El transporte público, cuando malas actitudes agravan el sector 

Aunque la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) realizará este año la más alta fiscalización al Ministerio de Transporte (Mitrans), para evaluar dentro del Programa de gobierno la incidencia del importante sector, no hay un día en que éste se vea sometido a la mirada crítica de la población y a las presiones de la economía.

La baja disponibilidad técnica de cientos de equipos destinados a la transportación de pasajeros y de cargas, paralizados en todo el país por falta de piezas, lubricantes y repuestos, la escazes de combustible y de divisas, y las interrupciones eléctricas son causas del deterioro de la vital actividad, en unos lugares más que en otros.

De acuerdo con el informe presentado en el balance del Mitrans correspondiente al 2024, por su titular Eduardo Rodríguez Dávila, continúa la tendencia negativa en la transportación de pasajeros en las ramas automotriz, ferroviaria, aérea y marítima.  

Muy compleja es la situación de los ómnibus urbanos, en particular en la capital, con cifras inferiores a la de los años más complejos del Período Especial. 

Según directivos de La Habana están paralizados 461 ómnibus, con la consiguiente y drástica reducción del número de viajes y de pasajeros, aunque se han recuperado unas 70 guaguas.

La situación se complejiza con los problemas subjetivos en terminales y talleres, dígase deficiente atención a su personal, déficit o inestabilidad laboral de choferes, mecánicos y especialistas, desvíos de recursos y la ocurrencia de otros delitos, problemas organizativos y de exigencia y control.

Entonces duele escuchar -y hasta uno mismo llega a pensarlo-, que el transporte público está malo (por las razones objetivas señaladas) pero nosotros mismos, a veces con nuestras indisciplinas y actitudes nada éticas ni solidarias, lo ponemos peor.

Combate contra las actitudes indolentes 

Expresiones poco favorables se oyen sobre todo en las paradas,  cuando en medio de la desesperación de muchos compatriotas por llegar a tiempo al trabajo, al centro educacional, al turno médico o a la casa,  ven cómo transitan por allí, vacíos o no tan llenos, ómnibus y carros ligeros estatales, sin que sus conductores se inmuten por recoger algunas personas.

Lo penoso es cuando tampoco respetan al inspector de Transporte, y entonces vienen los razonables cuestionamientos de qué medidas se adoptan contra esos choferes y las administración de su centro laboral, que incumplen lo orientado por la dirección del país.

Es inadmisible que ello ocurra y no se actúe contra esos infractores, dijo al resumir el balance del Ministerio de Transporte Manuel Marrero Cruz, miembro del Buró Político y Primer ministro de la República.

Otra de las distorsiones que el jefe de gobierno orientó analizar son los altos precios, más bien abusivos, que cobran conductores de vehículos del Estado, en particular los arrendados, en viajes interprovinciales. 

De violaciones con los precios tampoco escapan algunos privados al aprovecharse de la crítica situación, y por eso Marrero Cruz también indicó reordenar el trabajo de las formas de gestión no estatal, que en muchos lugares  constituye la opción principal para la movilidad de las personas. 

Por suerte, en este sector hay bastante gente con vergüenza, trabajadores y directivos de terminales y talleres buscando a diario soluciones para que no se vea tan afectados el servicio a la población, y el de cargas, y en tal sentido reconozcamos el protagonismo de innovadores y racionalizadores.

En gran parte de la población hay plena conciencia de cuánto daño nos ocasiona a diario el bloqueo estadounidense, pero no hay justificación cuando la prestación del servicio se ve afectada por problemas subjetivos, de actitud y respeto al trabajo.

Y nos consta la consagración del propio ministro del ramo, y de su equipo de colaboradores, en el seguimiento a diario de los problemas del sector, y cómo desde las plataformas digitales, es decir, la comunicación institucional, responde a inquietudes y denuncias de la población.

En honor a la verdad en los territorios y entidades del sector, bajo la dirección del Partido y del gobierno sobran las acciones o iniciativas por echar p'alante el transporte público, sin tener a mano los recursos necesarios.

Por eso no puede haber tregua contra la chapuceria, los incumplimientos en los viajes y salidas habiéndose asignado el combustible, contra las indisciplinas laborales y sociales, las ilegalidades, las indolencias y otras distorsiones.