La reciente Cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), celebrada en Paramaribo, capital de Surinam, dio un nuevo impulso a esa organización creada por el fallecido presidente Hugo Chávez Frías, para evitar que sea sumida en un marasmo de burocracia que impida su misión de aglutinadora política de esa importante región latinoamericana.
Sabido es que en Suramérica se encuentran vitales recursos naturales –petróleo, agua, gas, entre otros- que, como es tradicional, son objeto de la codicia de Estados Unidos, país que a pesar de fomentar guerras en las naciones árabes para apoderarse del crudo, mantiene una embestida política contra los gobiernos progresistas de la región en los últimos meses.
Destacan en ese sentido el fomento de la Alianza del Pacífico, que auspicia con naciones miembros de la UNASUR, el magnicidio abortado contra el presidente venezolano Nicolás Maduro (su principal objetivo en estos momentos), la satanización de las direcciones revolucionarias en multimillonarias campañas mediáticas y ataques a Argentina y Ecuador por parte de empresas transnacionales, entre otros planes desestabilizadores.
De ahí que esta cita en la bella Paramaribo haya sido de suma importancia para los miembros de Unasur, que analizaron y decidieron nuevas formulaciones que impidan un retroceso en el trabajo de la organización, caracterizada por su rapidez en la toma de decisiones políticas frente a casos excepcionales. Es notable – y ahí hubo una señal de alerta- que Unasur no se haya movilizado como bloque con la suficiente celeridad –bajo la presidencia temporal de Perú- cuando fue secuestrado en Europa este año el mandatario boliviano Evo Morales.
El canciller venezolano Elías Jaua, en la reunión previa a la Cumbre de Jefes de Estado y de gobierno, afirmó que su país planteó una "reforma integral" de los estatutos y reglamentos de Unasur, para no limitar el margen de maniobra del Secretario General y de los jefes de Estado, evitando así que el ente sea "gobernado por una burocracia institucional".
La Declaración de Paramaribo planteó, en ese sentido, la puesta en marcha de un plan de acción, que deberá ser preparado para los Cancilleres en los próximos dos meses, en pos de simplificar su funcionamiento interno y reforzar su Secretaría General.
De inmediato, se organizará una nueva cumbre para discutir "decisiones concretas en cuestiones de desarrollo industrial, económico, financiero, de defensa, salud, energía, educación y alfabetización en la región", detalló a la prensa Maduro, al finalizar la cita.
Ese fue uno de los puntos principales de la agenda de este viernes, que también discutió la necesidad de mantener la unidad entre los miembros con independencia de las diferencias políticas e ideológicas, la situación existente en Siria y la oposición del grupo regional ante el anunciado ataque de Estados Unidos contra ese país árabe –punto planteado por el boliviano Morales-, así como la abolición del visado para los ciudadanos de los Estados miembros.
La Cumbre marcó también el retorno de Paraguay al bloque luego de su suspensión en junio del 2012, a consecuencia de la destitución del presidente legítimo de ese país, Fernando Lugo, por parte del Congreso Nacional, considerado un golpe de Estado parlamentario por la UNASUR.
Surinam asumió este viernes la presidencia pro témpore de la organización regional. El presidente surinamés, Dési Bouterse, aseguró que su país continuará trabajando en conjunto con los demás miembros de bloque y calificó de inmenso el trabajo de UNASUR en los próximos meses.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.