//

martes, 24 de diciembre de 2024

Mercedes y sus días de Girón

No solo en el campo de batalla se defendió el socialismo de los invasores que Estados Unidos envió a Cuba, hace 55 años...

Yuniel Labacena Romero en Exclusivo 08/04/2016
1 comentarios

Todo un pueblo defendió el socialismo durante los días de Girón. Muchos de ellos, estudiantes universitarios que poco antes de la invasión enemiga se unificaron a las Milicias Nacionales Revolucionarias como el Batallón 154. Mercedes Mendiola Figueroa fue uno de ellos y todavía recuerda con emoción aquellos días cuando inquieta dio el paso para integrarse junto a otras 49 femeninas de la Universidad de La Habana, a “su querido Batallón de milicias”.

Tenía entonces 20 años y no imaginaba que ese paso tan firme le abriría la puerta para una acción de tamaña proeza. La alegría y el júbilo brotan otra vez de su rostro al evocar aquel tiempo, y sobre todo cuando, como parte del Batallón Femenino Lidia Doce, cumplió trascendentales misiones durante la invasión mercenaria por Playa Girón. “En la Escuela de Responsables de Milicias nos preparamos durante seis meses para las principales tareas de la defensa.

”Cuando Girón, habíamos vencido el entrenamiento y teníamos la experiencia de haber cuidado los principales inmuebles de la capital, durante la movilización del cambio de poderes en Estados Unidos”, cuenta Mercedes, quien destaca que los universitarios fueron un obstáculo frente a la contrarrevolución y los planes agresivos y terroristas del imperialismo en los primeros años del triunfo revolucionario.

“Todos integramos primero la Brigada Universitaria José Antonio Echeverría, surgida en la Universidad de La Habana por iniciativa de Fidel y que poco después pasaron a llamarse Milicias Universitarias; esas, que durante los días de Girón vistieron su mejor gala y resultaron también decisivas en la derrota de los invasores que Estados Unidos envió hacia allá, hace 55 años”, aseguró.

Mercedes recuerda que “desde el Estadio Universitario Juan Abrantes, donde estaba de guardia junto a otras compañeras, sentimos los estruendos de los bombardeos a los aeropuertos, en horas de la madrugada del 15 de abril. Fue cuando todo cambió y comenzó entonces nuestro ajetreo. El 16, los milicianos universitarios estuvieron en la custodia de los féretros y en la despedida de duelo.

”No faltaron las féminas, quienes al amanecer del 17, iniciado el desembarco, comienzan a trasladarse hacia los edificios más importantes de la capital: embajadas, iglesias, empresas telefónicas y eléctricas, emisoras de radio y canales de televisión, ministerios y hasta el cementerio. Junto con algunos hombres se nos asignó el cuidado de la ciudad. Se sustituyó a la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), que estuvo en otras operaciones en Girón. Muchas mujeres fueron comunicadoras, otras asumieron el tránsito y también se nos preparó como oficial de carpeta.

”En plena batalla se nos ordena la custodia del recinto universitario y sus dependencias. Lo primero que aseguramos fueron los valores de la actual Casa Estudiantil, que se convierte en una guarnición de la Milicia. Aquí nos alojábamos para controlar la seguridad de la Universidad y ser parte de ese pueblo que escribió un capítulo heroico en defensa de su soberanía”, asevera.

La noticia de la liquidación de los mercenarios fue para Mercedes algo sorprendente, en ese instante no pudo comprender tal acontecimiento. “Estaba en la Universidad, cuando nos dijeron que no debíamos partir a Girón, que se había triunfado. Cuanta alegría y abrazos. Esperamos lo peor, pensamos que la capital volaría. Pero, la unidad de todo el pueblo lo impidió. Existía el dolor de los que murieron, pero su sangre no fue en vano. Le habíamos propinado una gran paliza al imperialismo”, dice

Vale destacar que, tras la victoria, los prisioneros fueron trasladados a La Habana, donde se les permitió la visita de sus familiares. Rememora Mendiola Figueroa que los penados eran bien atendidos. “Hubo compañeras nuestras en la Ciudad Deportiva y en el Hospital Naval, aun en construcción. Allí fueron ubicados para impedir que pudieran organizarse o llevar a cabo alguna provocación. Éramos las encargadas de recibir a los familiares, asumir todo el proceso de verificación de a quiénes iban a ver, y de escoltarlos hasta los cubículos”.

Mercedes no estuvo en el campo de batalla, pero ocupó un lugar trascendental en la defensa, quizás por ello afirma satisfecha que “los días de Girón jamás han salido de su mente” y que “pertenecer al Batallón universitario fue un cambio muy grande en su vida”, pues “no solo representó un salto a la firmeza, sino también a la madurez al tener que enfrentarme con un arma y saber que si era necesario emplearla, lo haríamos por una causa justa”.


Compartir

Yuniel Labacena Romero

Se han publicado 1 comentarios


Jennifer lazo hernandez
 20/12/19 10:14

Buenos dias. Me encantaria conocer mas del tema, yo soy estudiante de 5to año de Licenciatura en historia de la Univeridad de la Habana, y estoy realizando mi tesis precisamente sobre las Brigada Universiarias Jose Antonio Echeverria, y abordo tambien la Brigada Lidia Doce. Si existe alguna oportunidad en que puedan facilitar mas informacion sobre el tema estaria super agradecida.

 

Deja tu comentario

Condición de protección de datos