De la pelota cubana a una propuesta olímpica

La pelota en Cuba rueda todo el año. En enero terminó la liga invernal y dos meses después está en planes comenzar la Serie Nacional. Y entre una justa y otra, como enganche, dos torneos de mucho arraigo popular: Pequeñas Ligas y Clubes Campeones.

Pese a que las tensiones económicas que sufre el país han influido en la decisión del Inder de aplazar su calendario competitivo nacional, se mantienen los entrenamientos de cara al inicio de la temporada 63 del béisbol.

Quizá esta vez los ajustes en la preparación impliquen menos topes fuera de cada provincia. Oficialmente, la inauguración se mantiene el día 9 de marzo en el parque Julio Antonio Mella, de Las Tunas, sede de los vigentes campeones. Esperemos que el contexto mejore para evitar posponer un campeonato que de por sí va a concluir casi con el encendido del pebetero olímpico de París. Y ojo, que tampoco sería beneficioso un recorte en el ya menguado calendario regular.

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La propuesta prevé que la fase clasificatoria se extienda desde ese día hasta el 20 de junio, lapso en el que cada equipo deberá jugar 75 partidos.

El cómo será el calendario sí es un asunto que probablemente demande de cambios ajustados al contexto, aunque la Comisión Nacional de Béisbol maneja variantes que toman como referencia escenarios más complejos y otros de menos tensiones económicas. En definitiva, lo importante es jugar, sin descuidar la optimización de los recursos disponibles.

Del proyecto de calendario lo más lamentable es que la postemporada se extienda más allá de lo previsto y los juegos por el título coincidan con el inicio de la olimpiada.

Mientras, este fin de semana se conocerá el nuevo campeón del torneo de Clubes Campeones. Hacía 18 años que no tenía lugar ese campeonato que involucra a los campeones provinciales.

El matancero Unión de Reyes será anfitrión del espirituano Trinidad. El primero ganó en el occidente y el otro dominó el oriente. En sus últimas subseries blanquearon (2-0) a Mantua (Pinar del Río) y Campechuela (Granma), respectivamente.

Ninguno de los dos había llegado a la discusión del título en las 17 ediciones celebradas entre 1992 y 2008, así que estaremos en presencia del séptimo municipio campeón en un escalafón dominado por Guantánamo con cinco coronas.

Para futuras ediciones habrá que ser más precisos en el reglamento. Solo deben competir los campeones del año anterior y ningún juego se debe decidir por lluvia u oscuridad.

Con un formato semejante comenzó el torneo de las Pequeñas Ligas: eliminación directa en series de tres a ganar dos.

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El fin de semana pasada no hubo sorpresas en octavos de final. Seis subseries concluyeron por barrida de 2-0 y solo Cerro (La Habana) y Camagüey necesitaron del tercer duelo para asegurar sus cupos.

No hay muchos cambios respecto a los cuartos de final de la campaña de 2023, y entre lo más interesante de sábado y domingo aparece el pareo entre Matanzas, bronce en 2023 y Villa Clara, campeón en 2022. Los demás choques los animarán Cerro-Pinar del Río, Sancti Spíritus-Camagüey y el rey Bayamo ante Santiago de Cuba.

En juego, además del título nacional, está el viaje a la ciudad estadounidense de Williamsport, Pensilvania, donde cada agosto se juega la Serie Mundial de las Pequeñas Ligas.

Y mientras crecen las expectativas respecto a la Serie Nacional y se juegan dos torneos de mucho arraigo en los municipios, circula en varias plataformas digitales especializadas en deporte la propuesta hecha para que los peloteros pertenecientes a las organizaciones de MLB puedan participar en los Juegos Olímpicos de Los Angeles-2028.

El proyecto habla de emplear la parada destinada a los juegos de Estrellas para celebrar el certamen olímpico. Veremos qué acogida tiene esa propuesta.

Por lo pronto sería muy saludable para el béisbol en su regreso al programa estival: ver a las estrellas en el campo de juego.