La Liga Élite del Béisbol Cubano (LEBC) debe comenzar algunos días después del previsto para el play ball. Este viernes se efectuó el Congresillo Técnico, aunque la noticia sigue siendo la postergación del inicio debido a que lo que se había dicho sobre los aseguramientos no era como se dijo.
Había rumores en redes sociales digitales, pero la mayoría seguía aferrada a las afirmaciones hechas en la Mesa Redonda de que la logística para el campeonato estaba en Cuba. Incluso, sé de colegas que en privado insistieron sobre algunos detalles como los uniformes, y les aseguraron que no había problemas con eso.
Y dicha seguridad hizo que la prensa aumentara su cobertura sobre el inminente torneo, pese a que la Liga seguía siendo blanco de escepticismo, y los argumentos apelaban, sobre todo, a los antecedentes de eventos semejantes que no duraron mucho en el calendario competitivo del béisbol cubano.
Pero el viernes a primera hora, justo cuando la mayoría de los aficionados dormían, se hizo pública la decisión de postergar la fecha inaugural porque los uniformes no habían llegado a Cuba.
Fue como la rebelión a la hora de recoger los bates. A un strike de dominar, o al menos, calmar los demonios que venían acompañando a la LEBC, apareció este extrainning que ha dejado desconcertado a más de uno.
Las preguntas que han suscitado tanta polémica conducen a un problema mayor, pues lo que está en juego es la credibilidad: ¿Por qué no haber dicho la verdad oportunamente? ¿No era mejor asumir públicamente que había atrasos en el arribo de los bultos desde el extranjero?
De haber sido ese el enfoque, hoy la mayoría hubiese entendido la postergación del inicio, porque en este país se sabe cuán complejas son esas gestiones y más cuando hay de por medio un huracán que desajusta la transportación lo mismo aérea que marítima.
Ahora toca redoblar esfuerzos para enderezar un torneo que en esencias resulta muy necesario en aras de completar la temporada cubana, cuyo inicio será la Serie Nacional en la primera mitad del año y aspira a una Liga Élite como colofón de altos quilates.
A la espera de que se sepa la fecha de los primeros juegos, en el Congresillo Técnico efectuado en Bayamo trascendieron varios cambios en las nóminas, el más esperado de todos resultó la inclusión oficial de Dánel Castro en el conjunto de Centrales.
Dánel, con 28 temporadas a cuestas, más de la mitad de su vida entre las dos rayas de cal, había quedado fuera de la plantilla de Agricultores, pero podrá convertirse en el hombre jits de los campeonatos cubanos si, como todo el mundo espera, liga los 15 imparables que necesita para superar a Enrique Díaz (2378).
Será esa una de las atracciones de la Liga, más allá del morbo que significará verlo jugar contra el plantel dirigido por Carlos Martí. ¿Tendrá la suerte de imponer el récord en uno de esos partidos contra el que pudo ser su equipo natural?
Qué bien le haría a esta edición primigenia de la LEBC que Dánel asuma ahora el liderazgo en el ranking histórico de jits. Sería un buen batazo para compensar los desaguisados antes del play ball.
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