Un dios de ébano, así lo calificó Fito Páez, con quien compartió escenario durante el Festival Internacional de Cine en Gibara el año pasado. “Cimafunk: the future”, exclamó el argentino cuando lo llamó a escena para juntos interpretar su tema Yo vengo a ofrecer mi corazón. Y muchos quedaron asombrados al verlo allí, o al ver el video en Youtube, porque quizás no se imaginaron que ese también podía ser el registro de este joven pinareño que se ha convertido en un fenómeno musical y con marcada influencia social.
Ciertamente, quienes le hemos seguido la pista desde su incursión con Raúl Paz como corista, en Hoyo Colorado, con David Torrens, Liuba María Hevia, en Los Boys y por supuesto, en Interactivo, hemos apreciado hasta cierto punto sus potencialidades vocales. Aunque él reconoce que no sabe de música, que apenas toca guitarra y bajo para acompañarse en sus composiciones mientras las sueña, lo que no puede pasar desapercibido es la fuerza que trae en su voz. A veces rajada, a veces más potente, a ratos suave y de repente, profunda…Erick Iglesias tiene mucho para dar.
Varios son los artistas que han grabado temas junto a él (David Blanco, Julio Montoro, Nube Roja, entre otros) y no creo que lo hayan hecho solamente para atraer hacia su perfil a aquellos que siguen al nombrado James Brown cubano, sino porque reconocen su talento.
Terapia ha sido su primera carta de presentación, y en Cuba, en Estados Unidos, en Francia y otros escenarios internacionales ha causado furor. Preocupante resulta, a veces, pensar que se acomode a su éxito alcanzado, que no estudie más, que no salga de esa zona de confort que no genere nada nuevo. Afortunadamente, Erick anunció que trabaja en la producción de un nuevo disco, “más pensado y como un proyecto más concreto”. Reveló que trae más groove, más influencias afro (que pululan en su obra), más energía bailable y los textos más underground.
Es negro, es joven, no es capitalino, es irreverente, es impulsivo y es vibrante. Cautiva, conmueve, seduce y pone a bailar. Marca estilos con su ropa, irrumpen sus estribillos en bocas diversas y genera expectativas. Mantengámonos alerta porque hay para más, seguro. Y si no, licra a la mano (como invita el propio Erick) y dispongámonos a disfrutar de otra de sus volcánicas presentaciones, este sábado 17 de agosto en 3era y G, a partir de las 11 de la noche.
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