Después de meses de clandestinidad e intensos preparativos en México, el yate Granma zarpó del puerto de Tuxpan, en Veracruz, al filo de la medianoche del 25 de noviembre de 1956, en medio de una tormenta que había obligado a las autoridades portuarias a prohibir la salida del río hacia las revueltas aguas del Golfo de México.
En el silencio más absoluto los expedicionarios fueron subiendo a bordo, cargando con ellos sus armas, municiones, agua, algunos sacos de naranjas y otros alimentos, para iniciar la travesía hacia la Historia.
Quien vea hoy aquel yate de recreo, convertido en buque de guerra, difícilmente podrá entender cómo fue posible que en tan pequeño espacio pudieran navegar 82 hombres (78 cubanos, un argentino, un mexicano, un dominicno y un italiano) con sus equipos de combate y toda la carga.
Durante tres días y con mal tiempo, navegaron por el Golfo de México. Ya el 28 llegaban al Mar Caribe, agitado y embravecido. El 30 de noviembre y mientras navegaban rumbo a Cuba, la radio de la embarcación transmitía información del levantamiento de Santiago de Cuba, encabezado por Frank País. La acción se había preparado para apoyar el desembarco del Granma.
Luego de varios días, llegan el 2 de diciembre de 1956 a Los Cayuelos, a unos dos kilómetros de la playa de Las Coloradas y avistados por la aviación enemiga, la zona fue sometida a un intenso tiroteo, por lo que tuvieron que moverse en el fango y entre manglares para poder llegar a tierra firme.
Al día siguiente al darse a conocer la noticia falsa que Fidel había muerto, es cuando se produce en Alegría del Pio, el primer encuentro entre los expedicionarios y las fuerzas de la tiranía la que inició después de detectar a los hombres del Granma un ataque sorpresivo, conocido como el bautismo de fuego de los expedicionarios del Granma, iniciándose así la forja de lo que sería el Ejército Rebelde.
Los expedicionarios fueron atacados y dispersados, pero repuestos de la sorpresa, los sobrevivientes trataron de cumplir el compromiso contraído: llegar a la Sierra Maestra y continuar la lucha.
El desembarco del Granma sería el paso inicial para la formación, primero del destacamento guerrillero, luego del Ejército Rebelde y finalmente de las gloriosas Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Muchas y duras batallas se libraron en las montañas y ciudades para llegar al triunfo definitivo. Las FAR han sido para la Revolución Cubana un poderoso escudo para su defensa y de ellas otros pueblos han recibido el desinteresado y decisivo aporte de su internacionalismo para salvaguardar u obtener la independencia.
Raúl Castro, en el aniversario 45 de la fecha del 2 de diciembre, dejó esclarecida la significación de este día, al enfatizar que “tenemos una concepción clara de cómo defendernos y contamos con los medios necesarios para hacerlo. Y lo que es mucho más importante, suman millones los patriotas dispuestos a empuñar las armas, si algún día fuera necesario, y cada vez con mayor preparación en todos los terrenos... y sobre todo con una elevada moral y profundas convicciones políticas.
“Las FAR seguirán estando firmemente fundidas con el pueblo, seguiremos siendo, como dijo Camilo, ‘el pueblo uniformado’. Con él participamos cotidianamente en cada combate de la actual batalla de ideas y del esfuerzo por elevar nuestra preparación en todos los sentidos, en el conocimiento de la historia patria, en la formación político-ideológica y por alcanzar una cultura general integral, algo esencial para vencer los retos del siglo XXI.”
Y concluyó Raúl: “Esa pequeña nave ha pasado a ser símbolo de independencia, dignidad y justicia, de permanente decisión de lucha y fe inquebrantable en la victoria. Por eso todo nuestro pueblo combatiente, y como parte de él los miembros de las FAR, seremos siempre tripulantes del Granma. ¡Esa es la garantía de la eterna existencia de la Revolución y de la Patria!
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.