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miércoles, 27 de noviembre de 2024

Liga Élite: entre novedades y sombras

La segunda liga invernal cubana comienza el siete de noviembre con varias novedades respecto a la anterior

Norland Rosendo González en Exclusivo 06/11/2023
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Logo de Las Tunas e Industriales
Con el mismo duelo que concluyó la Serie Nacional comienza la Liga Élite: Las Tunas e Industriales. (Logo Tomado de Prensa Latina)

La segunda Liga Élite del Béisbol Cubano (LEBC) comenzará el próximo martes siete de noviembre con algunas novedades en su formato, los horarios y el reglamento, pero sin las transformaciones que demanda un torneo llamado a convertirse en una liga invernal competitiva en la región caribeña.

Con una pretemporada de bajo perfil, tragada mediáticamente hablando por los "fuera de tiempo" Juegos Panamericanos, los seis equipos se prepararon para asumir el reto de ganar un certamen que en nada se parece a la edición inaugural el año pasado.

Entre los temas más controvertidos se cuentan las constantes bajas de jugadores. Además de 24 que declinaron participar antes de que se solicitaran los refuerzos, 20 de quienes formaron parte de las nóminas iniciales tampoco están en las listas oficializadas el pasado viernes en el congresillo técnico.

Las causas son varias, casi todas conocidas, que van desde emigración, lesiones, fatiga extrema y problemas personales, esta última un saco amplio y sin fondo donde cabe todo.

Los seis primeros lugares en la pasada Serie Nacional, encabezados por el campeón Las Tunas, animarán la Liga, una decisión que varios meses después de haberse tomado sigue generando polémica y disensos entre expertos y la prensa especializada, pues no hay competencia en el mundo beisbolero en la cual todos los equipos puedan cambiar de un año a otro.

Será, como ya lo va siendo, una locura para los estadísticos el registro de esta competencia. Cuando pasen los años habrá que poner un asterisco sobre el nombre de Agricultores en la lista de campeones. En 1975 se tituló una selección llamada así que representaba a La Habana en la Serie Nacional y en 2023 lo hizo otro con igual denominación, pero que agrupó a jugadores de Granma y Las Tunas en la primera LEBC.

Lo ideal, y que espera la mayoría, es que este sea otro formato de tránsito hacia una liga invernal totalmente independiente de la Serie Nacional, tanto en estructura como en modelo de gestión económica, para satisfacer demandas que aún siguen en foco rojo en el béisbol cubano.

En medio de las tensiones económicas que vive Cuba, será siempre plausible todo cuanto se haga para depender menos del presupuesto estatal, o disponer de otras fuentes de financiamiento que lo complementen, sin infringir los principios del deporte trazados por la Revolución socialista.

El béisbol es una oportunidad para aplicar modelos de gestión capaces de proveer a la liga de más recursos, con impacto en los salarios y premios a los jugadores y equipos, y también en la calidad del espectáculo brindado a la afición.

Son tiempos de disputa por las aficiones, en un espectro que no solo tiene al fútbol entre los competidores del béisbol, sino también a los deportes electrónicos.

La LEBC no nació bien. La afirmación es dura, pero no puede decirse con otras palabras. En la segunda edición cambia ya de formato. Muchas demandas de los protagonistas siguen insatisfechas y aunque pretenda concentrar calidad, la mayoría de los mejores jugadores radicados en el país o en el extranjero, pero interesados en venir a jugarla, están cumpliendo contratos en circuitos profesionales caribeños.

Afortunadamente, los partidos se jugarán en horario nocturno, a partir de las 6:30 p.m., excepto en el parque 26 de Julio, sede de los Cazadores de Artemisa, donde no hay condiciones de alumbrado.

Esa decisión, de mantenerse, contribuirá a mejorar las dinámicas de juego y entrenamiento, y además beneficia a la afición que podrá disfrutar de los partidos en vivo y a través de las transmisiones radiales, televisivas y por las plataformas digitales.

Igualmente, para los playoffs cada equipo clasificado podrá escoger dos refuerzos y los finalistas uno más en aras de garantizar más calidad en los partidos.

Sobre los jugadores fichados en circuitos extranjeros al amparo de la Federación Cubana de Béisbol podrán ser dados de alta en cualquier momento de la competencia, incluida la postemporada, a diferencia del año pasado que debían ser incluidos en las nóminas antes de una fecha exacta.

Se jugará a nueve innings. Pareciera una locura hablar del tema en Cuba, pero las intenciones apuntan a generar debate y promover que todos nuestros torneos nacionales apliquen las reglas de la Confederación Mundial del Béisbol y Sóftbol, fuertemente interesada en softbolizar el béisbol recortándole par de innings.

Por suerte, no hay consenso al respecto, y si les soy sincero, dudo que lo haya con un asunto tan sensible de nuestro deporte nacional, que mira siempre al béisbol de Grandes Ligas, donde ni en broma a alguien se le ocurriría semejante propuesta.

Esperemos que la implementación de otras medidas para reducir los tiempos de duración de los juegos contribuya al mismo propósito sin tener que apelar a algo que iría contra las mismas esencias del béisbol. Si a falta de un out se revierten marcadores, ¿cuánto se puede hacer en dos entradas?

Entre los incentivos de la LEBC está el premio para el campeón: representar a Cuba en un torneo llamado Copa Antillana que organizará Puerto Rico en febrero con la asistencia también de República Dominicana.

La fórmula de éxito de la Liga pasa por combinar calidad, competitividad, espectáculo e interés de los jugadores. Sin cambiar el modelo de gestionarla difícilmente será posible la transformación necesaria.

En su segunda edición, la liga invernal nuestra es aún un paso tenue, pero necesario, en las aspiraciones de dotar a la temporada cubana de un torneo que asegure béisbol todo el año. Pero hay que seguir trabajando porque se aproxime cada vez al apellido escogido: Élite.    


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Norland Rosendo González

Vivo de aprender todos los días a contar historias. Ya voy por el prescolar en la escuela de la vida. Me escapo del mundo para ver un juego de béisbol.


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