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martes, 15 de octubre de 2024

Saboreando el bronce

Vencida la barrera de los ocho años, toca multiplicar el amor y defender la aleación de lo que cada quien aporta a este proyecto de vida...

Mileyda Menéndez Dávila
en Exclusivo 15/10/2024
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Saboreando el bronce
De manera oficial, hoy con Jojo saboreamos el bronce y rebasamos la tenaz barrera de los ocho años desde que nos redescubrimos en estos cuerpos-almas. (Jorge Sánchez Armas / Cubahora)

Como si fuera hoy, recuerdo la fiesta familiar por las bodas de Oro de mis abuelos paternos. No es que percibiera muchas muestras de amor entre ellos, pero que lograran estar juntos por 50 años parecía algo importante para sus ocho hijos.

Los nietos estábamos más pendientes del cake de nata “traído de afuera” ese mismo día por la nueva esposa de mi tío más pequeño, una aeromoza de poco hablar y lindos modales. Verlo en su urnita plástica y percibir el frío de sus rizos firmes fue toda una epifanía… y sí, logramos cogerle el gusto, aunque éramos más de 30 para golosear su cremosidad.   

Tanto tiempo disfrutamos de este amor, / nuestras almas se acercaron tanto así / que yo guardo tu sabor, / pero tú llevas también / sabor a mí…

El otro detalle que conservo de aquel día es estar sentada en el sofá, aferrada a un libro de aventuras mientras el familión bailaba casino (ese talento no se activó en mi ADN), y escuchar a mi tío mayor, el más filósofo, decirme en voz baja que yo sería la única de las primas con “sabiduría” para igualar a mis abuelos en el récord de estabilidad conyugal.

Lamento mucho haberlo defraudado, pero de las “n” relaciones serias que emprendí (con y sin papeles), solo una rebasó la crisis del tercer año para naufragar en la del octavo, a pesar del amor aún vivo, creo que de ambas partes…

Si negaras mi presencia en tu vivir / Bastaría con abrazarte y conversar / Tanta vida yo te di / Que por fuerza tienes ya / sabor a mí…

Aquel primer gran amor fue una sombra presente en las demás experiencias; un referente que no aceptaba dejar atrás, y ya imagino cuánto debió molestarles a quienes intentaron borrarlo de mi vida, infructuosamente.

Sólo cuando desistí de comparar, o de verme en pareja a costa de cualquier sacrificio, cuando me asumí como la mujer que soy y no la que otros esperaban, cuando abracé la soledad como oportunidad para disfrutar de mi propia compañía… solo entonces apareció la persona adecuada para construir una historia de a dos, sin fusión ni confusión, sin mitos ni metas idealistas.

No pretendo ser tu dueño / No soy nada, yo no tengo vanidad
De mi vida doy lo bueno / Soy tan pobre, ¿qué otra cosa puedo dar?

De manera oficial, hoy con Jojo saboreamos el bronce y rebasamos la tenaz barrera de los ocho años desde que nos redescubrimos en estos cuerpos-almas (ambos sabemos, o intuimos, que nuestros átomos coincidieron antes, tal vez muchas veces, y merecían este nuevo coalescer).

Por felices circunstancias, él estará recibiendo el 15 de octubre primero que yo. Desde hace una semana anda creciendo profesionalmente por Catalunya de la mano de Xavi, un amigo (propio y de Cuba) que nos reta a probar la valía de nuestro iananti y a expandir esa energía de lo que somos juntos en provecho de otras personas, porque el amor no es más real cuando se le construyen estatuas broncíneas, sino cuando se degusta en acciones cotidianas.    

Pasarán más de mil años, muchos más /Yo no sé si tenga amor la eternidad / Pero allá, tal como aquí / En la boca llevarás / Sabor a mí…

Por nuestra edad, no creo que celebremos el Oro rodeados de nietos y con dulces extravagantes, pero me doy por satisfecha con el bronce: una aleación que necesita mucho tesón y constancia, y si bien el resultado no es cien por ciento puro, es un buen fruto para quien no teme cogerle el gusto a la vida.


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Mileyda Menéndez Dávila

Fiel defensora del sexo con sentido...


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