Desde hace más de diez años, Mayulis, mi barbera, trata de meter en cintura una melena rebelde que me empeño en mantener despeinada. Con destreza, ella lucha contra mis canas, mientras habla sin parar de lo humano y de lo divino.
Por eso, cada visita a la barbería Frankfurt, que está a dos cuadras de la histórica esquina habanera de 23 y 12, es ocasión de privilegio para actualizarse sobre el experimento de arrendamiento de esos locales.
Pero este fin de semana, Mayulis parecía particularmente exultante. "Nos bajaron los impuestos", me soltó a boca de jarro, entre tijeretazo y tijeretazo, para después contarme sobre la reunión que había tenido el viernes último en la Empresa.
Y es que luego de un experimento de casi dos años de arrendamiento, las barberías y peluquerías más pequeñas, estas que apenas tienen hasta tres sillones pasarán en breve, de manera definitiva, al régimen de trabajo por cuenta propia, de acuerdo con una reciente resolución ministerial conjunta.
"Se ha decidido mantener ese sistema de gestión con carácter definitivo", señala el texto publicado en el sitio web de la Gaceta Oficial y firmado por las ministras de Finanzas, Lina Pedraza; Trabajo y Seguridad Social, Margarita González, y Comercio Interior, Mary Ortega.
La resolución, que entra en vigor el próximo primero de diciembre, establece el arrendamiento definitivo de esos locales a sus trabajadores, quienes a partir de ese momento serán considerados como cuentapropistas.
Así, barberos, peluqueras y manicuras, quienes antes formaban parte de las plantillas de las Empresas Provinciales de Servicios Técnicos, Personales y del Hogar, pasarán al sector de empleo no estatal.
El nuevo instrumento legal incluye un detallado reglamento que establece formas, deberes y derechos para la renta de esos locales, convertidos en una verdadera institución en los barrios, pues por lo general son punto de reunión de los parroquianos, aunque ni siquiera vayan a mirarse en el espejo.
Como ya hacen a modo de prueba, desde el mes próximo los arrendadores de esas barberías y peluquerías asumirán de manera definitiva los gastos de electricidad, agua, gas y teléfono de esos locales, los que seguirán siendo propiedad de las citadas Empresas Provinciales.
A esos nuevos cuentapropistas se les reconocerá como tiempo de servicio el trabajado para la empresa estatal y pagarán al fisco las cuotas consolidadas mínimas, de acuerdo al régimen simplificado de tributación.
Las tarifas de arrendamiento por metro cuadrado serán aprobadas por los Consejos de la Administración Municipales, a propuesta de la empresa estatal y en correspondencia con la ubicación de los establecimientos en zonas urbana, rural o montañosa.
De acuerdo con lo establecido, peluqueras y barberos de Plaza, Playa, Habana Vieja, Diez de Octubre, Centro Habana, Marianao y Cerro pagarán como mínimo, respectivamente, 400 y 220 pesos mensuales, mientras que en la Isla de la Juventud, por poner solo un ejemplo, abonarán cada 30 días 100 y 80 pesos.
La aplicación de ese nuevo modelo de gestión económica, que está basado en la oferta y la demanda y por eso aún tiene altos precios, ha permitido al Estado incrementar los ingresos por el cobro de los tributos y de los arrendamientos, y de paso eliminar la apropiación indebida de los ingresos.
El éxito de la experiencia, que también se prueba en algunas bases de taxis, abre la puerta para emprendimientos similares en otros sectores, algo que cambiará la imagen del país, como ya se hace desde barberías y peluquerías que ofrecen este nuevo look.
Ariel
15/11/11 15:28
vamos vamos a pelarnos!
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