La Federación Cubana de Béisbol y Softbol (FCBS) anunció una Serie de Estrellas como colofón de la liga invernal, que podría tener, incluso, carácter internacional.
Entre martes y miércoles se decide el campeón del torneo liguero, cuyo playoff por el oro ahora mismo domina el equipo de Matanzas, ganador en el juego dominical por 6-1.
Los llamados Cocodrilos, líderes de la fase preliminar y favoritos para alzar el cetro, se colocaron a un triunfo de concretar los vaticinios, pero como dijera el mentor rival, Yulieski González, «hay que ganar cuatro partidos».
Artemisa está obligado a voltear el 2-3 con que llegará a Matanzas, ante un público que colma su estadio y frente a un elenco poderoso al ataque, que juega sin piedad cuando el oponente muestra fisuras en el juego.
El que se corone, sea el candidato de la mayoría o el soñador irreverente, será, íntegro, uno de los animadores del espectáculo beisbolero, con sede en la propia Matanzas, provincia que cuenta con buena infraestructura para organizarlo, sobre todo, por la planta hotelera de Varadero, con experiencia en este tipo de eventos deportivos.
También habrá una selección conformada por los mejores jugadores del resto de la liga, entre ellos los integrantes del Todos Estrellas y líderes en los acápites ofensivos y defensivos.
El titular de la FCBS, Juan Reinaldo Pérez Pardo, adelantó a la prensa que cubre el playoff que cursaron invitaciones a varios países vecinos y mencionó a México, Colombia, Nicaragua y Venezuela, pero todavía no tenían confirmación de ninguno.
El formato del certamen estaría determinado por la cantidad de equipos participantes. Si en definitiva no hubiera presencia extranjera, prevén una serie de tres partidos entre ambas escuadras cubanas, aderezadas por juegos de las Pequeñas Ligas, derby de jonrones y la gala de premiaciones de la liga.
Coincidirá por esos días también el inicio del campeonato de clubes campeones, con el ánimo de que el béisbol tenga desde el propio enero, un buen año.
Y así lo merece el 2024, cuando se conmemorarán 160 años de la llegada de este deporte a Cuba. Valdría la pena atender la sugerencia del historiador Félix Julio Alfonso de no olvidar ese dato histórico en cuanta actividad de béisbol sea organizada en el país.
El juego simbólico se gana también contando la historia, fijando en el imaginario popular los antecedentes de por qué llevamos al béisbol en vena.
No solo de jonrones y ponches está hecho este enigmático deporte que, a diferencia del fútbol o el baloncesto, fácilmente comprensibles por la sencillez de sus reglas, tiene un sistema de códigos solamente descifrable por quienes lo siguen.
Y así, amén de sus complejidades, ha ido heredándose de generación en generación, y hoy es parte del patrimonio de esta isla, multicampeona mundial y regional en béisbol.
De esa gloriosa historia hay que hablar siempre para inspirar a las estrellas del presente y del futuro.
La Serie de Estrellas, prevista para empezar el 27 de enero, ha de jugarse, también, fuera de las dos rayas de cal, donde el béisbol es vida, identidad, cubanía.
Sea solo con equipos cubanos o con invitados extranjeros, la iniciativa merece todo el acompañamiento posible y una organización que promueva a Cuba como plaza capaz de empeños mayores en el calendario internacional de este deporte.
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