Terminó la Copa Cuba de Atletismo; su edición número 50 ya es historia. Ha sido un campeonato nacional con matices, que deja por sobre todo el siempre agradable sabor de que hay jóvenes, muchos jóvenes, que han sido protagonistas.
La Copa Cuba de las segundas figuras, le llamó un amigo en Whatsapp. Y llevaba mucha razón, aunque hubo establecidos como Rose Mary Almanza (oro en 800m con 1:59.62), Roxana Gómez (campeona en 400m y 4x400m), Anisledis Ochoa (16:11.0 en 5000m, nuevo récord para la competencia), Yoandys Lescay (campeón en 400m, 4x400m y plata en 4x100m), Eder Borundarena (75.90m en la jabalina), Aslin Quiala (oro con 4.40m en pértiga) o Juan Carley Vazquez (18.50m en la bala), por citar algunos que hicieron valer su condición.
En tanto, los otros, bien jóvenes en su gran mayoría regalaron apreciables actuaciones. Reynaldo Espinosa (10.18 segundos en 100m), Andy Hechavarría (17.11m en triple salto), Jocelyn Echazabal (13.08 en 100m con vallas), Aniel Molina (7.97m en la longitud) o Hayla González (6.65m en el salto de longitud), lo ejemplifican.
Asimismo, el tunero Yander Herrera acaparó miradas con sus 13.79 segundos en los 110m con vallas. Y es que es ahora es -y con diferencia- el mejor del mundo entre los antiguamente reconocidos como categoría cadete. Como también son de mucho interés los 53,29 metros de Neilyn de la Caridad Rodríguez en el disco, para situarse tercera del mundo entre las menores de 18 años, al igual que los 6.22m de Dianelys Alacan y los 7.49m de Raydel Lescay en la longitud, o el 1.80 de Merlín Martínez en la altura.
La Copa Cuba se escapó en tres días intensos, y en muchas ocasiones, altamente competitivos. Tres récords de esta competición fueron optimizados; a los libros del evento subirán los 10:30.17 minutos de Osmairy González en los 3000m con obstáculos, lo 38.83 segundos del relevo 4x100m para hombres con Carrero, Reginfo, Amores y Espinosa en ese orden y la marca ya mencionada de Ochoa en los 5000m. La Copa Cuba ha dejado una sarta de marcas personales, eso siempre es positivo.
La Copa Cuba pone sobre la mesa la necesidad hasta donde sea necesario reinventar estrategias de trabajo para propiciar el desarrollo de esos muchachos y muchachas que suponen presente y futuro de este deporte.
La Copa Cuba nos dice adiós y deja como mayor encomienda el tener visión para sostener el andar de esta maquinaria de triunfos que ha sido el atletismo en la historia del deporte de este país.
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