La Virgen de la cubanía (+Fotos)

Si alguna imagen tiene una connotación que supera lo religioso es la Virgen de la Caridad del Cobre, convertida hoy en un símbolo en cuya historia desembocan, con fuerza imparable, los arroyos étnicos que dieron origen a la nacionalidad, lo que la hace uno de los distintivos de la cubanía.

Desde el misterioso hallazgo de la imagen hace 400 años, cuenta la leyenda que por tres mineros, un negro y dos indios, la posterior devoción popular quedó marcada por la confluencia de culturas en el singular ajiaco que después revelaría Fernando Ortíz.

En el mito, imbricado en lo remoto, se descubre el inicio del mestizaje en las que la tradición reconoce a Juan Moreno, Juan de Hoyos y Rodrigo de Hoyos como Los Tres Juanes, pero que dió lugar a lo que ahora somos, una mezcla étnica que recoge de todos, pero a la vez es distinta.

Advocación criolla de María, la madre de Jesucristo, la Virgen de la Caridad del Cobre, cargada también de sincretismo, arropa bajo su manto la cubanía, esa especial cualidad que nos hace diferentes y nos identifica como hijos de esta, “la tierra más fermosa que ojos humanos vieran”.

Cuentan que la representación fue hallada por los Tres Juanes cuando buscaban sal en la norteña bahía de Nipe, en una fecha que no se ha podido precisar, pero que se calcula alrededor de 1612.

La pequeña imagen, hallada en las aguas sobre una tabla, fue trasladada a El Cobre desde el Hato de Barajagua por orden de Francisco Sánchez de Moya, administrador de las minas cupríferas cuya explotación era la principal actividad económica de la zona.

Una procesión, encabezada por el Padre Francisco de Gonilla, trasladó a la santa, a cuyo primer capellán, el Padre Onofre de Fonseca, se le atribuye la construcción del viejo santuario de las minas, donde permaneció la imagen hasta el desplome del edificio, en 1906.

La devoción por la imagen creció de manera rápida, y ya en 1648 había un altar dedicada a ella en la Parroquial Mayor de Bayamo, pero hay documentos que indican que en 1752 la Virgen se veneraba en Santiago de Cuba, en la Iglesia de Santo Tomás, abierta al culto entre los años 1715 y 1719.

Hecha a semejanza de la colocada en El Cobre, la santiaguera es conocida como la Virgen Mambisa, apelativo que surge del hecho de que muchos santiagueros al incorporarse a las tropas mambisas primero pasaban ante su altar para encomendarse a la Virgen y que los insurrectos que entraban clandestinamente a la ciudad iban a escondidas a orar ante su altar.

De la parroquia de Santo Tomás, salía la única procesión de la Virgen de la Caridad que se hacía en la ciudad santiaguera y esa misma imagen fue la que recorrió todas las provincias entre 1951 y 1952 para celebrar los 50 años de la seudo república de Cuba

Esa, la de Santo Tomás, es en realidad la imagen que recién peregrinó por todo el país, aunque partió desde El Cobre, donde compartió misa con su sosias antes de recorrer más de 30 mil kilómetros entre el 8 de agosto del 2010 y el 31 de diciembre de 2011.

Un poco más atrás en el tiempo, la Virgen de El Cobre fue testigo, el 19 de marzo de 1801, de la lectura de la Cédula de Libertad de los esclavos sublevados en las minas cupríferas.

Sesenta y siete años después, en noviembre de 1868, Carlos Manuel de Céspedes oró ante la imagen, a la que presentó sus armas independentistas.

Más tarde, el 8 de septiembre de 1898, el General Calixto García ordenó al General Agustín Cebreco celebrar el fin de la guerra con una misa solemne ante ella.

Sin embargo, fue el 24 de septiembre de 1915, cuando los veteranos de la Guerra de Independencia, encabezados por General Jesús Rabí, presentaron su bandera a la imagen y pidieron al Papa Benedicto VI que la proclamara Patrona de Cuba, lo que ocurrió el 19 de mayo del año siguiente.

El Santuario de El Cobre, reinaugurado el ocho de septiembre de 1927, fue proclamado como Basílica Menor por el Papa Pablo VI, el 30 de diciembre de 1977.

Casi dos décadas después, el 24 de enero de 1998, la imagen de la Virgen fue trasladada a la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, en Santiago de Cuba, donde presidió una misa pública oficiada por el Papa Juan Pablo II, quien puso sobre su cabeza una corona de oro y un rosario en su brazo.

La santa es en definitiva una expresión del culto mariano nacional, cuyo origen muchos suelen ver en el hecho de que la nao capitana de Cristóbal Colón, la Santa María, quedó destruida en la isla de La Española y jamás regresó a Europa.

En el imaginario popular, ese suceso representa el deseo de la Virgen María de permanecer para siempre entre nuestros pueblos, marianos por excelencia.

Lo cierto es que la Virgen de la Caridad del Cobre, que es una representación criolla de esa sagrada María, recibe ahora la devoción de miles de cubanos que esperan milagros de ella.

Sin embargo, el hecho milagroso no fue el hallazgo por los Tres Juanes de una imagen en el mar, sino que la Virgen quedó unida para siempre con esta tierra, desde hace cuatro siglos caben todos los cubanos.