Me voy a arriesgar, lea mi pronóstico (+Fotos)

Desde antes de empezar el play off dije que según manejara Camagüey su pitcheo, iban a ser sus oportunidades de ganar el campeonato. Durante la semifinal, no fueron finos los movimientos, aunque el equipo se impuso en los tres desafíos a Industriales. Así es el béisbol de rico; mil variantes, un propósito.

El sábado volvió a mostrar desaciertos al emplear el bullpen y le costó un juego que durante dos tercios tuvo a su favor. Un día después, el mentor de los Toros, Miguel Borroto, asumió los errores tácticos.

Dos pitcheos semejantes, en rompimiento, lanzados por hombres diferentes fueron bien golpeados por el madero de Javier Camero para remolcar las cinco carreras que le dieron la victoria inicial a los Cocodrilos. Fueron par de jonrones, el segundo con las bases llenas en el séptimo inning.

El domingo, la histora fue otra. Yosimar Cousín lanzó ocho innings con ocho ceros. Lo dejaron más que a Lázaro Blanco en el partido anterior y solo apelaron al bullpen para matar, definitivamente, a unos saurios moribundos desde el octavo cuando los Toros pisaron cinco veces más la goma para subir el definitivo 8-0.

Camagüey pudo irse para Matanzas con el play off 2-0. Esa variante estaba más cerca que el 0-2, y el 1-1 real, ajustado a los pronósticos en postemporada, benefició desde varios puntos de vista a la visita.    

Play off entre los cocodrilos de Matanzas y los toros de Camagüey. (Abel Rojas Balladore/Cubahora).

Con su bateo anulado, los Rojos de Ferrer no podían aspirar a más. César Prieto, el hombre proa, no ha podido pegar un hit, Yurisbel Gracial tiene un sencillo y lo más que ha hecho Erisbel Arruebarrena es poncharse. Mucho swing y poco contacto es lo que ha predominado en las acciones ofensivas del ex Grandes Ligas. Lo salva su maestría con el guante.

Ferrer ya hizo un ajuste en el lineup: bajó a Arruebarrena y subió a Camero, pero nada. Ese día, era domingo de Cousín y nadie le quebró la fiesta al muchacho ante su público.

Matanzas fue el equipo de mejor diferencial de carrras durante la etapa regular. Debió, con esos números, encabezar la tabla de posiciones, pero una cosa era su comportamiento en los juegos holgados y otra en los ajustados. Cuando la pizarra estaba apretada, más veces terminaron ganando los rivales, y eso en play off es preocupante.  

Su virtud radica en el poder de sus hombres. Pegaron más de 80 jonrones y ahora, en la final, solo Camero ha sacudido dos. Los otros hombres con dinamita en las muñecas no han podido siquiera pegar la bola a los colchones. 

Camagüey ha sido más estable. Su pitcheo, por la clásica milla, el mejor. Muy superior en calidad, aunque no haya sido manejado con las mismas habilidades de un ajedrecista. Su bateo, abundante, oportuno, pese a que el sábado les costó habe dejado varios hombres en los senderos cuando más cerca estaban del home plate. Al campo, han sido eficientes, con algunas jugadas sensacionales en el cuadro interior y en los jardines que pararon al público y aceleraron la muerte dominical de una manada de Cocodrilos que no despertó jamás de los pinchazos con anestesia que les encajaba Cousín.

Las acciones se han movido al parque Victoria de Girón donde los matanceros han sido poco menos que imbatibles. O fueron, durante la temproada y la semifinal. Esa hidalguía como locales puede ser el plus que le falte a su alineación para despertar del letargo ofensivo.

Mientras, Borroto va a seguir apostando al buen momento de su equipo, su juego alegre, compacto, remolcado por un pitcheo sólido, hasta donde puede serlo en nuestro béisbol. Yariel Rodríguez y Lázaro Blanco son sus dos propuestas para martes y miércoles. Dos cartas de lujo para poner en punto de mate el play off.

Ferrer riposta con Yoanni Yera, el zurdo que apenas ha ganado cinco juegos en 35 actuaciones en postemporada, y que le lanzó par de veces a Las Tunas en el cruce, y su próxima designación no es segura, depende, incluso, del resultado del tercer duelo.

Play off entre los cocodrilos de Matanzas y los toros de Camagüey. (Abel Rojas Balladore/Cubahora).

El mentor de los Cocodrilos sabe que es dificilísimo remontar un 1-3. Hará todo lo posible por no verse en esa situación tan incómoda, y entre sus variantes está emplear a Yamichel Pérez después de Yera o como abridor del miércoles. El muchacho de Sancti Spíritus no ha perdido con el uniforme de los Rojos: ocho victorias en la segunda fase y tres rescates en postemporada. Queda, también, Yosvani Torres, un veterano en estas lides de postemporada, que acumula 15 victorias en 38 partidos, y sabe lo que es sacar out o tirar en zona de strike cuando a otros las bolas le “caen” lejos de donde los árbitros cantan.    

El béisbol se juega con pensamiento táctico y herramientas, pero poco se logra sin el extra de crecerse cuando la marea contraria viene tragándoselo todo. Yosvani, en esas situaciones, se vuelve una torre. 

Si me preguntan por lo mejor del play off, digo que el juego limpio, el público. Camero y Cousín, César y Arruebarrena con el guante, como si jugaran juntos de toda la vida, Chapellí y Guibert dejando boquibiertos a Santoya y Camero cuando le devoraron par de batazos que cuando menos eran dobletes.

Lo peor, la baja producción de carreras de Matanzas, demasiados toques ordenados para avanzar por uno y otro bando, Arruebarrena pasando el bate muy lejos de la pelota y Madan que no leyó bien el turno de Camero con las bases llenas en el séptimo del sábado. Ya se había descolgado en el segundo capítulo con un rompimiento para poner la pelota al otro lado de las cercas y le dio la posibilidad de repetir el batazo, después que lo tenía dominado con la velocidad. 

Mi pronóstico: gana Camagüey. ¿Y el suyo?.