Nuestro país se caracteriza por la coexistencia de múltiples religiones y el sincretismo. Desde sus inicios las manifestaciones de fe han formado parte de la identidad de su gente.
Prácticas hispanas llegaron al archipiélago de mano de los colonizadores españoles, mientras que las creencias africanas fueron traídas por los esclavos, luego el protestantismo cobró fuerza durante la influencia estadounidense en el período neocolonial.
En la Cuba de hoy coexisten comunidades católicas, protestantes, musulmanas, judías, seguidores del conjunto conocido como la santería, testigos de Jehová, budistas, representaciones de las iglesias ortodoxas Rusa y Griega, asociaciones fraternales y muchas otras que forman parte de la vida cotidiana.
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Adelaida Borges, conocida en la capital cubana como Señora Habana, encontró en la religión yoruba su lugar (Foto: Fernando Medina/ Cubahora)
Además, está presente la religiosidad no institucionalizada que se desarrolla con actos religiosos y creencias más desde lo personal. Como también se practica la devoción a figuras consideradas milagrosas como la Santa Bárbara, la Virgen de la Caridad del Cobre y San Lázaro, a quienes se les hacen peticiones y promesas.
En general, es todo un entramado que crece y se diversifica con el tiempo. “Lo característico de Cuba es que, siendo ajiaco, su pueblo no es un guiso hecho, sino una constante cocedura”, decía el antropólogo cubano Fernando Ortiz.
Papa Francisco durante su visita a Cuba en 2015 (Foto: Cubadebate)
Sin embargo, a pesar de la diversidad, en Cuba se mantiene la tolerancia hacia las múltiples expresiones de fe de su pueblo. Creyentes y no creyentes tienen los mismos derechos ante la ley y se les respeta sus opiniones por igual.
Según la Constitución de la República nuestro país es un Estado laico. En el artículo 15 refiere que “las instituciones religiosas y asociaciones fraternales están separadas del Estado y todas tienen los mismos derechos y deberes. Las distintas creencias y religiones gozan de igual consideración”.
En Cuba también se practica la devoción a figuras consideradas milagrosas como San Lázaro (Foto: Fernando Medina/ Cubahora)
Asimismo, el artículo 57 establece que “toda persona tiene derecho a profesar o no creencias religiosas, a cambiarlas y a practicar la religión de su preferencia, con el debido respeto a las demás y de conformidad con la ley”, lo que está en acuerdo con el respeto a los derechos humanos y a la no discriminación por razones de creencia religiosa también expresados en la Carta Magna.
La Liga Islámica de Cuba cuenta con reconocimiento jurídico desde 2007 y representa a la comunidad musulmana en el país (Foto: Fernando Medina/ Cubahora)
No obstante, Estados Unidos incluyó recientemente a Cuba en una lista punitiva y unilateral sobre libertad religiosa, hecho denunciado dentro y fuera del país. Al respecto, el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, denunció: “nuevamente, el Gobierno de EE.UU. necesita recurrir a acusaciones deshonestas para mantener insostenible política de abuso contra el pueblo cubano”.
Aunque queda todavía por hacer para mantener el diálogo interreligioso, el respeto mutuo, la tolerancia hacia la diversidad y la coexistencia de la multiplicidad de prácticas e instituciones religiosas en el país, la libertad de practicar la fe y expresarla se mantiene. El cubano cree a su manera y se le respeta.
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