Túnel de La Habana: 44 segundos de historia (+Audio, Videos y Fotos)

Tengo 86 años. La vista me falla,  pero la memoria no. Recuerdo muy bien los años 50. La Habana era una joya. Todos los días sucedía algo novedoso. Llegó 1958 y en cualquier lugar leías el anuncio… ¡15 minutos de tiempo a su favor! Viaje a través del Túnel de la Bahía… Para ir a las famosas Playas del Este y a la “Nueva Ciudad Habana del Este” no sería necesario rodear los 20 km de la Bahía. La distancia en la estrella náutica capitalina, de este a oeste, quedaba reducida a 44 segundos, a través de los 733 metros de largo del nuevo túnel flotante.

 Anuncio comercial del Túnel de la Bahía en los medios impresos de la época. Foto tomada: de la Revista Bohemia de junio de 1958 (Foto: Revista Bohemia)

Nunca fui a ver la gran construcción por dos razones: una señorita de casa comprometida con 25 años no pintaba nada allí. Luego, rumoreaban en la calle  que era imposible distinguir tan siquiera las entradas, había solo grúas. Esperé al final y  leí los detalles, en el diario “La Marina”.

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¡Grandes planes!

Entras al gran hueco negro. La piel se tensa. Cambia la temperatura. Aprietas los ojos. Te zumban los oídos. Subes el tono de voz si deseas hablar .Sientes que estas en una carrera de autos…! Hay que salir rápido! … La guía turística del viaje, ofrece  los detalles, en la salida del punto de enlace a Varadero y a los repartos Camilo Cienfuegos, Bahía y Alamar, porque en 44 segundos no da tiempo contar 60 años de vida:

Desde el año 1912, los citadinos mostraron interés por unir La Habana Vieja con el Este de la Bahía, a través de un puente. El proyecto fue desaprobado por cuestiones económicas y estratégicas. La cuantiosa inversión por la futura zona poco desarrollada, restaba belleza a la vista de la Avenida del Puerto. Además, en caso de ataques militares, derrumbar la obra paralizaría la posible defensa de la Isla.

El ingeniero especialista en túneles Ole Singstad, visita la capital cubana en el año 1949 y propone la construcción de un túnel con entrada en la Avenida del Puerto. Cinco años después, el Ing.Civil José Menéndez Menéndez (también diseñador del túnel bajo el Almendares) presenta el anteproyecto del futuro Túnel de la Bahía.

Los censos de tránsito del viaducto estuvieron a cargo de los diseñadores Palmer and Baker, Inc., y con Coverdale and Colpitt, socios de la norteamericana Compañía Contratista Raymon Concrete Pile Company. La empresa francesa Societé de Grand Travaux de Marseille, asume los gastos y la construcción del coloso habanero. El contrato quedó firmado el 6 de junio de 1955.

 ¡Empezó la obra¡

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El proceso de construcción estuvo a cargo por la parte cubana de la empresa Compañía de Fomento del Túnel de La Habana, S.A.

El ingeniero José Menéndez Menéndez estuvo en la dirección y proyección del Túnel de La Habana con un gran equipo de colegas cubanos. El sistema de tubos de hormigón reforzado fueron diseñados para soportar  considerable cantidad de toneladas de agua. Destacaron en la obra el estudiante de ingeniería civil Carlos Miguel Gil Amador, quien realizó levantamientos planimétricos, altimétricos y cálculos de dibujos de terrenos y las encuestas de origen y destino previas a la construcción.

También, el ingeniero pinareño Gerardo Peres-Puelles resaltó en la  impermeabilización de la roca porosa del área del dique seco, donde se sitúa conducto flotante de 733 metros de largo bajo la bahía, a través de la inyección de lechada de cemento y otros materiales en la piedra.

La obra estuvo dividida en cinco tramos. Los extremos de los conductos de circulación, después de colocados, fueron sellados con paredes temporales para que flotaran. Luego, se abrían las puertas al mar, se inundaba el dique y los llevaban flotando al lugar indicado. Por último, colocaban tanques pesados alrededor, hasta hundir el tramo. La operación era repetida en cada cilindro metálico.

Para su edificación fue necesario dragar más de 250 mil metros cúbicos de rocas y 100 mil de arena. La obra costó 35 millones de pesos contando la autopista hasta la Vía Blanca.

El largo recorrido  se realiza a 12  y 14 metros bajo el nivel del mar. Cada tubo de peaje posee dos sendas  de 7,30 metros de ancho. Los accesos poseen capacidad máxima de 1,5000 vehículos en cada vía por hora. Un auto a 60 km/h recorre el tramo en 44 segundos.

La planificación del túnel fue muy detallada. Terminada la obra, inició el trabajo de iluminación, telefonía, ventilación y emergencia.

El tendido telefónico posee 7 teléfonos instalados en serie  dentro del túnel. Los números en carteles visibles en las paredes. Además 5 ventiladores reversibles que circulan el oxígeno a lo largo de la construcción y  en caso de incendio succionan los contaminantes.

Las paredes son color crema pastel para evitar los destellos, con bandas azules trabajadas psicológica y físicamente, para que el chofer no conduzca de manera lineal. La curva horizontal posee 320 metros de ancho con 100 de radio.

Cada 6 metros tiene dos lámparas centrales, además sistemas de alumbrado de refuerzo y emergencia. También, está diferenciado el tipo de luz en dependencia con el clima y la hora (luz base, día, noche, noche reducido y refuerzo para días nublados y días soleados), para evitar el “síndrome del túnel” en los conductores.

Todos los parámetros son vigilados a través de dos edificios de control, en cada extremo. El principal está en La Habana. La entrada y salida por el monumento Máximo Gómez tienen forma de flores, llamadas  “las orquídeas” o también “súper- trébol”.

Los trabajos de construcción comenzaron el 19 de septiembre de 1955, duraron 2 años, 8 meses, y 12 días y fue inaugurado el 31 de mayo de 1958.

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¡Terminó la obra¡

“Todos querían pasar por la nueva maravilla de La Habana. A mí me daba miedo ¿y si las piedras reventaban? , pero el anuncio era cierto en solo 15 minutos llegábamos al otro lado.  El precio dependía del vehículo, bastante bajo desde mi punto de vista”

En periodo especial se puso fea la cosa. Solo habilitaban un carril para los pocos autos y bicicletas. Había que pasar el túnel caminando. La policía organizaba diferentes subgrupos. No estaba abierto las 24 horas del día, en la mañana de siete a once y por la tarde de cuatro a seis.

No me da buena espina el túnel. El cubano es muy artificioso y de nada saca una historia, existen mil leyendas al respecto, de la calle y de los mismos trabajadores de ahí.

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El Túnel de la Bahía pertenece a la Empresa de Viabilidad y Tránsito al igual que los dos restantes de La Habana. Boris Bacalloa Díaz, jefe de la brigada de los operadores de la sala de dirección, en este momento es el trabajador más antiguo de los 140 existentes.

¿Cómo funciona la dinámica de trabajo?

“La instalación tiene trabajadores las 24 horas del día en el puesto de mando, donde se controlan todos los sistemas del viaducto.  Los turnos son de 12 horas diarias. Existe comunicación directa con la Policía Nacional Revolucionaria, los Bomberos y Ambulancias”

El sistema de vigilancia de cámaras de seguridad con sensores permite controlar totalmente el túnel. En caso de emergencia, el Manual de Protocolo, establece 8 min cuando máximo como tiempo de evacuación.

¿Cuáles son las situaciones más usuales?

“Los accidentes. Nosotros nos encargamos de evacuar el problema para que no llegue a niveles mayores. La PNR tramita  el proceso legalmente. Ocurre un accidente e inmediatamente desviamos por los semáforos todos los autos de la senda afectada. Evacuamos los daños y todo vuelve a la normalidad. Aproximadamente circulan 60 000 automotores diarios.

Existen situaciones como las inundaciones del Huracán Irma de las que no nos hemos recuperado totalmente. Se necesita mucho presupuesto para mantener en óptimas condiciones el viaducto y garantizar las condiciones de seguridad de nuestro trabajo.

Bacalloa Díaz, trabaja en la galería subacuática hace 28 años. Domina a la perfección la rutina productiva y reconoce con modestia su labor:   “Me gusta mi trabajo. Tengo gran responsabilidad. Detener el tráfico apenas 10 min, paraliza la ciudad, somos como los guardianes de la bahía.

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Tengo 86 años. Pasó poco por el túnel. Pero recuerdo muy bien cuando la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de Cuba lo nombró una de las siete maravillas de la Ingeniería Civil Cubana. El 31 de mayo cumple 60 años de creado, es una obra joven comparada con los 500 años de La Habana, pero para  mí lleva toda la vida ahí, no imagino la capital sin él.

Estático en tiempo y lugar, soporta el ritmo de la Isla, toneladas de agua y la velocidad de los carros. Todo alrededor tan dinámico y él estático.