Enseñando también se aprende (+Infografía)

Decía el Apóstol que “Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido, es preparar al hombre para la vida” y es que enseñando a los demás también se aprende.

Hoy, rostros universitarios llenan las aulas de las escuelas primarias, Secundarias Básica, Preuniversitarios y las escuelas de Enseñanza Técnica Profesional. Por estos días la Federación Estudiantil Universitaria promueve entre sus miembros la convocatoria de la tarea Educando por Amor, que desde hace tres cursos surgió como una importante labor en beneficio de la sociedad y como una excelente oportunidad de crecimiento personal y profesional.

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Celima Mariana Medina Trobajo estudia Ingeniería Química en la Universidad de Oriente, y a sus 19 años de edad se enfrenta a dos grupos de una escuela primaria impartiendo inglés, a un poco más de 30 pioneros.

Ella es pequeña de tamaño y entre sus estudiantes, puede ser confundida como una más, no por su estatura, sino por su sonrisa y ocurrencias en ocasiones. “Acudir al llamado de la centenaria organización que reúne a los estudiantes universitarios es para mi una oportunidad, enseñar lo que sé y compartir experiencias es un reto”, comentó Medina Trobajo.

El proyecto, existente desde antes del inicio de la pandemia de COVID-19 en Cuba, da la posibilidad a los universitarios vinculados a él, de ejercer como profesores y suplir el déficit de educadores de las provincias del país.

Más de 1000 estudiantes en la mayor de las antillas forman parte de la tarea de impacto social que busca apoyar al Sistema de Educación General en las necesidades de cubrimiento del claustro que tienen algunos centros escolares.

Vania Esther Mugercia, es otra de las estudiantes que imparte en un Secundaria Bñasica la asignatura de Educación Ciudadana y comenta que desde su posición reconoce la labor que con ella hacen sus profesores y confiesa el cariño que siente hacia “sus chicos”, como ella les llama.

La relación cercana que establecen, los estudiantes de las universidades del país con sus alumnos no solo facilita el aprendizaje, sino que también crea un ambiente de confianza donde los estudiantes se sienten cómodos expresando sus inquietudes. Esto es fundamental en la educación, especialmente en la adolescencia, cuando las preocupaciones personales pueden afectar el rendimiento académico.

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Gilberto Maturell, estudiante de 3er año de Ingeniería Mecánica, imparte Matemáticas y expresa que “El apoyo de sus profesores, quien le transmite su experiencia y pasión por la enseñanza, refuerza su compromiso con la superación profesional. Además, los intercambios con otros docentes le permiten enriquecer su práctica pedagógica, incorporando nuevas metodologías y enfoques que benefician a sus estudiantes. Esta combinación de apoyo familiar y colaboración profesional es clave para su desarrollo como educador y para el éxito de sus alumnos en el aula.

Para estos estudiantes y para todos los que forman parte de esta noble tarea, conciliar los estudios universitarios con su pasión por la docencia presenta ciertos desafíos. Son carreras que demandan mucho tiempo y dedicación, por lo que se deben esforzar por organizar el tiempo de manera efectiva. Cumplir con su contrato como educadores y estar siempre disponible para sus alumnos, quienes confían en ellos para su aprendizaje, es todo un reto.

Este 22 de diciembre, Día del Educador, honramos la entrega incondicional de quienes hacen del magisterio una vocación de amor. Su labor diaria, en cualquier circunstancia, es el cimiento de nuestra sociedad. La FEU, a través de su iniciativa "Educando por Amor", se une a este reconocimiento, celebrando el espíritu altruista de los educadores cubanos y el compromiso de los estudiantes en la formación de las nuevas generaciones. ¡Felicidades, educadores cubanos! Su dedicación inspira nuestra tarea.