“Diez millones de cubanos lanzaron la jabalina conmigo”, eso dijo María Caridad Colón tras proclamarse campeona del Lanzamiento de la Jabalina en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980. En la capital soviética, ante la mirada atónita de los miles que espectadores que se dieron cita en el Estadio Luzhniki, la baracoense precisó de un solo intento para mandar el dardo hasta los 68,40 metros que a la postre, le valieron oro.
Veinticuatro años después, un acontecimiento similar se sucedió en el Estadio Olímpico de Atenas. Allí, otra cubana ganó el oro en el lanzamiento de Jabalina. Como María Caridad en Moscú, se proyectó Osleydis Menéndez en Atenas. Un lanzamiento y victoria anunciada; 71,53 metros, nuevo récord olímpico y mejor marca del año, a un solo centímetro del primado mundial.
Tras la gloria olímpica, Osleydis consiguió el título mundial en Helsinski 2005, segundo de su carrera pues ya había ganado en Edmonton 2001. En Finlandia batió otra vez su récord mundial al lanzar el implemento hasta los 71,70 m; la tercera mejor marca de todos los tiempos, solo superada por la checa Spotáková (72,28) y la rusa Abakumova (71.99).
A esta matancera, que es todo un referente en la jabalina femenina, la encontramos sentada en la puerta de uno de los gimnasios del Estadio Panamericano en La Habana, donde, con 33 años y por voluntad propia, se entrena con la idea de regresar:
—¿Atenas 2004?
—Atenas marcó mi carrera, ya que fue allí donde obtuve la medalla que todo deportista quiere tener en sus vitrinas. Además, ganar un título olímpico produce sensaciones que duran para siempre. Yo ya había sido campeona mundial, pero confieso que hasta que no alcancé ese resultado no me sentí completamente satisfecha. Desde que me incorporé a esta disciplina siempre soñé con ganar este galardón.
—¿Qué sentiste después de aquel jabalinazo?
—Cuando hice el lanzamiento me sentí segura, tenía la certeza de que con ese envío podía alcanzar la presea dorada. En ese momento pasaron por mi mente todas las horas de entrega y sacrificio que tuve que realizar durante el cuatrienio y fue grato saber que no habían sido en vano. Me sentí realizada en lo personal y además porque cumplí con el compromiso que había hecho con el pueblo.
—¿Alguna clave especial para llegar a resultados de nivel mundial?
—Pienso que la dedicación y el empeño son fundamentales en la vida de cada atleta. Yo soy muy dedicada y me esfuerzo cada día en el entrenamiento porque tengo conciencia de que de lo que se haga ahí dependen los resultados en las grandes competencias. Siempre me concentro bien en lo que quiero y en la preparación hago especial hincapié en los detalles técnicos.
—¿En qué anda Osleydis hoy?
—Me estoy preparando, por voluntad propia, para tratar de llegar al Equipo Nacional nuevamente. Después del Mundial de 2005, las lesiones comenzaron a golpearme y me imposibilitaron hacer una preparación eficaz y esto influyo notablemente en mi rendimiento.
“Es una espinita que llevo clavada, y tengo la voluntad de intentarlo porque sé que puedo volver y dar lo mejor de mí. Me siento bien y mi brazo siempre está en forma, así que, ¿por qué no volver a lanzar?”.
—¿Dionisio Quintana?
—Sin restarles importancia a los entrenadores con los que me inicié en Matanzas, creo que a Dionisio tengo que agradecerle por casi todo lo que he logrado en mi carrera deportiva. Él ha sido clave en los resultados que he obtenido, porque he estado bajo su tutela desde los 14 años y a su lado he conseguido los mejores resultados de mi carrera. Es para mí, más que un entrenador, un padre.
—¿Algún referente?
—Mis entrenadores, todos mis entrenadores siempre han sido un ejemplo a seguir. Fuera de ellos, María Caridad Colón era mi referente en la especialidad. Me propuse ser como ella, ya que había sido campeona olímpica y además porque es una mujer excepcional en todo el sentido de la palabra.
—¿Cómo ve el panorama actual de la jabalina femenina en Cuba?
—No se encuentra en su mejor momento, ahora mismo hay solo dos atletas en la categoría juvenil. Nos ha afectado mucho el hecho de que no se ha logrado asegurar una continuidad en cuanto a resultados.
“Han existido casos de atletas que obtienen resultados significativos en las categorías cadetes y juveniles y cuando llegan a la selección nacional no estabilizan el rendimiento que traían de las etapas precedentes y se alejan del deporte, por distintos motivos. A la larga esto ha perjudicado al país y después de que yo me aparte del deporte rey no ha aparecido una generación de atletas que haya sido pródiga en cuanto a sus marcas.
“Pienso que hay que trabajar más con las categorías inferiores, a estos muchachos hay que orientarlos porque son muy jóvenes y cometen errores propios de su edad. Todos necesitan de un consejo en el momento oportuno, la interacción con el equipo de trabajo es muy importante”.
—¿Ha considerado la posibilidad de transmitir su experiencia?
—Si, voy a intentar retomar mi forma y mis resultados en esta temporada. De no conseguirlo, pienso dedicarme a entrenar y tratar de guiar a las nuevas generaciones; transmitir mi experiencia y los conocimientos que he adquirido luego de tantos años como atleta de alto rendimiento.
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