viernes, 26 de abril de 2024

El Padre a la cabecera

Se necesita continuamente repasar la historia y hay textos que uno condena a la cabecera de la cama donde duerme, para que en ideas y espíritu acompañe...

Mario Héctor Almeida Alfonso en Exclusivo 10/10/2021
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Libro - El Diario Perdido - Carlos Manuel De Céspedes
Cubierta de la edición del texto de 1992.

Octubre se traduce en historias que resultan huellas del tronco de nuestra propia existencia, e ignorarlas se torna imposible para quienes disfrutamos beber de ellas.

Hace varios años, en un viaje por el centro del país, en Ciego de Ávila, bajé del ómnibus para acabar comprando un libro que, solo por el título llamaba poderosamente mi atención: Carlos Manuel de Céspedes. El diario Perdido.

Desde el prólogo, escrito magistralmente por Hortensia Pichardo, quedé prendado. La historiadora resaltaba la siguiente respuesta de Céspedes a un conspirador:

“Todo lo sé, pero no es posible aguardar más tiempo. Las conspiraciones que se preparan mucho, siempre fracasan, porque nunca falta un traidor que las descubra. Yo estoy seguro de que todos los cubanos seguirán mi voz… A un pueblo desesperado no se pregunta con qué pelea. Estamos decididos a luchar y pelearemos ‘aunque sea con las manos’”.

Después de adentrarme en la lectura del corpus, descubría pasajes de que me llenaban de sorpresa e intriga, lo que me motivaba continuar leyendo –y releyendo, pues.

Entender la historia sin comprender a los hombres que la forjan resulta imposible y en el texto son presentados desde su total dimensión. Seres humanos no carentes de conflictos internos, patriotas cuya visión de independencia no admitiría otro matiz.

“Nuestro lema es y será siempre: Independencia o Muerte. Cuba no solo tiene que ser libre, sino que no puede ya volver a ser esclava”, rescataba también Hortensia Pichardo en 1991, para cerrar su presentación, tras reconocer por lo claro que “mientras en Cuba se repiten con frecuencia algunas frases de otros héroes […], rara vez se oye o ve publicado algún pensamiento de Carlos Manuel de Céspedes”.

Hoy es 10 de octubre. Se puede hablar de la cocción del Grito de Yara, de las palabras –nunca más hermanado el concepto de palabra al de acto– en el ingenio La Demajagua, del Padre, de la Historia… del grito libertario, en fin. Se pudieran haber escrito más apologías al respecto. Sin embargo, estéril sería el acometimiento sin la comprensión real de lo acontecido.

Eusebio Leal en la presentación de la reedición de su libro

Eusebio Leal en la presentación de la reedición de su libro. (Foto: Néstor Martí / OHC)

“Es mal servicio el que se presta a los pueblos cuando se les oculta, por temores pueriles o por espanto ante las consecuencias probables, los hechos históricos. Todo puede ser explicado, todo en su contexto puede ser comprendido, analizado, justamente valorado”, decía Eusebio.

Gracias a Leal habrá que decir siempre por regalarnos esta obra. La imagen del Marqués de Santa Lucía, Salvador Cisneros Betancourt, llevando flores a la tumba de Céspedes tiene varias lecturas. Pero una de ellas, el reconocimiento al hombre iniciador de la gesta libertaria, lo resume todo.

“El voto particular de Salvador Cisneros contra el apéndice constitucional que fuera conocido con el nombre de Enmienda Platt, honra su memoria”, especificó también el historiador habanero.

Los libros no se prestan, pues, cuando son buenos, nunca regresan. Por ello, tuve que adquirir nuevamente el de marras; se necesita continuamente repasar la historia y hay textos que uno condena a la cabecera de la cama donde duerme, para que en ideas y espíritu acompañe.

Siempre nos quedará aquello que dijese Martí:

“Otros llegarán sin temor a la pira donde humean, como citando con la hecatombe, nuestros héroes; yo tiemblo avergonzado: tiemblo de admiración, de pesar y de impaciencia. Me parece que veo cruzar, pasando lista, una sombra colérica y sublime, la sombra de la estrella en el sombrero; y mi deber, mientras me queden pies, el deber de todos nosotros, mientras nos queden pies, es ponernos de pie, y decir: ‘¡Presente!’”.

Como también nos quedará la sentencia de Leal, como disparo neurálgico y seco:

“Cese toda palabra, la historia ha pronunciado su fallo”.


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Mario Héctor Almeida Alfonso

Médico cubano miembro del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias "Henry Reeve" que colaboró en Perú . Actualmente se encuentra en Mozambique en el enfrentamiento a la Covid-19.


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