Desde hace mucho tiempo, los cubanos esperamos el despegue definitivo de la agricultura, un sector que tiene deudas con la economía de la nación, pero en el que, para ser justos, pesan mucho decisiones y estructuras que retrasan, y hasta impiden, la añorada llegada de los productos a la mesa.
Pero para eliminar todas esas trabas que lastran los procesos productivos está en marcha el proceso de actualización del modelo económico nacional que busca transformar todo lo que haga falta en busca de la necesaria eficiencia.
Ahora acaba de entrar en vigor el Decreto ley 318, que además de acercar las bases productivas al mercado, apunta a la reorganización de la red de comercialización agropecuaria en La Habana, Artemisa y Mayabeque, tres provincias que sirven como laboratorio para ese experimento económico.
Ese decreto, que en realidad establece un detallado reglamento, libera la comercialización de los productos agrícolas después de que los productores cumplan sus compromisos con el Estado y permite vincular a las unidades productivas con el abastecimiento de los mercados.
Además, permite a los centros del consumo social adquirir los productos agrícolas de todos los productores y comercializadores, teniendo como límite el presupuesto aprobado para estos fines, aunque seguirán recibiendo la asignación del Ministerio de la Agricultura (MINAGRI).
Por otro lado, autoriza la organización en la capital de mercados mayoristas de abasto, con la entrada en funcionamiento en diciembre de El Trigal, donde se podrán adquirir mercancías agrícolas a precios por acuerdo entre los compradores estatales y no estatales.
Esos mercados mayoristas, de los que se proyectan otros dos en La Habana, trabajarán de seis de la tarde a ocho de la mañana.
Los mercados minoristas, de los que solo en la capital hay más de un millar y medio, no se diferenciarán por el tamaño, sino por las formas de administración, aunque todos deben tener la autorización comercial expedida por el Registro Central Comercial.
Esos mercados son los estatales, los gestionados por las cooperativas no agropecuarias, los de oferta y demanda y los arrendados.
También se mantendrán los Puntos de venta, lo cuales serán administrados por las bases productivas, empleando su propia fuerza de trabajo, aunque también podrán pertenecer a campesinos dentro de su área de producción.
Los carretilleros o vendedores de productos agrícolas de forma ambulatoria deberán cumplir lo establecido, es decir, vender como mínimo a 300 metros de los mercados, algo que los gobiernos locales se encargarán de controlar.
Ahora bien, el éxito de este experimento se medirá a partir de indicadores económicos, pero sobre todo por la satisfacción de la población con los servicios que recibirá.
Uno de los efectos de la medida que entró en vigor ayer, es que debe ser aumentar el número de productos del agro que se venden en los mercados estatales, colocados ahora en igualdad de condiciones que otros mercados.
Pero aunque estas disposiciones abren nuevas vías a la comercialización agropecuaria, no se puede esperar un efecto inmediato sobre los precios de los productos, pues es un proceso complicado que involucra muchos factores. No obstante, eliminar esas trabas en la circulación es un paso en la dirección correcta para que más adelante los productos tomen un precio razonable.
La legislación es una clara señal para los productores y debe tener incidencia en la estructura productiva de las entidades, que ahora están muchos más cerca del mercado.
Otro buena noticia es la próxima entrada en vigor, dentro de 15 días, de la Resolución 673 del MINAGRI que actualiza los objetos sociales de cooperativas y Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC).
Esas entidades además de producir y vender sus productos, podrán comprarlos a otras formas productivas y agricultores pequeños para comercializarlos después. Las Asambleas Generales de esas unidades estarán facultadas para aprobar las actividades secundarias, eventuales o de apoyo, que sean necesarias emprender.
Esas dos nuevas disposiciones se unen a otras ya adoptadas, como la autorización de la comercialización directa a los hoteles, adoptadas en el camino de perfeccionar el trabajo en el campo y que ahora permiten acercar los productos del surco a la tarima.
Tide
8/11/13 11:27
¡Miren que inventamos cosas los cubanos para salir de un embrollo y caer en otro igual o peor! al menos en la mayoría de los casos, ¡por suerte! Sigo pensando que los que “inventan” esas ¿nuevas? fórmulas de comercialización de productos agropecuarios (más bien agrícolas, porque de pecuarios tienen poco) son especialistas y experimentados compañeros pero que a mi modo de entender, me parece que están muy lejos de las realidades del diario acontecer del cubano, sea productor, intermediario, vendedor o de sufrido consumidor. No me parece lógico y práctico que se quiera meter en un molde todo lo que se relaciona con este aspecto tan vital de nuestra sociedad, porque en muchos, tal vez la mayoría, de los casos, o les queda muy apretado, o se desbordan por fuera. Mi idea errada o no, es que se deje que todo fluya de acuerdo a la iniciativa de los que sí están chocando con la bola día por día. Que no se les deje cometer ilegalidades, abusos, y otros desmanes, está muy bien. Ese es el trabajo de las autoridades que cobran y están preparadas para tomar las medidas disciplinarias que cada caso requiera, pero que de ninguna manera se pretenda que todos hagan lo que un grupo de sesudos burócratas quieran que hagan, cuando las condiciones y los escenarios no son los mismos para todos. ¿Me hago entender?
Mikele
8/11/13 8:22
Realmente, los periodistas dejan muchas dudas. Hablan o escriben y al final no dicen nada, es un juego de palabras que parece más bien un acertijo. Por cierto, ayer se cumplieron 52 años que el CHE fundara las Empresas de Recuperación de Materias Primas, la cual calificó como una gran fuente de recursos; sin embargo ningún medio de prensa en Cuba fue capaz de informar. ¿Acaso los periodistas cubanos son eficaces y eficientes?
Darío
7/11/13 19:50
Muchas resoluciones...poca comida al plato aún... Cuántas más hacen falta?
Jose
7/11/13 19:47
No logro comprender el alcance de las buenas noticias de la que habla el periodista. a mi juicio, esto parece más cosas administrativas que de impacto a la población. No era más fácil explicar esto con gráficos o un antes y un después o previsiones concretas...Porque de buenas noticias nada, señor Menchaca, en el momento de la definición volvemos a estar igual, sin entusiasmarnos ni siquiera un poquito.
Yoyo
7/11/13 19:42
Cooorten....repetimos!!!! periodista, lo leo desde los otros trabajos que me parecieron muy buenos y esclarecedores...pero aquí no entiendo nada... concretamente ded qué se trata. El problema es que leí J.Rebelde y tampoco entiendo nada..qué pasó? el vocero no sabía explicar? o no quiso explicar bien? o los periodistas dormitaban?
Doris
7/11/13 14:26
El crecimiento de la economía cubana al 3%. Dicen los expertos que para que se vea el PIB en la mesa hay que llegar al 7%... Sólo falta el 4%,jejejej
Arístides
7/11/13 10:46
Muy bueno que se haya aprobado otro decreto ley para sacar del embrollo en que está sumergida la producción y comercialización de la producción agropecuaria, pero me preocupa un párrafo de este reportaje: “Pero aunque estas disposiciones abren nuevas vías a la comercialización agropecuaria, no se puede esperar un efecto inmediato sobre los precios de los productos, pues es un proceso complicado que involucra muchos factores. No obstante, eliminar esas trabas en la circulación es un paso en la dirección correcta para que más adelante los productos tomen un precio razonable”. Y mientras tanto ¿QUÉ? ¿Tiene el cubano (de a pie, en carro, en bicicleta o a caballo) la culpa de que no se haya regularizado todo lo que pretenden “regular” con este nuevo decreto-ley? El efecto no será inmediato, como bien aclara el escrito, pero no se dice ni se predice una fecha para que sí se sienta el efecto en el bolsillo de los consumidores y en el presupuesto familiar. Y si otros decretos-ley, regulaciones, instrucciones y disposiciones lo que han producido es muchos más enredos en cuanto a este tema se refiere, ¿qué nos garantiza que esta vez sí se dará en el clavo? Sin dudas que es lo que más se espera, porque los productores, intermediarios, vendedores y revendedores han estado haciendo zafra con los precios que ellos mismos han impuesto, y ¿a costa de quiénes? Hay que poner un freno a la especulación y al aprovechamiento de las necesidades que tienen nuestros compatriotas para satisfacer sus necesidades alimentarias.
Mirlay
7/11/13 10:08
Qué bueno que se va perfeccionando el trabajo agropecuario para dar una mayor satisfacción a los consumidores.
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