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jueves, 28 de noviembre de 2024

Reconfiguraciones que definen

La discusión del anteproyecto de Ley Código de Trabajo inyecta ánimos para la problematización y la búsqueda de alternativas que devengan mejores escenarios laborales...

Yoelvis Lázaro Moreno Fernández en Exclusivo 15/11/2013
3 comentarios
Anteproyecto de Ley Código de Trabajo
El documento respeta los principios del derecho al trabajo, implícitos en la Constitución cubana.

El 2013 ha sido un año de preparativos e indagaciones obreras, un año que ha provisto a las estructuras sindicales del país de voz, en el sentido mejor concebido y plural de la palabra, para decir, refutar, proponer, sugerir, insistir y hasta alertar de todo cuanto viene marcando la actualización del modelo económico cubano, algo que, a veces, de tanto proferirse como un referente contextual, acaba siendo una mera etiqueta discursiva. Y es por ahí por donde debiéramos comenzar haciendo las mayores salvaciones, las interrogantes de mayor peso.

Por razones que han de trascender meros formalismos o procederes quietistas que cuadriculan, en ocasiones, las amplias posibilidades para el debate, no es desatinado cuestionarse, desde perspectivas críticas y revisionistas, qué significa actualizarse para el movimiento obrero cubano, vísperas del XX Congreso de la CTC. O lo que sería algo bien parecido: de qué modo hemos ido trazando las perspectivas para vindicar de una vez y por todas el papel del trabajo y el salario mediante una correspondencia que se haga efectiva y tangible, que logre sustentarse y erigirse desde intenciones prósperas, como el propio socialismo cuyo proyecto, a pesar de sus muchísimos desafíos, sigue siendo el camino.

 Y no creo que ande yo a esta hora descubriendo el agua tibia con la sugerencia de apostar por esta pregunta cuando apenas falta poco menos de tres meses para las sesiones finales de la cita laboral. Ya esa interrogante ha quedado hecha; pero, más que hacerla o replantearla sin automatismos expresivos, toca darle respuesta con ejecuciones convincentes que se funden sobre la base de ideas claras, perspectivas objetivas que nos lleven a verlo todo de una mejor manera.

Más allá de la coincidencia temporal, la discusión del Anteproyecto de Ley Código de Trabajo, que desde hace varios meses inyecta ánimos para la problematización y la búsqueda de alternativas conjuntas que devengan mejores escenarios laborales, acuna la posibilidad de actualizar también. Pero, al igual que con los debates previos al Congreso de la CTC, no puede ser una actualización solo en tiempo y forma presente, o sea, sumando los nuevos modelos de gestión que han emergido,  sino que ha de tenderse con lecturas mediatas y a largo plazo, hacia lo que pudiera suceder, o dejar de ocurrir, quizás en un año, en un quinquenio, en un año o en dos.

Actualizar, en términos de trabajo y sindicato, representa auscultar con mirada aguzada el escenario en el que estamos y, a la vez, los múltiples escenarios que convergen en él; asumir cada rearticulación en medio de un panorama económico que se hace irreversible  con su consabida importancia, pero, al mismo tiempo, con el carácter estratégico que puede traer implícito, aunque no hay nada más estratégico que la necesidad de seguir dirigiéndonos, aunque cueste verlo como fin mayor, hacia ese principio de distribución socialista de que “cada cual según su capacidad, cada cual según su trabajo”, que tan herido nos los dejó el tristemente célebre Período especial, junto a otros imperativos inaplazables que han puesto lo suyo también. 

Al tiempo que la productividad y la eficiencia del trabajo se prueban como  constantes en la marcha, ello tendrá mejores dividendos en la medida en que las condiciones, posibilidades y garantías de lo que se haga alcancen concreciones de mayor impacto en la vida de las personas. Por eso, no es casual que se apueste, con una seriedad que define, por las propuestas de los debates que por estos días desarrollan los parlamentarios cubanos por regiones del país.

Se trata de seguir abriéndonos a nuevas ideas, o corregir las ya existentes, proponerle enmiendas u observaciones posibles deslices en tiempos definibles desde ya. Porque la cuestión está precisamente ahí: en polemizar desde el convencimiento, la lógica y la crítica constructiva, con el fin de que la ley que se apruebe en las venideras sesiones de la Asamblea Nacional se convierta en un cuerpo legal que avale los derechos y deberes verdaderamente legítimos del movimiento obrero cubano, sin que haya exclusiones ni elementos que queden gravitando para que luego pesen por descuidos. 

 Justamente, en el reciente intercambio de los parlamentarios de las provincias de Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey, según trascendidos de la prensa nacional, se discutieron con énfasis cuestiones apegadas a la médula de lo que bien pudiera ayudar a definir en materia de organización y disciplina como son el correcto proceder de los contratos de empleo, el trazado coherente de la política salarial y los conflictos laborales, de cuyas soluciones atinadas dependen no pocas actitudes hacia el propio trabajo, mucho más cuando la idoneidad como expresión demostrada ha de afincarse sobre bases cada vez más legibles, que no dé pie a los desenfoques ni a los malos entendidos.

Es lógico que haya no pocos elementos susceptibles de revisarse y corregirse, como destacó, hace pocos días, Margarita González Fernández, ministra de Trabajo y Seguridad Social. Pero de eso se trata exactamente: oxigenar, redefinir y actuar con previsión, porque la idea es aprovechar las posibilidades que se abren y las que debemos ver sin escepticismos, para desde ahí lograr conexiones diversas que vayan desde el buen clima del trabajo, las responsabilidades compartidas y adquiridas hasta la economía toda: la de la casa y la que va más allá.


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Yoelvis Lázaro Moreno Fernández

Joven periodista que disfruta el estudio del español como su lengua materna y se interesa por el mundo del periodismo digital y las nuevas tecnologías...

Se han publicado 3 comentarios


karelia
 19/11/13 14:49

LO MAS IMPORTANTE ES ESCUCHAR A LOS TRABAJADORES Y DESPUES HACER CORRESPONDER LAS DECISIONES CON LAS PROPUESTAS SURGIDAS DESDE LOS QUE TRABAJAN. EN TODO ESTE PROCESO HE VISTO MUCHAS INCONGRUENCIAS: LA HABANA YA TERMINO SU PROCESO DE DISCUSION, SIN EMBARGO EN MI ORGANISMO NO SE HA LLEVADO A CABO; LOS DIPUTADOS ANALIZANDO LO QUE HAN PROPUESTO LAS ASAMBLEAS DE TRABAJADORES, QUE ESTAN ANALIZANDO? INTERVENCIONES DE LIDERES SINDICALES QUE USTED NO SABE A CIENCIA CIERTA SI ES EL DIRECTOR DE LA EMPRESA O EL ADMINISTRADOR EL QUE ESTA HABLANDO.GRACIAS.

Yosi
 16/11/13 9:32

Este tema tiene muchas interrogantes y lo que he leído en la prensa hasta ahora no convence. Muchas cifras como si fuera un examen de matemáticas pero no explica nada sustancial sobre los principales problemas que preocupan a los trabajadores y que´solución puede tener.

Mercy
 15/11/13 10:33

Pero lo que yo quiero saber es por qué el compañero Guilarte y los otros dirigentes sólo hablan de cifras como si fuera un campeonato de matemática. Por qué los diputados siguen discutiendo y no hay nada que compare, que precise qué es lo que dijo la gente, qué se va a mantener. En fin, bien por el periodista pero sería bueno seguir esa pista. De qué se tratan los cambios sin mencionar capítulos (por ejemplo, contrato de trabajo) qué cosa? si el salario es algo que se está pidiendo pero por otro lado ya se ha dicho en la propia asamblea que no puede ser por ahora, qué es lo que irá al anteproyecto? por qué no dejan a las instituciones ser un poco más autónomas y responsables para tomar decisiones en cuanto a su presupuesto, plazas, personal, forma de contatación? Qué pasó con el reglamento del Anteproyecto que cuando se discutió todavía no estaba disponible? y salimos de una gran discusión y ahora tenemos otro documento a discutir en menos de tres meses para un congreso después de tanto tiempo sin congreso, no es mucho eso? Gracias.

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