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domingo, 22 de diciembre de 2024

Willie Banks: “La gente de Cuba es hermosa”

Conversación con leyenda del triple salto mundial...

Lilian Cid Escalona en Exclusivo 30/01/2019
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Willie Banks
Willie Banks es recordado en la familia del atletismo por haber sido el primer competidor que pidió palmas a la afición antes de saltar

“Primero. Hola Cuba. Gracias”, nos dice Willie Banks para iniciar una entrevista que sabemos única. Su mensaje es sincero, y es que ha confesado llevar a Cuba muy presente; tanto que la alegría lo desborda. Es su primera vez en nuestra Isla y a juzgar por sus expresiones es muy probable que no sea la última.

Banks asegura que recuerda, siempre, las amistades de esta tierra que hizo durante su carrera deportiva como especialista de triple salto. Una trayectoria que coronó con el subtítulo del orbe que ganara en el Campeonato Mundial de Atletismo de Helsinki 1983 con brinco de 17.18 metros.

El nacido en Fairfield fue un exponente habitual sobre los 17 metros, y acarició los 18 metros, aunque no pudo certificarlos. Su historial de resultados se adorna con un brinco de 18.20 metros, no oficial debido al excesivo viendo de 5.2m/s que sopló en Indianápolis cuando se estiró aquel 16 de julio de 1988. Fue recordista del mundo, su marca de 17.97 metros estuvo vigente desde el 16 de junio de 1985 hasta el 18 de julio de 1995 cuando Jonathan Edwards saltó, en Salamanca, 17.98 metros.

Banks se retiró del deporte activo en 1992 y desde entonces se ha dedicado a enseñar. Por esta vía ha llegado a Cuba, como parte de un intercambio de sapiencias entre saltadores y entrenadores estadounidenses y cubanos. Oportunidad única para unos y otros que nos permitió conversar con el ex astro de una de las modalidades más exigentes del campo y pista.

- ¿Cuál es el propósito de su visita?

- He venido a Cuba como parte de un grupo de trabajo con jóvenes atletas que buscan aprender de los técnicos cubanos.

- El triple es una de las especialidades más difíciles del atletismo. ¿Qué les aconsejaría a los jóvenes que se inician en esta prueba?

- Creo que lo más importante es aprender, dominar los movimientos y el ritmo. Hay que ser fuerte y tener una mentalidad positiva enfocada en las metas.

- Las diferencias entre el sistema deportivo de su país y el nuestro son notables…

- Hay muchas diferencias con respecto a lo que ustedes tienen acá, sobre todo porque en los Estados Unidos hay muchísimas personas. Si pudiera definirlo diría que nuestro sistema es muy competitivo, porque son muchos luchando por un puesto. El sistema cubano, sin embargo, es especial, porque encuentran el talento y le brindan una atención completa hasta convertirlos en deportistas de élite, con una especialización desde edades tempranas que enfoca el trabajo de los muchachos a objetivos bien definidos. En los Estados Unidos solo tendrás una oportunidad si eres bueno y puedes demostrarlo. Otro problema es que hay muchos deportes con más arraigo que el atletismo, los buenos deportistas piensan primero en muchas opciones como el fútbol americano o el baloncesto.

- ¿Cuál es el momento más importante que recuerda de su carrera deportiva?

- En realidad, tengo cuatro momentos que recuerdo especialmente:

  • Cuando me coroné campeón en la Secundaria (High School)
  • Cuando logré el récord nacional en la universidad.
  • Cuando inicié la tradición de los aplausos.
  • Y, por último, cuando logré el récord del mundo.

Willie Banks es recordado en la familia del atletismo por haber sido el primer competidor que pidió palmas a la afición antes de saltar. La tradición se extendió, arraigándose sobremanera entre nuestros exponentes, muy dados a buscar la complicidad del público, tomando impulso en esa fuerza adicional que siempre brota de una afición que se implica con cada competidor que consume su oportunidad.

- A propósito del récord, ¿qué se siente cuando se alcanza una meta de tal magnitud?

- Es especial. Experimentas una sensación magnífica que no puedo describir con demasiada precisión. Solo puedo decir que estoy agradecido con todas las personas que me apoyaron y me guiaron hasta conseguir esa meta.

- El triple salto es muy accidentado. Los especialistas en esta prueba suelen ser vulnerable a las lesiones debido la complejidad de su ejecución ¿cómo superar este aspecto?

- Tuve una carrera de 21 años, muy larga para un saltador de triple, pero creo que fui muy cuidadoso y esto me permitió sortear muchos obstáculos. Yo descansaba mucho, me cuidaba y no violenté las rutinas que debe tener un atleta de alto rendimiento para mantenerse en la élite. Entrené muchísimo, pero cuidé siempre que estos métodos de trabajo no fueran agresivos con mi cuerpo. También fui muy perseverante, nunca me rendí y tuve el placer de trabajar con especialistas muy buenos que lograron que mi cuerpo estuviera siempre listo para hacer el trabajo.

- Da fe de haber mantenido una magnífica relación con los cubanos; ¿qué opina de sus cualidades?

- Seguro, recuerdo con alegría mis encuentros con los cubanos. Tuve la oportunidad de competir con Lázaro Betancourt Jr, y otros atletas excelentes de la época. Estudié mucho a los cubanos porque creo que son muy buenos y tienen habilidades fantásticas. Su ritmo es único, son fuertes y muy competitivos. Me gustaba mirarlos porque me veía reflejado en ellos, aquí en Cuba los saltos se basan en el ritmo y es una filosofía que comparto. Los europeos son mecánicos, son buenos pero muy rígidos, y yo prefiero ese baile, esa cadencia de los atletas de acá.

- ¿Qué cree del momento que vive el triple salto actualmente?

- Creo que vive un excelente momento. Pichardo es muy bueno, también Taylor o Will Claye, pero también los jóvenes vienen creciendo rápidamente. La prueba es mucho más excitante ahora porque al estar tan cerca del récord del récord del mundo, el interés sobre cada competencia es mucho mayor.

- Entonces, ¿usted cree que caerá el récord de Edward?

- Absolutamente, en uno o dos años debe ser superado.

- Primera vez en Cuba, ¿Qué se lleva?

- Bueno, …-ríe- , …la gente. La gente de Cuba es hermosa.


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Lilian Cid Escalona

Me gusta contar historias.


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