Por: Magda Iris Chirolde López
Inquieto. Su mano no hace más que frotar la cabeza, mientras mantiene la vista fija en las hojas impresas sobre la mesa.
Son las 2 y 30 minutos de la tarde del viernes 26 de abril en un aula de la Facultad de Física de la Universidad de La Habana. A su alrededor, otros estudiantes, la mayoría jóvenes que cursan entre el primer y tercer año de la carrera, más algún otro de cuarto y quinto. El tiempo estimado para solventar el examen: hasta las seis de la tarde.
“El físico norteamericano Arthur Ashkin fue galardonado con el premio Nobel de Física de 2018 por sus trabajos pioneros sobre la interacción de la radiación láser con partículas dieléctricas pequeñas, que permitieron desarrollar las pinzas ópticas. Esta nueva herramienta sirve para atrapar y trasladar partículas nanométricas y micrométricas, tales como virus, bacterias, células y partes de ellas, así como manipular átomos y moléculas. El presente problema es una versión simplificada de los fundamentos de esta técnica.
“Un haz de radiación láser en la región visible del espectro incide sobre una lente convergente quelo enfoca hacia un líquido de índice de refracción según se aprecia en la figura”.
Así empieza el problema cuatro: Pinzas ópticas (25 puntos), de la III Olimpiada Latinoamericana y del Caribe Universitaria de Física (OLUF), iniciativa que tiene el fin de promover la Física, estimular a los jóvenes con talento y fomentar el intercambio entre estudiantes y profesores universitarios.
Más de 300 jóvenes de 42 centros educacionales realizaron simultáneamente el examen, con problemas que abarcan contenidos de Física general de nivel universitario.
Como de costumbre, las instituciones de educación superior de Las Villas y la de Oriente están representadas, como también otras universidades de la región latinoamericana; entre ellas México, Brasil, Argentina, Costa Rica, Colombia y Guatemala. La novedad, este año se incorporaron cuatro estudiantes de la Universidad Tecnológica de La Habana (Cujae).
Desde Brasil el profesor y miembro brasileño del comité de la OLUF, Leandro Cristante de Oliveira, expresó su orgullo y complacencia por que se realicen olimpiadas de este tipo.
En su opinión, es el mecanismo de evaluación más neutro para los alumnos de América Latina. Con OLUF pueden comparar sus esfuerzos con universidades brasileñas o con instituciones de otros países en Los Ángeles. “Aun así, OLUF es un evento que mantiene a los estudiantes motivados y enfocados en sus estudios”, refirió el profesor.
También le emociona ver el brillo en los ojos de los participantes premiados cuando reciben sus medallas.
OLUF involucra a profesores para ampliar el conocimiento de los estudiantes, lo cual resulta interesante para ambos. Rodrigo Pelayo Ramos, responsable por la Sociedad Mexicana de Física de la OLUF en México, dijo por Whatsapp que alrededor de 40 jóvenes efectuaban la prueba.
Valoró de significativa la olimpiada, pues a ese nivel de licenciatura son muy pocos los concursos que existen internacionalmente y así, constituye otro método para que los participantes midan su desempeño dentro de la carrera.
“Es una motivación extra. No solo estudiar para vencer materias; es una forma de prepararse para poder resolver problemas diferentes y complejos en un curso normal de licenciatura”, acotó el Doctor Pelayo.
El tiempo es oro; por eso los concursantes buscan estrategias para no perder su concentración. Unos se comen las uñas, otros se frotan las manos, aquel calcula una y otra vez para verificar un único resultado. Todos quieren dar lo mejor de sí. Poner a prueba su intelecto.
Luego habrá que esperar hasta junio para tener los resultados, que en un primer instante son calificados en cada región y luego trasladados al comité organizador, en este caso la Sociedad Cubana de Física y la Facultad de Física de la Universidad de la Habana.
Esperemos entonces. ¡Qué gane el mejor!
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