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domingo, 24 de noviembre de 2024

¿Qué hacer por el futuro de tus riñones?

La Enfermedad renal crónica (ERC) aumenta el riesgo de muerte prematura asociada por enfermedad cardiovascular; también la diabetes y la hipertensión contribuyen a ello...

Lisandra Lázara Fariñas Acosta en Exclusivo 12/03/2016
3 comentarios

Algunos le llaman la pandemia silenciosa, por esa característica que le acompaña de ser asintomática en muchos casos, hasta tanto el daño sea muy avanzado. Para que se tenga idea; una persona puede perder un 90% de su función renal antes de experimentar algún síntoma. Porque sí, hablamos de la enfermedad renal crónica, de la cual cifras estimadas de la Organización Mundial de la Salud refieren que uno de cada diez adultos tiene algún grado de padecimiento.

Aunque puede desarrollarse a cualquier edad, la posibilidad de padecerla aumenta con los años y es más común en las mujeres. Es necesario conocer que cada uno de nuestros riñones tiene aproximadamente un millón de filtros diminutos, llamados nefronas; y si las nefronas están dañadas, dejan de trabajar. Durante un tiempo, las nefronas sanas pueden asumir el trabajo extra; pero si el daño continúa, más y más nefronas dejan de funcionar. Después de cierto punto, las nefronas que quedan no pueden filtrar la sangre lo suficientemente bien como para mantenerte saludable.

Justamente a la pérdida progresiva de la función renal durante un período de meses o años, es lo que los expertos denominan enfermedad renal crónica (ERC); y advierten que cuando la función renal cae debajo de cierto punto, pasa a ser insuficiencia renal. Esta última afecta a todo el cuerpo, y de no ser tratada a tiempo puede ser potencialmente mortal. Asimismo, la ERC aumenta el riesgo de muerte prematura asociada por enfermedad cardiovascular (es decir, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares); pero si se detecta precozmente y se maneja de manera apropiada, el deterioro de la función renal se puede retrasar e incluso detener, y el riesgo de complicaciones cardiovasculares asociadas puede ser reducido.

Entre las causas más comunes que provocan la enfermedad renal, sobresalen la presión arterial alta (hipertensión), padecimiento que provoca más de una cuarta parte de todos los casos de insuficiencia renal; y la diabetes que se ha establecido como la causa de alrededor de un tercio de las personas que sufren esta insuficiencia, y es la causa más común de enfermedad renal en fase final en la mayoría de los países desarrollados.

Los expertos advierten de otras condiciones menos comunes como las inflamaciones (glomerulonefritis) o infecciones (pielonefritis). A veces la ERC se hereda (como la poliquistosis) o es el resultado de la obstrucción de largo plazo en el sistema urinario (como agrandamiento de la próstata o cálculos renales).

 ¡Asombrosos riñones!

Si cada persona fuera consciente de lo que representan para la salud, valorarían/cuidarían más estos órganos, que situados profundamente en el abdomen, debajo de la caja torácica, y sin ser mayores que el tamaño de un puño, tienen el imprescindible trabajo de eliminar las toxinas y el exceso de agua de la sangre. Los riñones, sí, que además de ayudar cada día a controlar la presión arterial logrando el equilibrio de sal y agua en el cuerpo, producir glóbulos rojos y mantener los huesos sanos; controlan también los niveles de acidez y  corriente de la sangre de muchos minerales y moléculas que incluyen sodio y potasio.   

Para saber si tus riñones están en riesgo basta con hacerte algunas preguntas como: ¿Tienes presión alta? ¿Sufres de diabetes? ¿Tienes historial familiar de enfermedad renal?  ¿Tienes sobrepeso? ¿Fumas? ¿Tienes más de 50 años?

Si su respuesta es sí a una o más de estas interrogantes, deberías consultar a tu médico de la familia, para que este le indique alguna prueba con el fin de detectar algún fallo renal. Ya lo hemos dicho, la mayoría de la gente no tiene síntomas hasta que la ERC está muy avanzada, y algunos de los signos que nos alertan de su presencia incluyen los tobillos inflamados, la fatiga, dificultad de concentración, pérdida del apetito, sangre en la orina y orina espumosa, entre otros.

Reducir el consumo de sal para disminuir la presión arterial, controlar la glucosa, los lípidos sanguíneos y la anemia, dejar de fumar, aumentar la actividad física y mantener un adecuado peso corporal, los buenos hábitos de higiene personal, el consumo de vegetales y frutas, tomar abundantes líquidos, principalmente agua potable y no ingerir bebidas alcohólicas son medidas de prevención contra esta epidemia.

La Organización Panamericana de la Salud alertaba recientemente sobre el hecho de que “la sobrevida de la población aumentó, incluso en casos con una o varias enfermedades crónicas y factores de riesgo. Esto hace que las repercusiones en órganos como el riñón hayan crecido entre los de mayor edad, dejando en evidencia la necesidad de prestar más atención al tema”.

Es por ello la insistencia a los gobiernos y sistemas de salud a consolidarse y destinar recursos que permitan la realización de pruebas de detección de daño renal en pacientes con alto riesgo, y que la población asuma estilos de vida saludables.

Pese al trabajo de prevención que se realiza, por ejemplo en nuestro país, aún hay un grupo de pacientes que llegan a necesitar de métodos sustitutivos de la función renal, como son la diálisis peritoneal, las hemodiálisis y los trasplantes. Por ejemplo, más de 3 000 pacientes en Cuba se someten a tratamiento de hemodiálisis en las 50 unidades de Nefrología existentes en el territorio nacional, advierten las estadísticas del Ministerio de Salud Pública.

El diagnóstico precoz es la principal herramienta para disminuir la progresión del daño renal, y en ese sentido existen un grupo de marcadores que permiten caracterizar a los pacientes de riesgo, como el diagnosticador Umelisa Microalbúmina;  ensayo para la cuantificación de albúmina humana en muestras de orina —la microalbuminuria se define como la tasa de excreción de albúmina (proteína) en orina como consecuencia de las alteraciones producidas en el funcionamiento del riñón y es el primer indicador de daño renal—, diseñado y producido por el Centro de Inmunoensayo y disponible en el sistema de salud pública cubano.

Esta prueba, que hoy podría aprovecharse mejor, es utilizada como un marcador en el diagnóstico temprano de la nefropatía diabética incipiente, así como de alteraciones cardiovasculares en pacientes diabéticos tipo I y tipo II, aunque también se han comprobado asociaciones entre la presencia de una excreción anormal de albúmina urinaria y la aparición de eventos cardiovasculares, aún sin traducción clínica aparente. De ahí que la cuantificación de pequeñas cantidades de albúmina en orina (microalbuminuria) resulta de gran interés no solo en la detección temprana de la enfermedad renal, lo cual permite la aplicación de medidas terapéuticas antes que el daño sea irreversible; sino también en el seguimiento de la enfermedad luego del tratamiento.

Las enfermedades renales afectan a millones de personas en el mundo, pero entre ellos a muchos niños que podrían estar en riesgo de daño renal en una edad temprana. Por lo tanto, es crucial fomentar y facilitar la educación, la detección temprana y un estilo de vida saludable en los niños, desde el nacimiento y que continúe hasta la vejez, para luchar contra el aumento del prevenible daño renal incluyendo lesión renal aguda y la enfermedad renal crónica y para el tratamiento renal de los niños con trastornos congénitos y adquiridos, refiere la Organización Mundial de la Salud en un nuevo Día Mundial del Riñón.

Este 2016, la iniciativa— impulsada por la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN, según sus siglas en inglés) y la Federación Internacional de Fundaciones Renales (IFKF, según sus siglas en inglés), y que se celebra desde 2006 el segundo jueves de marzo—llama particularmente la atención sobre los niños que podrían estar en riesgo de enfermedad renal en etapas tempranas.

Se trata de fomentar hábitos saludables desde los primeros años, y garantizar así generaciones sanas , empeño en el cual padres, cuidadores, pacientes jóvenes, responsables políticos y el público en general tienen un papel imprescindible para identificar y tratar las enfermedades renales infantiles, inculcando una conciencia de los riesgos para el futuro de sus riñones.


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Lisandra Lázara Fariñas Acosta

Se han publicado 3 comentarios


RAUL SANZANA
 25/3/20 19:04

SOY UN HOMBRE DE 52 AÑOS  Y HACE 5 MESES EL NEFROLOGO ME DIAGNOSTICÓ UNA GLOMERULOPATIA DE BERGER; EXISTE UN TRATAMIENTO EN CUBA ...   ?

Elida
 7/3/19 19:14

Quisiera conocer si en Cuba se avanzó en el tratamiento de poliquistosis renal amén de diálisis y/o trasplante

Adrian
 10/1/19 20:26

Buenas Noches, queria saber si existe algun tratamiento en Cuba para la poliquistosis renal

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