martes, 23 de abril de 2024

¿Qué ocurre con el empleo de los estudiantes?

En plan exploratorio, Cubahora se acerca a la práctica del estudio compartido con la práctica del trabajo remunerado, admitida legalmente desde 2009 con el pluriempleo...

Carol Muñoz Nieves en Exclusivo 15/12/2011
5 comentarios

Particulares puntos de giro en la vida de estudiantes de la Universidad de La Habana han determinado su decisión de estudiar y trabajar simultáneamente. Que Richard Ruiz se casara y decidiera iniciar un hogar independiente, que Alba León se motivara por hacer algo que le diera una retribución económica, que los abuelos de Yosel Martínez fallecieran con un día de diferencia, y que Aliet Arzola descubriera que podían pagarle por continuar haciendo lo que más le gustaba, son inflexiones que delinean algunas historias personales contadas por sus protagonistas.

Tener derecho a emplearse y trabajar mientras se estudia en el curso regular diurno, posibilidades muchas veces demandada en reuniones y congresos de la Federación Estudiantil Universitaria cubana, y amparada legalmente en junio de 2009 por el Decreto Ley No. 268, es hoy en la Universidad de La Habana algo emergente, atomizado y poco representativo.

http://www.uh.cu/static/images/consejoUniversitario/equipoRectoral/pics/norma.jpgNorma Barrios, vicerrectora docente (en la foto), estima entre 15 y 20 los alumnos que optan por el pluriempleo, en una universidad con más de ocho mil educandos en la modalidad de enseñanza regular diurna.

La mayor tendencia a emplearse es de quienes cursan carreras de Ciencias Sociales y Humanísticas, en comparación con los que se forman en las Ciencias Exactas, Naturales y Económicas, señaló Barrios. Ello puede deberse –añadió-, entre otras razones, a que los alumnos de este último grupo generalmente reciben clases en dobles sesiones y están más involucrados en actividades de preparación pre-profesional relativas a problemas sociales y locales concretos.

La mayoría de esos jóvenes trabajadores se ha vinculado a la docencia en la enseñanza media, impartiendo asignaturas como Español, Historia, Cultura Política, Matemática e Inglés, lo cual constituye un soporte fundamental para el sistema educativo cubano, mientras que otros se han ocupado como custodios y personal de servicio.

¿POR QUÉ LO HACEN?

La vicerrectora docente aseguró que las motivaciones de esos estudiantes para acogerse al pluriempleo son sus necesidades económicas. Algunos casi se vieron obligados a abandonar la Universidad por razones familiares de manutención y emplearse les ha permitido disponer de recursos materiales para continuar sus estudios.

Como intereses secundarios, en algunos casos se observa también la realización profesional y personal. Por ejemplo, Yosel Martínez, estudiante de Periodismo que trabaja como profesor de Historia de Cuba en un preuniversitario cercano a su domicilio en el municipio de San Miguel del Padrón, afirmó que "para ejercer esa labor, tiene que gustarte y tanto es así que si no me pagaran en un mes, de todas formas lo haría".

Alba León, de la misma carrera y profesora de idioma Inglés en un preuniversitario alejado de su residencia, reconoce haber desarrollado otras motivaciones vinculadas con su futura profesión. Lo vivido en el pre le ha hecho pensar en el desarrollo de experiencias de comunicación comunitaria para la orientación vocacional de sus alumnos, que en ocasiones le interrumpen la clase para preguntarle con avidez: "¿Cómo es estar en la universidad?"

 ¿TODOS PUEDEN?

En esta combinación del estudio y el trabajo, la legislación define que "el trabajo o actividad que realice el estudiante no debe afectar o limitar su rendimiento docente".

Norma Barrios apunta que, si bien emplearse es un derecho del alumnado, la solicitud se aprueba de forma casuística en las facultades, donde se exige que sea una ocupación a tiempo parcial, cuyos horarios se adecuen a la docencia establecida y no a la inversa.

"Su prioridad es el estudio", recalcó la vicerrectora docente.

¿DISMINUYE EL RENDIMIENTO DOCENTE?

En diálogo con los decanos de las facultades, Barrios ha apreciado que los alumnos pluriempleados "no se puede afirmar que hayan perdido calidad en sus estudios y se observa que realizan esfuerzos extraordinarios que dan sus frutos".

Yosel Martínez destaca con cifras que su rendimiento académico en el semestre en el que empezó a trabajar como profesor fue, incluso, mayor que en cursos anteriores. Entre otras habilidades, el joven afirma haber desarrollado "un mayor dominio de la oralidad, muy útil para exponer en clases y para mi futura profesión."

Por otro lado, ocurre también que varios estudiantes muestran el tino de abandonar los empleos cuando consideran que podrían comenzar a afectarles sus resultados docentes. Abocado a la realización de su tesis de diploma, el propio Yosel reconoce que tendrá que dejarlo porque estará "al límite", si bien con cierta pena por tener que abandonar a "sus muchachos".

Mientras, su compañero de grado y profesor de Inglés en una secundaria básica, Richard Ruiz Julien, intentará seguir pues necesita solvencia para afrontar sus responsabilidades como recién casado que empieza un nuevo hogar. Su vivencia le ha enseñado que "la clave está en disciplinarse, priorizar y organizarse muy bien; aunque, indudablemente, se le dedica menos tiempo a las tareas universitarias, a divertirse, a las ocupaciones de la casa, etc."

¿Y LA FAMILIA?

La mayoría de los alumnos entrevistados refieren que sus familiares mostraron inquietudes sobre la pertinencia de simultanear el estudio y el trabajo, en algunos casos porque pensaban que no era necesario económicamente, y en otros porque temían que pudiera afectarles el rendimiento docente.

Aunque, a la larga contaron con el respaldo moral de su decisión y dispusieron del no menos necesario apoyo económico. Varios, como Alba León, declararon que "el salario que recibo no es suficiente para que mis padres dejen de mantenerme, si bien puedo costearme algunos gastos personales".

Desde su experiencia, la vicerrectora docente de la Universidad de La Habana apuntó que "siempre ha sido una gran preocupación de los estudiantes el hecho de depender económicamente de las familias y trabajar los posiciona en otro estatus, pero resulta muy difícil hacer ambas cosas si no se tiene el sostén familiar".

Desde un enfoque generalizador, el bajo rango del pluriempleo en la Universidad de La Habana y las vivencias escudriñadas apuntan hacia la importancia que tiene para muchas familias cubanas la formación profesional de sus miembros; y, a la par, deja entrever cómo históricamente el núcleo se ha sentido responsable de mantener económicamente a quienes se encuentran estudiando como actividad priorizada.

ÁNGULO ANCHO

Viéndolo desde lo que sucede hoy en la Universidad de La Habana, el pluriempleo se proyecta hoy como una oportunidad para el alumno, más que como necesidad vital de este.

Los que la han asumido profundizan en su formación profesional, satisfacen sus necesidades económicas y, a la par, resuelven una necesidad social como puede ser, por ejemplo, colaborar como profesores en la enseñanza media.

Entre las condiciones identificadas por algunos para sentirse más satisfechos con la oportunidad que les ofrece el pluriempleo está laborar en lugares cercanos a sus residencias o a la universidad y acceder a trabajos más relacionados con sus perfiles profesionales.

Alba León manifiesta su intención de desvincularse de su empleo actual en busca de otros espacios donde logre ambas cosas, si bien dice sentirse satisfecha porque "me he percatado de que soy muy capaz y puedo hacer más actividades que las desarrolladas anteriormente".

En una apreciación empírica, René Cárdenas, vicedecano docente de la Facultad de Filosofía e Historia, sugiere que podría estimularse el pluriempleo en varios espacios de la propia Universidad, "en las bibliotecas, en las editoras, en las imprentas, en los comedores, siempre a tiempo parcial."

El veterano educador valora que el trabajo ayuda a la maduración de la persona, pues organiza y disciplina, y el estudiante experimenta satisfacciones al vivenciar que, por esforzarse, obtiene un dividendo. "Ello está acorde con el cambio de mentalidad a que hemos sido llamados por el presidente Raúl Castro; el trabajo debe ser valorado como la principal actividad que permite el sustento y desarrollo del individuo y de su familia en nuestra sociedad".

A juicio de Norma Barrios, "podría ser que alguien pensara que quienes están ejerciendo como custodios no aprenden nada. Además de que ningún trabajo deshonra, la actitud de disciplinarse que desarrollan en el trabajo se vuelca en el estudio, pues ganan en sentido de responsabilidad hacia las tareas que emprenden; y eso también es aprendizaje y formación integral para la vida en nuestra sociedad".


Compartir

Carol Muñoz Nieves

Licenciada en Periodismo desde 2010. Aborda temas relacionados con la juventud cubana.


Deja tu comentario

Condición de protección de datos