Dos presidentes revolucionarios, el venezolano Hugo Chávez, y el ecuatoriano Rafael Correa, han logrado notables índices de desarrollo sostenible con sus humanitarios e inteligentes programas de gobierno, lo que mantiene vivo el respaldo de sus pueblos que, con el voto como mejor defensa de tales ideas, exigen que continúen en sus cargos en aras de consolidar los novedosos proyectos políticos que lideran en sus respectivos países.
El 7 de diciembre pasado, con más de un 10% de ventaja sobre su más cercano rival, el derechista Henrique Capriles, el Mandatario de Venezuela fue reelecto en unas elecciones en el que la ciudadanía de manera masiva le renovó su confianza.
La histórica reelección de Chávez con seguridad se repetirá ahora en Ecuador, un país situado en el meridiano del planeta con 14 millones 688 mil habitantes, y donde el presidente Correa —economista de 48 años-, mantiene una holgadísima ventaja respecto al postulado más próximo.
El aspirante a la reelección- según la encuestadora Market- posee el 49 por ciento de las intenciones de voto, y el exbanquero Guillermo Lasso solo el 18 por ciento. La diferencia es superior para Perfiles de Opinión: Correa un 63 por ciento, Lasso nueve por ciento, el expresidente Lucio Gutiérrez cuatro por ciento y Álvaro Noboa, dos por ciento.
Candidato del movimiento Alianza País, el Mandatario recibe a diario muestras continuas de apoyo en el actual recorrido nacional que realiza como parte de su campaña, en la que pide a sus electores el voto unido por la Lista 35, donde aparecen en una boleta los aspirantes a la Primera Magistratura y su vice, y los eventuales a parlamentarios. Para el futuro Ejecutivo es importante contar con una mayoría en el Congreso, hasta ahora dominado por una oposición que impide el desarrollo más acelerado de la Revolución Ciudadana.
NADA PARA NOSOTROS, TODO PARA LA PATRIA
Los éxitos de la Revolución Ciudadana, cuyo sexto aniversario se celebró en fecha reciente, logró una reestructuración del sistema económico y socio-político con éxitos medibles en cifras, pero más importante aún, en el aumento de la calidad de vida de la población más empobrecida. El gobierno, incluso, ya cumplió con antelación varias de las Metas del Milenio de la ONU establecidas en el 2000, y con fecha de conclusión para el 2015.
La ministra coordinadora de Desarrollo Social, Doris Soliz Carrión, informó, como elementos destacables, la disminución del índice de pobreza, ahora en nueve por ciento, lo cual ubica a Ecuador como puntero entre los de menos desigualdad en América Latina.
Solíz dijo que el trabajo infantil bajó 12 puntos, mientras se obtuvo la mejor tasa de ocupación plena en los últimos cinco años y se elevó en un cuatro por ciento el porcentaje de estudiantes en educación básica en el país. El alza fue notable entre la población más excluida: indígena (del 89 al 96,5), afrodescendiente (del 88,3 al 93,5) y entre los más desposeídos (del 87,3 al 94,5 de matrícula)
Refirió también que el presupuesto nacional para salud subió 3,3 por ciento en el 2011, y en el 19 por ciento con relación al 2010. Las consultas médicas llegaron a 243 por cada 100 habitantes.
En por ciento, el número de ciudadanos que vivían en hacinamiento descendió del 19.6 en 2006 a 11.2 en 2011; y las viviendas conectadas a servicios públicos de alcantarillado subieron del 87.4 al 92.2 en igual período.
También se elevaron los beneficios sociales del bono de desarrollo humano (para los más pobres), pensión al adulto mayor y asistencia a discapacitados, con beneficio conjunto a más de un millón 800 mil personas. Los salarios son de más de 300 dólares, suficientes para la adquisición de la canasta básica. Se han construido más de 230 mil viviendas en la etapa.
RADICALIZACIÓN DE LA REVOLUCIÓN CIUDADANA
El presidente Correa ha sido claro: lo que se juega el próximo día 17 es el mantenimiento y radicalización del proyecto Revolución Ciudadana, o el retorno a un régimen burgués vendido a los intereses de la oligarquía y de Estados Unidos en la región.
¿Qué le propone a los electores el Movimiento Alianza PAIS para el gobierno 2013-2017?.
Son programas concretos a cumplir para alcanzar el “Socialismo del Buen Vivir”, cuyo lema principal es “gobernar para profundizar el cambio”, recogidos en un documento entregado a la ciudadanía para su conocimiento y estudio.
Lo que se busca en esta nueva etapa es la radicalización del proyecto ciudadano basado en el ideario de los libertadores de las metrópolis europeas en el siglo XIX, y cuyo primer eje pretende profundizar la mejora en la calidad de vida de los trabajadores y las mayorías populares. Un camino que no está exento de las trabas de los enemigos tradicionales, Estados Unidos (cuya base militar en la localidad de Manta fue expulsada por el Mandatario), y la derecha ecuatoriana, cuyo peso político es mínimo, pero que está dispuesta a cumplir planes macabros —incluso de magnicidio- para no perder sus privilegios.
Cuando Correa asumió en el 2006, el 10 por ciento más rico de Ecuador obtenía 28 veces más ingresos que el 10 por ciento más pobre. Esa brecha se redujo 10 veces en el 2011. ¿Cómo se logró ese éxito en un tiempo tan corto?. El presidente afirmó que con “el rescate de lo público y la reconstrucción de un Estado que había sido desmantelado por el neoliberalismo salvaje y la indiferencia de la burguesía”.
Para el programa de Alianza País, es imprescindible —según su proyecto gubernamental- “una transición hacia una sociedad en la que la vida no esté al servicio del capital o de cualquier otra forma de dominación. Afirmamos, de modo radical, que la supremacía del trabajo humano sobre el capital es innegociable y que la defenderemos en todos los espacios de la vida social en que pueda ser vulnerada”.
Hasta el 2017, el gobierno ecuatoriano con el respaldo de su población, trabajarán basados en orientaciones éticas y principios que marcan el camino hacia un cambio radical para la construcción de una sociedad justa, libre y democrática. Las éticas se expresan en cinco dimensiones: justicia social y económica, justicia democrática y participativa, justicia intergeneracional e interpersonal, justicia transnacional y justicia como imparcialidad.
Las perspectivas que se abren para el pueblo ecuatoriano con el liderazgo de Correa carecen de límites en cuanto a desarrollo y crecimiento sostenible para alcanzar el Socialismo del Buen Vivir, más aún si logra la mayoría parlamentaria.
El carácter emancipatorio de la Revolución Ciudadana, la integración de Ecuador en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y otros organismos regionales, la diversificación del comercio, el prestigio político de Correa, alejan a Ecuador objetivamente del sombrío panorama que otros candidatos aspiran implantar, sin éxito posible en los comicios, en la histórica nación meridional.
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