Autor de clásicos de todos los tiempos dentro del pentagrama musical cubano, a Alberto Vera se deben canciones memorables como: “Pido permiso”, “La vida es siempre mucho más” o “Para sentir amor”, por solo citar tres ejemplos.
Han pasado más de veinte años de su deceso y su nombre continúa escrito en la lista de los imprescindibles dentro de cancionística en la Mayor de las Antillas. Sus temas fueron interpretados por Vicentico Valdés, Moraima Secada, Rosa Fornés, Ela Calvo, Elena Burke, Annia Linares, Mirta Medina, Alfredo Rodríguez, Sergio Farías, Miguel Ángel Céspedes y Los Zafiros, entre muchos otros. Junto a su colega Giraldo Piloto conformó el reconocido binomio autoral Piloto y Vera que legó un amplio catálogo reconocido a nivel nacional e internacional.
Justo en este 2019 se cumplen 90 años del nacimiento del ilustre compositor de música romántica de todos los tiempos. Por eso su hijo Giraldo Vera se unió al productor musical Dayron Ortega, de la Empresa de grabaciones y ediciones musicales (Egrem) para realizar un álbum en homenaje a quien sus allegados le llamaban “papá”, pues durante los años 80 y 90 del pasado siglo no dudaba en apoyar con sus consejos oportunos a las más jóvenes generaciones de artistas.
En ocasión de la efeméride se estrenó el CD Felicidades Papá que cuenta con once temas representativos de lo mejor de su catálogo, ahora con nuevos arreglos musicales que cobraron vida en las voces de Rubén Blades, Pancho Céspedes, Waldo Mendoza, David Álvarez, Leo Vera, Emilio Frías “El Niño”. No podían faltar en el fonograma Omara Portuondo y Beatriz Márquez, quienes hace varias décadas atrás estrenaron y grabaron obras del músico con el sello Egrem.
Todo el proceso de grabación de ese disco fue recogido, en apenas 34 minutos, en un making of con características de documental realizado por la editora Giselle Crespo Alonso y el director Bruno Suárez Romero.
Suárez Romero daba sus primeros pasos en el medio radial entre 1990 y 1996. Allí tuvo la suerte de conocer a Vera poco antes de su fallecimiento. Recuerda que el compositor de Lo que me queda por vivir se había desempeñado como director del Departamento de música en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) y en ese momento era uno de los asesores de la presidencia, encargado de atender directamente el Estudio 4 de grabaciones musicales en la emisora Radio Rebelde.
“Me sirvió mucho lo que vi hacer a Vera y a mi papá, Bruno Suárez de Castro —uno de sus grabadores— para registrar el trabajo realizado desde la producción musical del disco por Dayron Ortega, y todo eso registrarlo en el making of. Esa formación radial me hizo mucha falta para poder entender e interpretar lo que es una producción musical llevada al audiovisual.
“También estuve un poco inspirado en un programa que le hicimos a Vera al año de su fallecimiento. Para ello su viuda María Teresita Sánchez nos dio la posibilidad de ir a su casa, revisar su papelería e investigar en sus registros. No quiso ser entrevistada para aquel programa de radio aquella vez. Tampoco quiso que la entrevistáramos ahora para el making of”.
El realizador explicó que la investigación anterior le sirvió de base para proyectar el nuevo trabajo. Además confesó que otra de sus fuentes de inspiración resultó ser el espacio Vera y sus amigos, conducido por el propio músico. “En ese programa él promovía a las figuras jóvenes y a los consagrados, lo mismo a autores que intérpretes, que laboraban en el Estudio 4 de Radio Rebelde. Me acuerdo de Marieta, Eduardo Antonio, Tania Tania, Leonor Montesinos, Ramoncitín pero también ahí estuvieron Omara y Beatriz. Por eso, en el radio documental que preparamos a un año de la muerte de Vera entrevistamos a muchas de esas figuras”.
Esa fue una de las razones por las cuales Giraldito pensó en él para realizar el making of: “Me parece un justo homenaje a Vera porque fue una persona que promovió mucho las oportunidades no solo para los jóvenes sino para los talentos en sentido general, y como era una gente tan accesible nos dio la posibilidad de estar presentes en los programas que hacía y observar cómo se grababa en estudio un programa musical”.
Bruno afirma que todo ese bagaje cultural lo nutrió y que en parte de lo que ha llegado a ser está presente la semilla plantada por Vera con su quehacer cotidiano. Vale mencionar que el compositor defendió la cubanía desde la música y que en su calidad de jurado en los Festivales Nacionales de la Radio contribuyó de manera notable a la legitimación de varios espacios radiales.
“Creo que deberíamos hacer una especie de colección general para promover la obra de grandes autores y sacarlos a la luz en estos momentos tan enrarecidos que tiene la música y el consumo musical. Este disco vale la pena y va a aportar muchísimo en ese sentido”, concluyó el realizador.
Como bien señaló la musicóloga y productora ejecutiva de la Egrem, Élsida González Portal, durante la presentación del disco “la idea de este material es traer al momento actual la música de todos los tiempos, que siempre será buena, para acercarla a las generaciones más actuales a través de nuevas voces y arreglos novedosos”.
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