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sábado, 21 de diciembre de 2024

Honduras: Zancadillas a Xiomara Castro (+Video)

Crisis legislativa hondureña a solo horas de la asunción de la presidenta izquierdista. ¿Quién puede estar detrás del conflicto?...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 27/01/2022
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Xiomara Castro-vigilia popular
La presidenta electa, Xiomara Castro, asistió a la vigilia popular en las afueras del Congreso Nacional para evitar, dijo, el secuestro de ese órgano. (Freddy Rodríguez)

Los enemigos de la electa presidenta hondureña Xiomara Castro, quien asumirá este jueves en el estado nacional, han armado una crisis institucional —y lo peor procedente de su propio Partido Libertad y Refundación (Libre)— que permite vislumbrar el engorroso camino de la nueva mandataria, a quien desde ya acosan los intereses políticos y de los lobbies de la corrupción y el narcotráfico imperantes en el país centroamericano.

Castro, 62 años, fue electa el pasado 28 de noviembre con la más alta votación obtenida por un candidato en la historia contemporánea y se coronó como la primera mujer en ocupar el sillón presidencial. Casada con el exmandatario Manuel Zelaya, víctima en 2009 de un golpe de estado cívico-militar cuando intentó acercarse a gobiernos progresistas.

En una nación acosada por la corrupción institucional a todos los niveles —incluido el saliente mandatario Juan Carlos Hernández y varios familiares— y el control de los grupos mafiosos por las principales instancias gubernamentales y económicas, la victoria de esta mujer de izquierda con un programa inclusivo y de soberanía nacional trajo la esperanza al sufrido pueblo hondureño, donde cada año emigran miles de personas huyendo de la miseria y la violencia.

Para lograr la apabullante victoria, la presidenta electa, que rompió los cánones establecidos de una ceremonia cerrada y asumirá en el estadio nacional, formó una alianza electiva con el líder del partido Salvador de Honduras (PSH), liderado por Salvador Nasralla, ingeniero considerado de centro-derecha pero opuesto a la corrupción y la impunidad. Nasralla le exigió a cambio de su apoyo, y así lo acordaron, ser su vicepresidente y tener como cabeza del Congreso Nacional a uno de sus hombres. El compromiso fue aceptado.

Sin embargo, el pasado viernes, el parlamento hondureño fue escenario de una riña tumultaria entre diputados cuando, y para sorpresa colectiva, los del partido Libre no aceptaron al nuevo presidente Luis Redondo, del PSH, y formaron una nueva mesa legislativa encabezada por Jorge Cálix, de la formación de la mandataria electa. Es decir, los legisladores de Libre no honraron el acuerdo suscrito con Nasralla y crearon un sisma en la agrupación ganadora de las elecciones, poniendo a prueba el liderazgo de Castro, reconocida como la persona indicada para reestructurar la sociedad hondureña.

La lucha por el poder legislativo, una situación que según medios políticos esconde el interés de corruptos para mantener la inmunidad existente en el gobierno saliente, aun antes de que asumiera Castro su cargo, deja inquieta a la población, habituada a estas escenas de lucha por el poder. Algo impensado en el período que gobernará la lideresa izquierdista.


Luis Redondo, del partido Salvador de Honduras, de Nasralla, presidente del Congreso Nacional, en la apertura de la primera legislatura considerada legítima (Foto: proceso.hn).

Al cierre de esta nota seguía la batalla en el legislativo de figuras y grupos políticos. En primera fila la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa llamó a los dos llamados jefes de congreso a una reunión para encontrar una solución, en una nueva intromisión en los asuntos internos de la nación centroamericana.

De una parte Redondo es reconocido por Castro como legítimo presidente del órgano parlamentario, y llamado a estar presente en la ceremonia de asunción. Al abrir la legislatura de su mandato este martes, propuso tipificar la reelección como delito y eliminar los subsidios que ahora disfrutan los legisladores, instalar una comisión ciudadana anticorrupción, ley de amnistía a presos políticos y ley antienriquecimiento de funcionarios, entre otras medidas.

Mientras Cálix, juramentado en el club campestre Bosque de Zambrano, en el norte de la capital, para obtener tal posición pactó con el derechista Partido Nacional, de Hernández —lo que Castro calificó como traición—, también abrió su ilegal legislatura leyendo una misiva de apoyo del connotado corrupto que ocupó la presidencia durante ocho años.

Es notorio que Hernández haya dirigido una carta oficial a Cálix, y que este, en la primera reunión de su legislativo no reconocido derogara la ley de Secretos Oficiales de Honduras, en desacato e irrespeto a la figura de la dignataria electa. Este antiguo miembro de Libre abrió con ello, dijo, la primera legislatura 2022-2026 e indicó que pronto seguirán otra serie de disposiciones, en una evidente provocación política a la nueva dirección del país.

EXPULSADOS DEL PARTIDO LIBRE

Una de las primeras medidas tomadas por Castro fue la de expulsar del partido Libre a los 18 diputados rebeldes que irrespetaron el acuerdo con Nasralla y crearon la división en el seno de su partido, con el consiguiente daño político a la credibilidad ciudadana. Luego convocó una vigilia para evitar el secuestro del Congreso Nacional, en la que ella estuvo presente el sábado pasado junto a miles de personas, y negó cualquier vínculo con los opositores internos.

Para analistas, en Honduras se repite el esquema de EE. UU. en Venezuela hace tres años, cuando el político opositor Juan Guaidó, en una plaza pública, se autodeclaró presidente de la nación suramericana, obviando la legitimidad del dignatario Nicolás Maduro, electo en las urnas por mayoría.

Los hechos y los años han demostrado que detrás del reconocimiento a Guaidó había un plan de Washington para derrocar a Maduro y a la Revolución Bolivariana, apoyado por Colombia, hasta ahora su mejor aliado en Suramérica, y el ya desaparecido Grupo de Lima.

Pocos dudan de que aunque hasta ahora EE. UU. solo dio “consejos” a los jefes paralelos del Congreso (aunque solo es reconocido Redondo), la anunciada presencia de la vicepresidenta norteamericana Kamala Harris será el colofón de presuntas órdenes a la nueva administración hondureña. Carros blindados del ejército de EE. UU. llegados a Tegucigalpa dan cuenta del espectáculo de fuerza planeado para la alta funcionaria.

Castro, la mujer que devolvió la izquierda al poder luego de 12 años de gobiernos corruptos tras el golpe de Estado a su esposo, tiene un camino muy difícil por delante, aunque nadie esperó que la primera crisis de su gobierno estallara en su partido Libre.La mirada de Washington no se aparta del país por el que atraviesa la droga hacia el Norte, y que constituye uno de los principales negocios empresariales del capitalismo estadounidense.

A lo interno, la violencia es uno de los grandes males derivados, entre otras causas, de la lucha por el poder del tráfico de drogas y la continua creación de bandas paramilitares.

La tasa de pobreza en Honduras —las cifras finales aún se desconocen— podría aumentar de 70 % a 75 % al cierre de 2021 por la crisis económica causada por la pandemia de COVID-19, el alto costo de vida y la falta de oportunidades laborales.

“La pobreza podría aumentar cinco puntos porcentuales, es decir, tres de cada cuatro hondureños estarían en condición de pobreza al cierre de 2021”, dijo Ismael Zepeda, economista del Foro Social de Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh, no gubernamental), indicaron medios internacionales de prensa.


La pobreza afecta a más del 70 % de los hondureños y reducirla es uno de los propósitos de la mandataria hondureña (Foto: Efe).

La estatal Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) aseguró que la pobreza en el país centroamericano aumentó al 70 % en 2020, con un alza de 10,7 puntos porcentuales con respecto al 59,3 % de 2019. La extrema pobreza en Honduras, país con 9,5 millones de habitantes, aumentó alrededor de un 4 % en los últimos años, hasta llegar al 45 %.

Como a otros países latinoamericanos y caribeños, la pandemia, que ha dejado 274 478 casos y 7 259 decesos en 16 meses en Honduras, impactó de manera severa a todos los sectores del país y a la población en general.

El desastre socioeconómico agravado por la COVID-19 incrementará la migración irregular, una válvula de escape frente a la crisis económica. Desde octubre de 2018 salieron varias caravanas con miles de centroamericanos, la mayoría hondureños, con el propósito de entrar a EE. UU., donde, si llegan, son explotados como mano de obra barata.
A estos asuntos, según su programa inclusivo de gobierno, deberá enfrentarse Castro, una valiente mujer a quien sus enemigos —incluidos aquellos que se decían ser sus amigos— intentarán, cuando menos, impedir que cumpla sus planes electorales. Ella tiene un pueblo que la respalda y que, hasta ahora, le brinda un voto de confianza, pero los días por venir auguran nuevas tormentas para Castro.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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