No hay espacio para más. De un día para otro la situación de la selección absoluta cubana de fútbol ha dado un giro de (casi) 90 grados, de cara a dos decisivos juegos contra el más capacitado cuadro de Honduras, en el grupo B del Nivel A de la Liga de Naciones de Concacaf.
Lo que parecía ser una plantilla lista para enfrentar con buenas posibilidades el reto este jueves (en Santo Domingo) y el próximo domingo (en la cancha sintética santiaguera Antonio Maceo), ahora se torna sumamente complicado por las ausencias de última hora de jugadores claves.
Para esta segunda ventana del torneo se confirmó la ausencia del antes anunciado delantero Onel Hernández (Norwich City), lo que provocará mayores traumas a la ya tradicional sequía goleadora de la que padecen los equipos cubanos.
¿Y qué decir de la lesión sufrida por el extremo derecho Luis Javier Paradela, dueño de los balones parados, cerebro creativo y líder de asistencias en la absoluta conducida por el nuevo técnico Yunielys Castillo, debido a un tirón muscular en el muslo derecho durante el último partido de su club Deportivo Saprissa en la Liga Promérica de Costa Rica?
Entonces, el estratega espirituano deberá hacer de tripas corazón en su objetivo de no solo conservar su invicto -debutó con la absoluta empatando 0-0 contra Haití y luego venció 1-0 a Surinam-, sino también por mantener a Cuba en el nivel A de Concacaf. Y un par de derrotas la enviaría de descenso al Nivel B.
Recuérdese que contra los cuadros haitiano y surinamés, Castillo no pudo contar con otro par de jugadores de buen aval como el extremo Dairon Reyes (Inter Miami II) y el volante de contención Karel Espino (Comunicaciones), algo que hará el camino mucho más escabroso durante jueves y domingo.
En ese debut contra Haití, el técnico cubano se cerró atrás. Empleó un evidente diseño de juego defensivo 5-4-1 y apostó a un contragolpe; mientras que contra Surinam, de menor aval técnico, utilizó el tradicional 4-4-2. Y con ambos la estrategia fructificó.
Ante tantas ausencias, el hombre a seguir ahora será el volante creativo William Pozo, autor del único gol cubano en los dos partidos antes citados.
No sabemos qué hará Castillo contra Honduras, pero regalarle la pelota a los catrachos no es lo mismo que hacerlo con Haití, que apenas supo conducirla hacia la línea de meta.
Los hondureños tienen mejor toque al balón, por lo que pienso que no es recomendable cederles la bola, pues tendrán mucho más tiempo para crear ocasiones de peligro de cara al arco, tan bien custodiado hasta el momento por Raiko Arozarena.
Pero como no somos técnicos de fútbol, mejor confiemos en el sistema que empleará Castillo. Después, lo comentaremos.
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