Producir para el pueblo durante medio siglo ha sido una tarea nada fácil de los avicultores cubanos, de cara a uno de los mayores desafíos de la nación: el autoabastecimiento alimentario; y más aún cuando gravitan también sobre esta rama varios factores negativos que van desde el Bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, que impide la importación de medicamentos y materia prima para elaborar los piensos, hasta el reiterado azote a las instalaciones de cría de fenómenos climatológicos adversos.
Si bien no han dejado de sentirse los efectos del periodo especial, la sensible y progresiva recuperación de este sector pecuario es notable y continúa en ascenso, pues para consolidar su desarrollo se han destinado 50 millones de dólares, muy a tono con los Lineamientos trazados por el Partido que buscan incentivar aquellos renglones que garanticen la seguridad alimentaria y sustituyan las importaciones.
Desde el triunfo revolucionario el desarrollo de la avicultura en Cuba ha resultado una actividad empresarial subvencionada por el Estado y a la que cada año se le asigna un presupuesto nada despreciable. La producción de aves actualmente se agrupa en tres frentes: la familiar o de traspatio; la intermedia; y la industrializada, basando su desarrollo en los conceptos modernos de la genética, la tecnología de incubación y el manejo, nutrición y producción de alimentos balanceados.
El enfoque reorganizado de estas tres estructuras sucede debido a la cultura de cría que ha caracterizado a los cubanos, aparecida en las diferentes etapas donde garantizar el “plato fuerte” en la mesa ha sido fruto de numerosas inventivas. Así pues, la avicultura familiar la realizan —en su mayoría— productores independientes o campesinos con aves criollas, las cuales sustentan con alimentos locales alternativos. De otro lado, la intermedia la acometen numerosas empresas y organismos del Estado con pequeñas parcelas de cría, denominadas granjas de autoconsumo, o unidades agropecuarias que han tomado lugar a partir de los nuevos redimensionamientos productivos de la última década, empleando alguna tecnología de punta y respaldando su desarrollo mediante el cruzamiento de animales genéticos con aves criollas.
Aunque estas dos variantes son las más conocidas por la relación directa con el consumidor, ya sea en comedores obreros o en los hogares, el mayor potencial productivo lo reúne la avicultura industrializada, labor que difunde la Unión de Empresas del Combinado Avícola Nacional (UECAN), perteneciente al Ministerio de la Agricultura. Este sistema empresarial posee infraestructuras en todo el territorio nacional, entidades ramales de dirección en cada provincia y más de 20 000 trabajadores avícolas vinculados directamente a la producción, tanto en las ciudades como en las áreas rurales.
A dicho organismo se le atribuye la responsabilidad de colocar en el mercado nacional gran parte de la demanda de la carne de ave y garantizar la presencia de los preciados huevos, los cuales, en términos productivos, sobrepasaron el pasado año la cifra de 2 mil 47 millones de unidades y se espera que en este 2014 crezca su producción en más de 120 millones.
Asimismo, además de responder al abastecimiento de huevos para el consumo social, el turismo y otros destinos, desde julio del pasado año se sitúan mensualmente unos 73 millones de unidades en el mercado popular liberado, volumen que en lo que va de año ha subido a más de 80 millones de huevos por mes, con tendencia a continuar creciendo.
No obstante la calidad y eficiencia que muestra este reordenamiento de la avicultura, han sucedido afectaciones ajenas a la mano del hombre que han imposibilitado en ocasiones la permanencia de estos productos ante la vista de la población; y ello se debe básicamente a la dependencia de los piensos importados, dieta esencial para las gallinas ponedoras o a la falta de materia prima para elaborar las formulaciones que los sustituyen.
Declaraciones recientes de directivos de la UECAN han mostrado un panorama más alentador, pues se habla nuevamente de planes de inversión en ese sector, de programas de mejoramiento genético, de aprovechar al máximo las potencialidades que existen en la base productiva y, por supuesto, de realizar un mejor manejo de las aves, su alimentación y la óptima utilización de cada recurso disponible, como única vía para alcanzar mayores volúmenes de producción y garantizar la estabilidad de la industria.
CON ESTILO PROPIO
Según el último balance anual del Ministerio de la Agricultura, la avicultura constituye hoy, junto a la apicultura y la porcicultura, la actividad más eficiente y dinámica dentro del sector pecuario en el país, apoyando con un alto porcentaje al Producto Interno Bruto Agropecuario. De ahí que cuente con múltiples instituciones de aseguramiento como las fábricas de pienso instaladas y el respaldo técnico-científico de numerosos centros como el Instituto de Investigaciones Avícola (IIA), que exhibe resultados alentadores en el campo de la genética, la tecnología de crianza y de producción de piensos, así como los avances en materia de salud animal.
Apuntalan esta rama, además, la mega industria LABIOFAM, con la producción de vacunas y el considerable ahorro de importaciones que supone ese rubro; el Instituto de Ciencia Animal (ICA) de conjunto con las universidades agrarias del país y el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria con un amplio expediente en el control y prevención de enfermedades que azotan a la masa aviar.
La introducción de una genética propia ha propinado a la avicultura cubana completa seguridad en toda su estructura productiva, así es como las líneas puras, los pie de crías y las reproductoras constituyen la base para los cruces empleados en la obtención de híbridos comerciales y alternativos más competitivos en cuanto a carne y producción de huevos.
Reconocido por organismos internacionales como un país libre de enfermedades aviares, gracias a la implementación de sus programas de bioseguridad, Cuba se apresta para recibir a la comunidad avícola de la región y estrechar lazos de colaboración sanitaria, actualizar información sobre manejo y empleo de nuevas tecnologías en la crianza de aves; una oportunidad exclusiva para mostrar también lo mejor del patrimonio aviar criollo.
David E Brown
22/5/18 13:52
Estimarop YAINIER
Su artículo sobre la avicultura en Cuba fue muy interesante. Mi esposa y yo vamos a visitar a Cuba el 29 de May al 6 de junio y me encantaría conversar mas sobre asunto. Tento mucha historia con la avicultura y con el balanceo de ingredientes para su alimentación. Soy de California pero vivo en Colombia donde también se importa la gran mayoría de los ingredientes del exterior.
Gracias y espero poder hablar cuando estamos en Cuba..
Atentamente,
David Brown
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