Héroes en la primera línea de combate (Parte 1)

La batalla contra las llamas ha sido dura en la Base de Supertanqueros de Matanzas. La dirección del viento y las explosiones dificultan la tarea, pero ahí en primera línea están los valientes.

Muchos son los testimonios de estas últimas jornadas que pasarán a la historia. Hombres y mujeres de bien que desde su especialidad han dado respuesta al siniestro, que vivieron el susto de las explosiones, la angustia, las lesiones, cuentan sus experiencias.

Ernesto Vega González, bombero

Estuvo en misiones de rescate y salvamento cuando el accidente de avión de 2018, la explosión del hotel Saratoga y como no podía ser de otra manera, Ernesto Vega González, se encuentra en Matanzas también.

Este bombero de 32 años de experiencia, Jefe del Comando San José, de Mayabeque, relata que arribó a la base en la noche del viernes y que él y sus compañeros no han parado de trabajar. “Todo el mundo está aquí, nadie se quiere ir, solo seguir y seguir hasta controlar el incendio”

En la primera noche, al explotar el tanque, su tropa corrió hacia una maleza y por allí salió; dentro del fuego quedó el carro de bomberos, sin salvación.

“Los bomberos desde que entran saben. En todos los trabajos nuestros hay una persona, o más, que se llama vigilante de escena, y se mantiene todo el tiempo buscando elementos de peligro.

No fallaron, estábamos previendo que pudiera pasar, no hay más personas desaparecidas por eso, por la previsión que siempre tuvo la jefatura y los que estábamos ahí”

Carema Sarabia, voluntaria de la Cruz Roja

A las seis de la tarde del cinco de agosto, Carema Sarabia recibió una llamada a la acción: “Vístete corriendo, te recojo en cinco minutos en tu casa, hay un tanque de Versalles, por la zona industrial, que está cogiendo candela”, le dijo su jefa en la Cruz Roja provincial.

Al llegar se incorporó a los rescatistas cerca del incendio, ubicados ahí por si necesitaban socorrer a alguien. Alrededor de las 11:30 se produjo la primera explosión. Carema dejó mochila, su equipamiento, y corrió para salvar la vida.

“Aquello fue solo un primer susto, no hubo heridos ni lesionados. Estaba cansada de correr y tenía un muro ante mí, un muchacho del SIUM me dio ánimo para que pudiese seguir y brincar. Me acuerdo de él porque, luego de la próxima explosión, en el hospital, fue el que me abrió el pulóver y el pantalón para poderme curar las heridas”.

Carema es dirigente de la FEU y directora de la revista científica estudiantil MedEst, de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas.

Luis David Castillo Corrales, socorrista

Luis David Castillo Corrales, de 36 años, es parte del Grupo Especializado de Operaciones y Socorro de Matanzas.  Fue uno de los lesionados tras la explosión, pero sin peligro para la vida.

Al saber la noticia del incendio, enseguida se movilizó. Cuando eran cerca de las 5:00 am del sábado una explosión lo sorprendió a unos 100 metros de los tanques.

Esteban Grau, espeleólogo

Estaban Grau, jefe de proyectos en Matanzas de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre, se encuentra cerca del incendio como parte del grupo Geo de la Cruz Roja Cubana. Confieza que es una experiencia que jamás pensó vivir por lo triste y peligrosa, y que le queda el dolor de los compatriotas que perecieron en el intento, también de los lesionados.

“Cuando ocurre la explosión es un soplete lo que avanza, el tanque empieza a desbordarse y a correr el combustible prendido por los farallones, es impresionante

Los bomberos se tiraron arriba de nosotros con las mantas y con la ropa abierta para que nos pasara el golpe térmico por encima y no nos quemara, porque los trajes de la Cruz Roja son de tela que no cubren lo suficiente ante ese vapor, nos vimos en la tentativa de quitarnos la ropa y tirarnos a nadar cuando el petróleo se derramó, cuenta.

Tratábamos junto a los bomberos de introducir una tubería de un camión bomba que enviaron desde La Habana, pero se retiró la técnica por el peligro de explosión”

Floro Rodríguez, chofer de pipa de agua

Floro Rodríguez está en la sala de quemados en el Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Comandante Faustino Pérez, en Matanza, sin peligro para la vida. Este chofer fue llamado a el viernes para llevar agua, le dijo a su esposa “vieja voy a trabajar”. La cola para para serviciar el agua lo atrasó un poco, no estuvo tan cerca de la explosión y pudo salvarse.

“Atiéndalos a ellos primero, que no me siento nada”, le decía al personal de salud, a pesar de que probablemente era de los de mayores heridas entre sus compañeros.

Frank Lorenzo Acosta Ferrer, bombero

Frank Lorenzo Acosta Ferrer, Ferrer jefe de la Compañía del Comando #1 del Cuerpo de Bomberos de La Habana, es otro que ha ayudado en algunas de las peores tragedias del país en los últimos tiempos: el accidente de avión, el Tornado y el hotel Saratoga.

Cuando el tornado, fue uno de los bomberos que rescataron a los bebés en el en el hospital materno-infantil Hijas de Galicias. Años más tarde, trabajaba sin descanso para rescatar a las víctimas de la explosión del Saratoga, incluso cumplió sus 26 años en la primera línea.

Hoy está en la Base de Supertanqueros, otra vez dispuesto a enfrentar otro siniestro, es de los valientes.