¿Matanzas o Artemisa? Fuerza frente a empuje

Cumplidos los primeros vaticinios, que ya eso es un buen average, independientemente de lo que suceda en la final, toca el análisis a un duelo inédito por el título de la liga cubana de béisbol.

Matanzas y Artemisa, ocupantes de los primeros lugares en el ordenamiento en la fase preliminar, ganaron sus duelos ante Las Tunas e Industriales y chocarán entre sí desde este martes por el oro.

Los Cocodrilos empezaron arrollando a los tuneros, después estos emparejaron sensacionalmente a dos triunfos el pareo, pero no pudieron voltear la serie.

En el sexto juego les falló la defensa, uno de los puntos más endebles de los Leñadores en el playoff, y por ahí se les esfumó un posible éxito que hubiera forzado el séptimo choque: el todo o nada, ese que nadie se atreve a predecir su desenlace por muy desbalanceadas sean las nóminas (y no era el caso).

El impetuoso Yadián Martínez controló par de veces a la temible tanda de los matanceros con sus tres ex grandes ligas incluidos, pero en la segunda mitad de los juegos estos lograron voltear los marcadores.

Tan bien se comportó Yadián que se ganó el derecho a reforzar el staff de los Cocodrilos para la final. El muchacho tiene el temperamento que gusta al inquieto mentor Armando Ferrer.

Además de los resquicios dejados abiertos por la defensa tunera, el bateo de largo alcance de los matanceros produjo 13 jonrones en seis juegos, liderados por Yurisbel Gracial y Yordanis Samón, con cuatro cada uno. Dos largó Rusney Castillo y una pelota sacaron del parque José Amaury Noroña, Erisbel Arruebarrena y Andrys Pérez.

Con ese despliegue de fuego pesado, hay que jugar casi impecable guante en mano: 16 errores cometieron los tuneros, demasiados, más que nadie en la semifinal. Y hoy están fuera del playoff por la corona, en gran medida, por ellos mismos.

Artemisa pasó por encima de los Leones de una manera diferente, sin sobresaltos. Ganaron tres partidos seguidos, uno de ellos de manera dramática, jugándosela el rival a una mala ejecución de los fundamentos, casi la única opción con dos outs y un monstruo llamado Liván Moinelo encaramado en el montículo tirando pelotas invisibles.

Fue la noche del miércoles en el Latino, cuando Cristian Rodríguez corría en la antesala, había un out y con el cuadro por dentro Luis Vicente Mateo roleteó por tercera, hubo tiro a la inicial y corring suicida para la goma buscando en empate que frustró la correcta y precisa mecánica de los Cazadores.

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Después se supo que nadie mandó al muchacho para la goma, pero igual, a juicio de este redactor, más opciones tenía de llegar quieto de que le conectaran otro jit a Moinelo.

Industriales, en una situación irreversible, hasta tanto algún equipo demuestre lo contrario, solo pudo maquillar la serie quitándose la escoba de encima.

Al día siguiente el propio Cristian ligó ante el mismo Moinelo el único imparable de su equipo en la noche, justo en el noveno inning, cuando faltaban tres outs para consumar el segundo No-No a tres manos en nuestros campeonatos nacionales.

En definitiva, ganó el que mejor lo hizo sobre la grama y cuya dirección, encabezada por Yulieski González, comienza a despertar interés por el regreso a los banquillos de hombres al estilo de Jorge Fuentes y Eduardo Martín Saura.

Los Cazadores andan con los ánimos por encima de las nubes y disponen en la plantilla de experimentados jugadores como Frederich Cepeda, Dennis Laza y Raúl González, y para la final contarán con su capitán Dayán García, recién llegado de la liga profesional nicaragüense, donde dejó muy buenas sensaciones con el bate.

Yulieski pidió también un lanzador para los juegos que se avecinan: el derecho de Industriales Raymond Figueredo, de quien el experto José Manuel Cortina ha dicho que cuando mejore su control podrá convertirse entre los mejores abridores de Cuba.

A diferencia de Matanzas, la entrada de Figueredo no puede verse como un refuerzo, más bien un remplazo, pues en el último partido del Latino se lesionó Yuniesky García, una de las cartas más seguras en la rotación de los Cazadores.

Por suerte, Erlis Casanova, otra pieza de lujo para las aperturas pretende regresar, aunque su situación emocional es muy sensible tras la reciente pérdida de su esposa.

Reitero que si un equipo puede ofrecer mayor resistencia al trabuco de Matanzas, e incluso ir más allá de eso, es Artemisa. Reúnen un buen lineup, con un cácher que no es segundo de nadie: Andy Cosme, y su picheo tiene probados hombres en todas las funciones, con Moinelo para el fondo de los juegos que, sin exagerar, aterra a los oponentes.

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El zurdo de exitosa carrera en la máxima liga profesional japonesa es un arma que obliga a los estrategas contrarios a trabajar para llegar al final con ventaja, pues con el duelo empatado o debajo, será tiempo de ese demonio de rectas inusuales en nuestro torneo y cuyo rompiente es un arco que más bien parece dibujado que lanzado.

La producción de jonrones de los Cazadores ni por asomo se parece a la de sus rivales, apenas sonaron tres palos de vuelta entera, dos de ellos del gran Cepeda.

Pero mostraron herramientas para construir carreras, aunque podrían ejecutar más variantes para adelantar corredores que no sea el tradicional toque "matainning".

En la fase clasificatoria ambos equipos sostuvieron ocho juegos y se los repartieron a partes iguales, y en postemporada se vieron las caras en cuartos de final de la pasada Serie Nacional cuando los Cocodrilos dominaron por 4-1. Era la enésima vez de los matanceros en postemporada y el debut de los artemiseños en esas instancias.

Se auguran buenos juegos. Una de las claves de los Cazadores radica en conseguir división de honores en su visita de martes y miércoles al Victoria de Girón. Si lo logran, hay de todo. Parece un pronóstico temerario, pero ojo, que más de una vez equipos inspirados como el de los Cazadores han imitado a David en su puja contra Goliat.