Dicen que mientras más viejos, más nostálgicos. Puede ser, no lo dudo. Esa añoranza por “los tiempos de antes” parece más dulce, sentimental, íntima. Dicen que llegar a los “ta” es como anotarse a una carrera, barranca abajo y sin frenos. Puede ser también. Lo cierto es que de un tiempo a esta parte me rondan fantasmas con muchos menos años.
Y si es cuando veo la televisión cubana, la añoranza alcanza límites incalculables porque, por ejemplo, mi hija no tendrá las aventuras de las 7 y 30. ¿Se acuerdan de ese espacio inviolable; de Los Pequeños Campeones, del jonrón de Yovani, del bueno de Bienvenido; de Los Papaloteros, de Juani y su hueco en el zapato, de Pedrito, de “corre Cutú, Cutú”; de Los Hermanos, de Lorencito y Tomás, de aquel “a mí nadie me dice lo que tengo que hacer”
A dónde fueron a parar esos treinta minutos que lo detenían todo. Había que mataperrear, hacer la tarea y bañarse antes de esa hora. Y si los padres querían dejar una huella fuerte, solo bastaba una frase: “Estas de castigo, hoy no ves las aventuras”. Si eso definitivamente sucedía, al otro día eras cero a la izquierda en las conversaciones de la escuela.
¿Y los muñes? ¿Dónde están Elpidio Valdés, Cecilín y Coti, Matojo, Chuncha, Guazo y Carburo…? Tengo la impresión de que en unos años poquísimos se acordarán de aquellas frases tan nuestras: “Mientes, rata inmunda”, “¡Qué pescado más flaquito!”, “¿Quién llamaba a Elpidio Valdés? Este que está aquí atrás”, “Hasta la vista, compay”, “¡Qué susto, Josú!”, “Unos, todo lo tienen, otros nada, como yo”, “Sé bueno, indicito lindo”, “Alabaoooo”… ¿Y la calabacita? Bastaba escuchar “Ya la noche se está haciendo vieja…” para saber que al día le quedaban nada más que pocos segundos. Ojo, no hablo de retransmitir y retransmitir nuestros recuerdos, más bien de volver a construir productos televisivos perdurables, entrañables.
Para los más grandes la nostalgia desembarca horas más tarde, cuando la novela de turno no acaba de cuajar, ni mucho menos colarse entre los recuerdos de un país que tan bien ha sabido novelar. Vuelven entonces “Sol de Batey”, “Tierra Brava”, “Cuando el agua regresa a la tierra”, “Pasión y Prejucio”, “El año que viene”; hasta aquel “Doble Juego” que tanto dio de qué hablar. Había de “todo como en botica”, pero casi nadie cambiaba de canal. Es cierto, tampoco había un “paquete” como segunda opción.
Y si la nostalgia se pone exigente, entonces aparecen El Tavo, con su “Propia Guerra”; “Algo más que soñar”, con la terrible muerte de Ignacio y la música de Pablo Milanés, “En silencio ha tenido que ser”, con David, Reinier y La Flaca... Una suma de buen hacer, para su tiempo, para su época, que ni el paso de los años ha logrado opacar.
Por eso, cuando por estos días sesiona la Convención de Radio y Televisión Cuba 2015, me pregunto si se hablará de aquella televisión, de la añorada, de esa que se quedó en el imaginario de millones de cubanos que, dentro y fuera de la isla, encuentran muchos de sus recuerdos sentados frente al televisor.
¿Cuántos mecanismos habrá que ajustar para que al ICRT vuelvan los mejores actores, los mejores escritores, los mejores directores? Ojalá sea esta una pregunta de rápida respuesta, antes de que la sala de cualquier hogar cubano se quede vacía y con ello se esfume ese espacio de reencuentro entre nosotros.
DonMiranda
3/10/19 12:38
Alguien recordará que edad tendría Carlos Gili? Cuantos recuerdos!
Damarys
28/3/16 17:06
Es cierto que es muy bueno recordar espacios televisivos que nos deleitaron tanto como las Aventuras: recuerdo Enrique de la Gardere, El corsario negro, Guillermo Tell, Los comandos del silencio, Juan Quin Quin en pueblo mocho y novelas inolvidables como la joven de la flecha de oro, Doña Bárbara, Ramona, Rosas a Crédito, El rojo y el negro,etc.Que bellos recuerdos y que nostalgia todos los de esa época esperábamos impacientes a que llegaran las aventuras y las novelas y sentíamos cuando por algún motivo no pudiéramos verlos. Que bueno sería poder rescatar esos espacios televisivos que tanto entretienen a los niños.
jose
5/11/15 9:25
De esas mismas cosas hablaba el otro dia con mis hijos en casa, parece que tuvimos en estos dias transmision de pensamientos. y me preguntaba ,con tanta tecnologia y buenos artistas pue existen todavia porque el ICR no ha retomado este espacio tan bonito de aventuras para los muchachos y que lo disfrutan mucho.en ese tiempo se hacia en vivo y quedaba buenisimo. el capitan tormenta ,los comando del silencio,la mascara de hierrro ect. yo recuerdo que cuando empesaba las aventuras en las calles no quedaba un nino. y que me dicen de las novelas de horisontes, la esclava en sus tiempos tambien dejaban las calles vacias hasta los carnavales no empesaban de verdad hasta que se terminaba la novela jajajaj. ahora la gente ven las novelas pero no le prestan mucha atencion , la ven por que es lo unico que se puede ver mas o menos.porfavor piensen en algo bueno para los mas jovenes que no tienen nada que ver en la television. las novelas son para los adultos.tenemos mas recurso y tecnologia que antes , faltan las ganas de trabajar .
alabausesanto
31/10/15 0:54
"La peña del León", con Melesio Capote y su esposa María (Reinaldo Miravalles y Eloisa Alvarez Guedes), En la aventuras, realizadas en vivo, "Los mambises" con Nacho Verdecia y El Teniente Barrientos (Mario Limonta y no recuerdo el nombre del otro actor). "El indio Arimao" ( Carlos Gilí) y un poco más atrás "Sandocan, El tigre de la Malasia". Todo eso en los 60 y en vivo, nosotros éramos demasiado pequeños, La televisión era joven y llegaba por primera vez a un número mayor de personas que jamas pensaron en poderla ver. La añoranza, es verdad que nos hace erizarnos, pero no confundirnos con la calidad, porque aún cuando esos actores eran ya consagrados y lo fueron más aún después, desde ya los comparábamos con los seriales que se ponían los domingos en las mañanas ( hablo de los 60) "Rintintín", Lazi" de factura norteamericana heredada y las actuaciones siempre dejaban mucho que desear cuando de combates se trataba, repito "en vivo". No obstante y todo eso, hoy daría cualquier cosa para poder ver de nuevo al Capitan Nemo aquel de la 20 mil leguas de viaje submarino o al Edmundo Dantés de "El Conde de Montecristo", lanzado dentro de un saco de yute desde las faldas del "Morro de La Habana".
Mariele
30/10/15 9:36
Y los que tenemos aún unos añitos más, recordamos las aventuras de El Zorro, El caballero blanco, El capitán Tormenta, Enrique de Lagardere, etc. En las novelas La Dama de Blanco, El tábano, Ramona, EL Rojo y el Negro, El viejo espigón, Mi Casa Grande, ufffffffff, que nostalgia.
Adolfo
29/10/15 14:34
Todavía recordamos muchos en uno de Elpidio Valdés que después de un toque creo que de trombón un soldado español pregunta ¿qué dijo? y otro responde "clarito, clarito, Retiraaaada" eso aún lo usamos cuando estamos en un lugar que no quisieramos estar y nos ponemos de acuerdo para irnos todos.
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