Jamaica anda en shock; así lo refieren las últimas informaciones publicadas por el Jamaica Gleaner, el mismo rotativo que se encargó de sacar a la luz la noticia sobre el “positivo” de la velocista Verónica Campbell-Brown (VCB).
Se dice que la oriunda de Trelawny (la misma parroquia donde nació Usain Bolt) sucumbió por rastros de Lasix (furosemida) en una muestra recogida el pasado 4 de mayo durante el mitin internacional por invitación de Jamaica (Jamaica Internacional Invitational). Esta sustancia figura en la lista de prohibiciones de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA-WADA, por sus siglas en inglés) debido a que por sus propiedades tiende a utilizarse para enmascarar violaciones.
Este tipo de fármacos induce a una mayor producción de orina, lo que elimina el líquido del cuerpo. Por ello es popular entre atletas que buscan perder peso rápidamente, pero también se ha empleado con el fin de eliminar con prontitud del organismo, trazas de sustancias ilegales.
La muestra B de la VCB fue comprobada en los Laboratorios de WADA en Montreal, Canadá, arrojando los mismos resultados. Con esta confirmación, la sanción es casi un hecho y para la atleta de 31 años, podría suponer el fin de una carrera en la que se incluyen 16 medallas entre Juegos Olímpicos y Campeonatos Mundiales.
El 2013 ha sido un año especialmente convulso en asuntos de dopaje, y el atletismo uno de los deportes que ha llevado la delantera. Este caso le imprime relevancia al análisis de la pulcritud de los dominadores en el deporte rey, y por consiguiente, siembra dudas sobre la autenticidad de muchos registros.
Si bien es cierto que la IAAF es una de las organizaciones que aparenta mayor rigurosidad en la lucha contra este flagelo, también se le han escapado detalles que podrían atentar directamente contra su confesa imparcialidad en esta cacería de brujas.
La avanzada de casos lanzados a la palestra pública como resultado de exámenes retroactivos y otros tests involucra mayoritariamente a Europa del Este y de Rusia, sin descartar a Kenya que fue un blanco fácil. Balance interesante, - sospechoso, si se quiere- sobre todo porque de la extensa lista aun no brota ningún norteamericano relevante.
Lo de Verónica Campbell, una de las “vacas sagradas” de la velocidad mundial, se vuelve contraproducente. La jamaiquina había transitado a través de los años con resultados de categoría, conseguidos con supuesta limpieza. Entonces, a falta de poco menos de dos meses para el Campeonato Mundial, resuena su caso; un caso que llega para apuntalar los rumores que hace buen tiempo y con el legendario Carl Lewis como estandarte, han buscado increpar el descollante ascenso y poder del atletismo jamaicano. Para la eclosión de una guerra mediática contra Jamaica y su velocidad faltaba una prueba, y VCB desde ya se convierte en el pretexto, en la punta de lanza para sustentar una arremetida feroz.
Desde hoy hasta Moscú, cualquier cosa puede suceder. Y no se asuste nadie si aparecen nuevas y mayores explosiones. Recordemos que Estados Unidos ha sido el histórico ganador del Atletismo en lides continentales y que en los últimos años su hegemonía se ha sacudido ante actuaciones como la de Rusia en Daegu, donde fue segunda con 9 títulos, para mejorar en cinco su cosecha de Berlín 2009 y para igualar su mejor actuación histórica que data de tiempos de la Unión Soviética. O como la de Londres, donde los velocímetros jamaicanos se dispararon y aplanaron el camino de los euroasiáticos hasta una nueva segunda posición, merced a ocho oros, mientras que los norteños sumaban nueve.
Así, el ambiente está que arde, y el fuego, quema. Glenn Mills (entrenador de Bolt y Blake), como quien pone sus “barbas en remojo”, se ha pronunciado para exigir la creación de un laboratorio antidoping en Jamaica, pues créalo o no, en la isla Caribeña –al igual que sucedía en Kenya- nadie parecía preocuparse demasiado por tan delicado asunto. En tiempos como los que corren, donde la comercialización es brutal, el deporte es un negocio altamente lucrativo, el dinero dicta leyes para la vida y Estados Unidos resalta como el mayor contribuidor de WADA (el monto de 2013 ronda los 2 millones de dólares) una cosa queda clara y es que se debe andar con las cuentas sumamente claras.
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