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sábado, 23 de noviembre de 2024

Una torre, un amor… Eiffel

Escaleras, dos ascensores, 325 metros… París y el mundo a tus pies...

Maite López Pino en Exclusivo 31/03/2014
6 comentarios
Torre Eiffel Francia
La torre Eiffel, símbolo por excelencia de una de las ciudades más hermosas del mundo. (Maite López Pino / Cubahora)

La torre Eiffel es el sitio turístico pagado al aire libre más visitado en el mundo. Justo hoy cumple 125 años  y por sus entrañas han desfilado cientos de millones de personas. Ya lo decía una genial arquitecta: “y pensar que cuando se creó, la torre era el monstruo de París… ahora París no es nada sin ella”.
 
Impresionante hasta decir no más, una estructura de hierro que ha devenido símbolo por excelencia de una de las ciudades más hermosas del planeta Tierra, la tour apabulla con su majestuosidad a sus visitantes, las colas para adentrarse en ella son kilométricas, pululan los japoneses que van en masa a conocer la torre, a conocer la capital del amor.

Quiso el clima conspirar a mi favor y el día que nos conocimos, la torre y yo, llovía porfiadamente: unas goticas finas, frías y molestas que calan los huesos, sobre todo de los asiáticos, y solo tuve que esperar 10 minutos. Lo primero,  adentrarme por sus escalones y luego tomar el primer ascensor, equivocarme y en lugar del segundo hacia la cima, volver a montarme por otra de sus caras en el primero… pero hacia abajo.

Au revoir- decía el ascensorista y yo con mi ticket hacia la punta. De pronto me vinieron miles de pensamientos: no puede ser que me haya equivocado, ¿desperdicié mi pase?... en cuestión de segundos le explique al empleado mi confusión le mostré mi pasaje “au sommet” (la puntica)… le supliqué fuertemente. De veras quiero creer que me autorizó a subir de nuevo por la efectividad de mi plática y no porque ese evento se debe repetir decenas de veces en cada turno laboral.

El segundo elevador es una caja de cristal completa que sube lentamente mientras el suelo, el Sena y París se alejan de tus pies. La lluvia seguía en su conspiración y los balcones de la tour estaban casi desiertos… por todos los puntos cardinales se perdía mi vista en la civilización parisina, las calles, avenidas y puentes en perfecta sincronía. A lo lejos La Défense – corazón moderno y empresarial de Francia, con sus rascacielos discordantes, más a la derecha en la riviera del Sena se divisaba Notre Dame.

Cuando parece que la torre terminó, hay incluso otra escalera pequeña que comunica con un pabellón cuadrado que en el medio tiene la oficina minúscula de Gustave Eiffel y sus ayudantes, donde están recreados en cera los hombres que le dieron vida a esa gran masa de hierro. La galería que rodea la habitación estaba bastante concurrida y las personas se acercaban a unos rótulos que resultaron banderas cuando me acerqué a ellos.

Ahí me empezó a latir el corazón más fuerte,  estaban alineados al norte, sur, este y oeste, los edificios más altos de todos los países y también la distancia en kilómetros que nos separaban de ellos. Corrí buscando la bandera cubana y la encontré:  casi en un vértice estaba nuestra bandera, al lado de la insignia se visualizaba un dibujo del Focsa, que mide 121 metros y la distancia que nos separaba de Cuba, La Habana… mi familia.

A esa altura, 300 metros, porque los últimos 25 es la dimensión de una torre de radiodifusión, el frio parisino atravesaba mis ropas mojadas, el atardecer iluminaba a la ciudad de la forma más natural posible y estuve feliz y triste a la misma vez, porque las barandas que contornean el último piso están revestidas con una malla de acero pues algunos deciden suicidarse trágicamente al saltar desde la Torre Eiffel,  feliz porque la vida son esos pequeños minutos donde descubres que los sueños si son posibles, donde tienes a París y al mundo todo a tus pies.

En ese instante sabes que París es más que una gran urbe cosmopolita donde nadie te mira a los ojos, más que un crêpes au chocolat, más que grupos y grupos de magrebans (árabes que no pueden ser nombrados árabes pues allí resulta ofensivo)… París es la Torre Eiffel y está a  7.721,35 kilómetros de La Habana.


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Maite López Pino

Ariguanabense de nacimiento. Periodista desde siempre, con título desde junio 2009.

Se han publicado 6 comentarios


senelio ceballos
 5/4/14 2:53

..Hola MAITE!!..Pero, cuando fue construida por el joven-pujante arquitecto..al igual que en Barcelona nuestra ..SAGRADA FAMILIA.. Mas del 90 % de los viejos, conservadores, arquitectos de pensamiento anticuados , oligarquia europea, otrora REVOLUCIONARIA..pedia a gritos, en el parlamento, en la prensa....romperla!!!!!venderla como chatarra!!!no dejarla alli!!! es una verguenza para PARIS!!!!Eso no esta con las ideas nuestras !!! ...A que te suena esos llamados..ahora aqui en nuestra cubita bella!!!!2014!! Las ideas revolucionarias jovenes..deben ser..oidas, analizadas, respetas..escuchadas por nosotros los abuelos o la perderemos..cada anno!!! HOY 4 DE ABRIL A.J.R/UJC..HOY DIA INTERNACIONAL DE LA INTERNET!!! Exitos...Gracias equipo de cubahora!!

Maite
 2/4/14 20:07

Si francisco la exposición de Paris... inmejorable... “Una señora buena le armo una trampa al hombre de La Edad de Oro. Iban hablando del artículo, y ella dijo: yo he estado en París.¡Ah, señora, qué vergüenza entonces! ¡Que habrá dicho el artículo! No, yo he estado en París porque he leído su artículo:”.

Francisco Rivero
 1/4/14 22:20

Desearia comentar y complememtarla con otra apropiacion de este simbolo de la ciudad de Paris de hoy es cuando usted camina en el barrio 16 por la avenidas Kleber, o a la salida del metro Iena en direccion al Palacio de Tokio la Torre nos sorprende en una presencia que se me antoja mas cercana al corazon del quien navega en este mar parisino. Esa alegria se puede tener en la orilla izquierda (Rive Gauche, Barrio 7 y 15) por ello invito a bojear alrededor de este monumento antes de desembarcar alli. Me permito recomendar la lectura de la Edad de Oro donde Jose Marti nos ofrece una interesante cronica que a dias de hoy es bienvenida para el visitante.

Michel Veysset
 31/3/14 16:32

Verdad... subir hasta la cima de la torre Eiffel es un recuerdo inolvidable. Un saludo grande de Francia.

Ruben Reyes desde FB
 31/3/14 15:37

Ya un símbolo mundial..........................

Irne
 31/3/14 10:37

Coincido contigo Maite, tuve la suerte de visitar Paris en el 2012 y es realmente fascinante ver la ciudad de día desde la Torre Eiffel, pero de noche cuando comenzó a flashear sentí una sensación indescriptible, fue uno de los momentos más impresionantes de mi viaje.

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