar en julio de este año. Se estrenó en el Festival de Toronto, en el de Morelia hace un par de meses, y esta es la tercera exhibición pública de El Libertador. El público cubano es muy especial y de verdad nos hacía mucha ilusión traerla aquí. Me encnta la forma en que el cubano se sumerge en los filmes y los vive intensamente.

A la cinta la estamos guardando con mucho cariño, con mucho recelo para el estreno venezolano, entre otras cosas porque estamos logrando algo muy bello, que es que vamos a hacer un estreno latinoamericano de la película, por eso no se ha estrenado en Venezuela.

Estamos logrando que la cinta se estrene a mediados del año que viene, simultáneamente en toda Latinoamérica.


Compartir

Yeneily García García

Lectora voraz y artista frustrada, enamorada desde siempre del periodismo de Agencia y ejerciéndolo con plenas facultades desde 2008.

Se han publicado 2 comentarios


Adonis Miál
 13/1/14 17:04

Que pelicula tan mala los actores astan para matarlos.

Mario Romero desde FB
 3/1/14 17:02

Una superproducción, sin duda, de no perdérsela. Felicitaciones !

Deja tu comentario

Condición de protección de datos