Entrémosle al 2023 con todas las reservas y energías posibles

Que Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba  y Presidente de la República, comenzara el cinco de enero, por Ciego de Ávila, una serie de reuniones con las máximas autoridades de todos los territorios, resulta de extraordinario valor ante la urgente  necesidad de en el 2023 dar el salto para salir de la crisis económica y social que enfrenta el país.

Por ello la participación en esos encuentros de una amplia representación de las principales empresas estatales, Mipymes, cooperativas y demás actores económicos ha sido vital, por corresponderles la altísima misión de aportar bienes y servicios en beneficio del pueblo y de la nación, cuando son enormes las carencias, se requiere sustituir importaciones e iniciar el año con mente positiva, como decimos en buen cubano.

Vivimos tiempos difíciles y necesitamos hacer cosas diferentes, no podemos entrarle al 2023 haciendo más de lo mismo, ha reiterado Manuel Marrero Cruz, Primer Ministro de la República, y bajo tal imperativo ha sido estimulante escuchar en voz de productores, de científicos y directivos la marcha de proyectos dirigidos a aportar más comida, a mejorar el bienestar y la calidad de vida de la gente, de los propios colectivos laborales...

También se ha criticado con fuerza –y definido acciones para su solución- lo relacionado con la eliminación progresiva de la inflación, el desabastecimiento de alimentos y otros productos de primera necesidad, la mala calidad de los servicios, la devaluación monetaria y la corrupción y las ilegalidades.

Poco antes de estos encuentros de la máxima dirección del país con las provincias, cada Asamblea Municipal del Poder Popular aprobó el presupuesto y el Plan de la Economía para el 2023 en la última semana de 2022, lo cual nunca se había logrado en tan temprana fecha.

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Con la anuencia de sus delegados y directivos de entidades administrativas esos órganos locales definieron prioridades, dónde concentrar los recursos financieros, qué programas priorizar, cómo concebir la atención a los más necesitados,  el uso de la contribución territorial y cómo captar mayores ingresos y recaudación con vistas a dar cobertura a los gastos prioritarios.

NECESARIO PRIORIZAR LOS INGRESOS, LOS TRIBUTOS, LA DISCIPLINA FINANCIERA

Tal cual señaló la Máster en Ciencias  Maritza Cruz, viceministra de Finanzas y Precios, en la edición dominical de Cuadrando la caja del 8 de enero pasado,  por ser un presupuesto esencialmente social hay que tener una mirada también hacia los ingresos, cómo los incrementamos en aras de reducir el déficit fiscal.

Por ello la disciplina financiera, el cumplimiento del pago de los tributos al Estado, sobre todo en el tiempo establecido, estará entre las prioridades de los gobiernos locales, máxime cuando de ahí sale el salario de los trabajadores, la seguridad social, el pago a las pensiones…

Tenemos que lograr eliminar las evasiones fiscales y en tal sentido mediante un plan de comunicación social que la población conozca más de los tributos, de su importancia,  involucrarla en la necesidad de que todos tributamos y cooperemos para que ese presupuesto, con su uso eficiente y eficaz, se revierta en mayores beneficios sociales y respalde servicios básicos, manifestó la funcionaria.

De la misma forma se necesita potenciar en los municipios los proyectos de desarrollo local sobre la base de que no solo generen empleo sino bienes y servicios a favor de la población y no gastos a futuro.

Mas esos no son los únicos problemas a superar en el 2023, pues al decir del Doctor en Ciencias Jesús Pulido Catasús, Premio Nacional de Economía, hay que acabar de resolver el asunto de que los empresarios sean verdaderos empresarios aun cuando ello requiere de un cambio de mentalidad, tras muchos años de contar con una economía  en la cual desde arriba, desde el nivel central, se asignaban los recursos para los territorios y entidades.

LA ESTABILILIZACION MACROECONOMICA, OTRO OBJETIVO EN EL 2023

Ante un escenario en el cual se mantendrán las restricciones económicas y financieras que imponen el recrudecido bloqueo estadounidense,  y  el incremento de la inflación global expresado en  los elevados costos de las materias primas, insumos y productos importados, la batalla contra la inflación, por reducir los gastos y el déficit fiscal, en fin, por la anhelada estabilización macroeconómica requerirá sobreesfuerzos, mucha voluntad y creatividad.

Tal cual explicara el joven especialista  Joel Ernesto Marill Domenech, del Ministerio de Economía y Planificación, desde 2021 Cuba viene sufriendo una desestabilización macroeconómica que ha provocado calamidades como la inflación y un retorno a la dualidad monetaria,  al echar por tierra los elementos fundamentales del ordenamiento monetario,  entre estos la unificación monetaria.

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Por consiguiente, explicó en Cuadrando la caja,  el país no pudo avanzar en transformaciones más profundas. Incluso en su opinión el encadenamiento productivo se ha desarrollado mejor en el sector privado que en el estatal,  pues el primero  opera con un tipo de cambio completamente diferente y con menos trabas, respecto  al que asumió el segundo.

A diferencia de cómo mayormente en América Latina los gobiernos de derecha  intentan lograr la estabilización macroeconómica con medidas neoliberales, en Cuba según han reiterado sus dirigentes –y así consta en los documentos rectores de la nación – nunca habrá terapias de choque, de reducir gastos en servicios básicos como la salud y la educación,  de dejar sin empleo a miles de trabajadores y otras salidas nada populares.

Pero el protagonismo de todos los actores económicos es esencial, y donde sea posible, fomentar el encadenamiento productivo.

Hay cifradas esperanzas en cuánto puede ayudar la inversión extranjera a resolver viejos problemas o necesidades del país, cómo ya van en vía de hacerlo algunas firmas o compañías foráneas asentadas en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, y también en que en el 2023 empiecen a verse los primeros frutos de la reciente gira del Presidente cubano por  Argelia, Turquía, Rusia y China.

La falta de divisas para enfrentar múltiples programas e inversiones, y pagar compromisos internacionales, obliga a que procuremos aumentar y diversificar las exportaciones en lo cual, además de los productos tradicionales, sea significativo el aporte de la industria médico-farmaceútica y de los servicios en el campo de la salud, además de la recuperación del turismo.

De estos y otros asuntos vitales, de los problemas por resolver y hasta el cómo asumirlos, se ha hablado mucho por estos días; primero en los recientes V Pleno del Comité Central del Partido y Décimo periodo ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y ahora en el seno de las Asambleas Municipales del Poder Popular, al aprobarse el presupuesto y plan de la economía, y en los encuentros de la dirección del país con los territorios.

ASAMBLEAS LABORALES PARA DISCUTIR EL PLAN DE LA ECONOMIA Y PRESUPUESTO

Pero queda otro escenario de suma importancia, como son las asambleas con los colectivos laborales dirigidas a discutir de manera profunda, lejos de la rutina, los planes de producción y de servicios, el presupuesto y los posibles ingresos en los centros, donde además se impone consolidar la contabilidad, el control de los recursos, la salud económica y financiera.

Como diría Díaz-Canel la discusión del plan de la economía en los colectivos laborales tiene que ser un proceso continuo donde se analice de forma sistemática la marcha de su cumplimiento; cada trabajador que tenga una propuesta sobre qué hacer y cómo trabajar para lograrlo, debe hacerlo, es decir, que ellos se sientan parte imprescindible de este proceso de creación colectiva.

A quienes piensan que nuestra capacidad de generar trabas y dificultades supera la capacidad de solucionarlas o enmendarlas,  podríamos demostrarles que ante un año tan retador los que queremos un mejor país asumiremos el 2023 con todas las potencialidades, reservas, motivaciones y energías posibles, pues sigue en juego la supervivencia de la Revolución.