El equipo Cuba de béisbol para menores de 23 años estuvo muy cerca de “aterrizar” en Beijing. Bastaba con derrotar a Panamá en el último juego de la fase preliminar del torneo panamericano para asegurar el pasaje al otro lado del mundo, donde en 2024 se celebrará la quinta Copa del Mundo de la categoría.
Parecía una misión menos compleja que la del día anterior, cuando estuvieron a un out de perder con Venezuela y voltearon espectacularmente el marcador.
Aquel jonrón de Guillermo García García había recortado unos cuantos miles de kilómetros respecto al gigante asiático, pero luego llegaron los panameños y se encargaron de ponchar el sueño.
Fue el peor juego de los muchachos de la isla grande de las Antillas. Tomaron ventaja de cuatro anotaciones en el primer inning, pero el picheo se comportó frágil, incapaz y le cayó encima un aguacero de batazos; fueron conexiones de calidad, duras, que sacudieron al abridor y al bullpen hasta que llegó Rafael Perdomo, ya con una diferencia que resultó irreversible.
Los canaleros la emprendieron con toda su artillería pesada, que incluyó dos jonrones, uno de ellos con las bases llenas y el otro con un hombre en los senderos. Par de palos, seis carreras.
Panamá salió a jugar como si estuviera en una práctica de bateo. Sabía que solo un marcador más desproporcionado del logrado podía darle esperanza.
Los cubanos recortaron en el quinto, pero apenas le sirvió ese paquete de cinco carreras para maquillar el resultado. Quedaron cuatro vueltas por debajo, y lo peor, se esfumó todo. Eso incluye el viaje a China, en busca del desquite después del inexplicable décimo lugar en el pasado Mundial de la categoría.
Habrá que esperar al próximo ciclo competitivo y además los protagonistas serán otros, pues estos jugadores habrían rebasado la edad límite para entonces.
Duele que un equipo que haya remontado como lo hizo el martes ante un adversario superior, se haya dejado robar la iniciativa por un plantel que lucía asequible en el campo de juego, pero se volvió una fiera para “tumbar” a Cuba del avión a Asia.
Pendiente del resultado, con la calculadora en la mano, Venezuela no se perdió ni un segundo el partido. Dicen que festejó su clasificación a lo grande. No era para menos.
Casi todos los expertos decían lo mismo: Cuba sale de favorito ante Panamá, pero el terreno, molesto porque nadie lo consultó, dijo la última palabra.
Preocupó que esos brazos, jóvenes, casi vírgenes en la selección nacional sub-23, hayan sido apaleados brutalmente. Hasta los outs fueron con conexiones duras.
En definitiva, Colombia (5-0) y Venezuela (3-2, mejor en TQB) ganaron los pasajes por el grupo de Cuba, mientras Nicaragua (4-0) y Puerto Rico (3-1) fueron los premiados por el otro apartado.
Esos cuatro elencos serán los representantes de América en la cita del orbe. Para el podio, los líderes chocarán entre sí e igual harán Venezuela y Puerto Rico por el bronce.
Otro equipo cubano que se queda debiendo al béisbol, a su afición. Acarició el cupo, lo olió, pero no pudo.
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