El Morro: leal centinela de La Habana (+Fotos)

Han pasado ya 425 años y aún se yergue como leal y paciente centinela el Castillo de los Tres Santos Reyes Magos del Morro,el cual, junto a la Giraldilla y los Castillos de la Real Fuerza y el de San Salvador de la Punta, constituye un símbolo de La Habana y de Cuba.

Según fuentes que narran la historia, el rey español Felipe II en 1588 dio su aprobación para construir un fuerte en el Morro y otro en la Punta para cubrir la entrada al puerto; y para ello designó al Maestre de Campo Juan de Tejeda como Gobernador de la Isla de Cuba, a quien le encomienda atender la construcción de ambos fuertes. Al mismo tiempo, impartió órdenes a sus oficiales de Veracruz para que enviasen 25 mil ducados a Cuba para las fortificaciones que había mandado a hacer.

Tejeda embarcó para Cuba en ese mismo año con el ingeniero Bautista Antonelli, un aparejador de cantería, doce oficiales canteros y dieciocho albañiles, dos herreros, un cubero y un fundidor de metales, todos ellos comprometidos a quedarse hasta concluir las obras del Castillo.

Finalmente, su construcción finalizó alrededor de la primera década del siglo XVII, y contaba como piezas de defensa con varios cañones mirando al mar, otros de menos calibre mirando al puerto, una batería en forma de media luna con doce cañones conocida por Los Doce Apóstoles y, hacia el sur del Castillo, se creó otra batería denominada La Pastora, con igual número de piezas.

Durante muchos años, esta fortificación con forma de un polígono irregular debido a que sigue la superficie de las rocas, ha sido escenario de varios acontecimientos. Por ejemplo, el 30 de julio de 1762 se izó la bandera inglesa en sustitución de la española, situación revertida el 6 de julio de 1763. El 1  de enero de 1899 se arrió la enseña española y se izó la norteamericana, la que por fin sería sustituida el 20 de mayo de 1902 por la de  la Estrella Solitaria.

Actualmente, el Castillo de los Tres Santos Reyes Magos del Morro constituye un atractivo para los que gustan de apreciar, a cualquier hora,  una espectacular vista del mar y de La Habana. En el presente es sede del Museo Marítimo e integra el Parque Histórico-Militar Morro-Cabaña.