¿Hay magia?

Los luchadores cubanos parecen fortalecidos por un toque mágico. Hoy vamos a recordar antecedentes maravillosos que nos permiten escribirlo así. Pero antes vamos a hablar de los recientes grandes triunfos de Luis Orta y Oscar Pino (ambos del estilo grecorromano).

Los dos terminaron con las medallas de oro en la Liga Internacional de lucha Poddubny, celebrada el pasado miércoles 26 de abril en la ciudad de Almaty, Kazajstán, una porfía de primerísimo nivel.

Orta, en nueva división de los 67 kilogramos, se impuso en esta ocasión al ruso Aslan Visaitov, con cerrada pizarra de dos puntos a uno (como mismo refleja una de las fotos que acompaña a esta crónica).

Y de esta forma recordó su éxito del año pasado en la fase desarrollada en Moscú, cuando venció igual por un punto (4-3) al también ruso Sergey Emelin.

¿Hace falta recordar que Rusia es una de las potencias de este deporte de los tackles y los desbalances? No parece necesario…

¿Y recordar quiénes fueron esos dos rivales? Sí…

Visaitov, 28 años de edad, 162 centímetros de estatura, a quien Orta derrotó ahora, ganó medalla de bronce en los Campeonatos Mundiales Juveniles del 2014, en Zagreb (Croacia), entonces en la de los 60, y ha sido dos veces monarca nacional de Rusia.

¿Y Sergey Emelin, a quien venció hace un año? Bueno, este sí tiene un expediente notable. Orta, en grandísimo pelea, lo venció en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (aplazados para 2021 por la pandemia de la covid), en los cuales nuestro compatriota salió campeón en 60 y dejó al europeo con medalla de bronce.

Vamos a redondear los datos para de paso darle más brillo al cubano: Emelin ganó oro en el Campeonato Mundial de Lucha de 2018, en Budapest (Hungría), y plata en el de 2019, en Nursultán (Kazajistán).

Orta, se impone también este recordatorio, había llegado a los Juegos Olímpicos de Tokio sin antecedentes capaces de impresionar, pero sí con unos deseos y progresos gigantescos que lo llevaron a decir provocando algunas sorpresas: “Vengo por una medalla”.

CURIOSIDADES

Y Oscar Pino, división de los 130, sigue aprovechando muy bien las oportunidades que ha tenido cuando, por razones estratégicas, no se ha puesto la trusa su casi invencible compañero Mijaín López, el único luchador hombre que ha ganado cuatro Juegos Olímpicos.

El habanero se enfrentó al también ruso Sergey Semenov, campeón mundial en Budapest 2018, y dos veces medallista de bronce en Juegos Olímpicos (Río 2016 y Tokio 2020), proveniente de una nación con grandes resultados en el peso súper completo.

Y fue muy difícil: casi al final Pino iba perdiendo por un punto, logró marcar el empate, y al ser la última acción se pudo llevar así una corona que suma, en orden, a sus bronces en los mundiales de París 2017 y Budapest 2018, y la de plata en Nursultán 2019.

Hay una gran curiosidad: en el momento en que escribo Pino no tiene asegurada una presencia en los Juegos Olímpicos de París 2024 (viernes 26 de julio hasta el domingo 11 de agosto), si como es muy posible el fenomenal Mijaín López, entonces a días de cumplir 42 años de edad, decide enrolarse en esa extraordinaria aventura.

¡Solo puede inscribirse a un competidor de cada país!

La coincidencia de estos dos gigantes en un mismo tiempo nos hace recordar salvando las distancias entre ellas, solo a golpe de memoria, otras como la de los boxeadores Teófilo Stevenson y Ángel Milián, o los terceras bases Omar Linares y Lázaro Vargas…

¿Por qué escribimos al principio que “los luchadores cubanos parecen fortalecidos por un toque mágico”?

Es el único deporte en el que Cuba ha podido ganar al menos una medalla de oro en todos los Juegos Olímpicos desde los de Barcelona 1992 (sí, el único: ¡ni siquiera el boxeo!).

Y había conquistado una medalla cada año en 28 Campeonatos Mundiales. La racha se rompió, pues llegaron muy mal preparados, en el de 2022, en Belgrado (Serbia). Lo cual adelantamos aquí en Cubahora: ¿El parche antes de que salga el grano?

Sí, las luchas cubanas merecen todo el cuidado que sea posible…

https://www.cubahora.cu/deporte/el-parche-antes-de-que-salga-el-grano