Tensiones marcan elecciones presidenciales en Ecuador y Perú

En complejos escenarios políticos, con una pandemia que asola a sus sociedades por mal manejos de los gobiernos locales, Ecuador y Perú celebrarán el próximo día 11 elecciones que, en opinión de analistas, resultarán decisivas para las dos naciones suramericanas.

Mientras tanto, en el contexto electoral de abril, el Congreso chileno acordó suspender los comicios pactados para el 10 y 11 de este mes, debido al desastre sanitario existente en esa nación por la desorganización del gobierno de Sebastián Piñera ante la pandemia. Ahora serán el 15 y 16 de mayo cuando se elegirán gobernadores, alcaldes, concejales y miembros de la convención que redactará la nueva Constitución.

Muchos se preguntan si un mes será suficiente para cambiar las astronómicas cifras de muertos y contagiados por el nuevo coronavirus en ese país de 14 millones de habitantes, sacudido también por el malestar social contra Piñera que mantiene en estado de rebeldía a miles de ciudadanos desde octubre de 2019, sin que la pandemia haya impedido las movilizaciones callejeras.

Andrea Parra, del partido Por la Democracia y presidenta de la comisión de Gobierno Interior de la Cámara de Diputados, señaló que ¨la conducta irresponsable del Gobierno da escasas garantías de que las elecciones puedan realizarse en mayo¨. Hasta el 31 de marzo 23 135 chilenos fallecieron y otros fueron 995 538 contagiadas por la Covid-19.

Parra añadió que La Moneda, ¨sabiendo que teníamos elecciones, comenzó a relajar las medidas de manera negligente¨. Por su parte, Daniel Jadue, candidato presidencial por el Partido Comunista, señaló en Twitter que ¨el absoluto fracaso del Ejecutivo frente a la pandemia obliga a postergar las elecciones y este es el resultado de los permisos de vacaciones, de la normalización forzada, del retorno a clases y de la falta de apoyo a las familias para que pudieran cuidarse¨.

OJOS SOBRE ECUADOR

Las elecciones de Ecuador en segunda vuelta determinarán al sustituto del derechista Lenin Moreno. (Getty Images).

Quedan sobre el tapete entonces dos grandes elecciones: las de Ecuador, que en segunda vuelta determinará al sustituto del derechista Lenin Moreno, y en un debilitado Perú, donde hay un 18 candidatos para la primera magistratura y centenares para escoger los 70 parlamentarios que podrían encaminar la deteriorada política local.

Son los comicios ecuatorianos los que levantan mayores expectativas en una región donde en los dos últimos años nuevos gobiernos progresistas han sustituido una racha neoliberal destinada al fracaso, a pesar de los esfuerzos del injerencista Estados Unidos (EE.UU.) y  el papel jugado por sus embajadas en la región.

El domingo 11 se enfrentarán en el llamado país meridiano del mundo dos políticos de ideología opuesta –por lo tanto dos modelos de futuro diferentes-: el progresista Andrés Arauz, ganador en la primera vuelta, y el banquero Guillermo Lasso, representante de los grandes capitales, quien luego de tres fracasos electorales previos, fue considerado por la oligarquía una opción superior a la del tercer colocado, Yaku Pérez, del partido indígena Pachakuti, que ahora lo apoya.

Arauz, de 36 años, del partido Unidos por la Esperanza (Unes) alcanzó un 32% de los votos en la primera vuelta el 7 de febrero pasado, mientras en una inusual competencia entre Lasso y Pérez, el Consejo Nacional Electoral se decantó por el millonario perdedor ante los candidatos del movimiento Alianza País, fundado por el expresidente Rafael Correa.

Este postulado por el movimiento CREO y la Social Demoracia es el favorito de la oligarquía local y cuenta con el apoyo de Washington, desde donde se manejó un agresivo plan para evitar la presentación del binomio Arauz y  el conocido periodista Carlos Rabascall como su vice, para la actual contienda.

Un comentario firmado por Katu Arkonada en Resumen Latinoamericano de este primer día de abril, asegura que hubo en fecha reciente una reunión secreta en Islas Galápagos entre Moreno y su vice María Alejandra Muñoz con el embajador norteamericano, Michael Fitzpatrick y altos mandos militares de ese país en aras de esclarecer que ningún funcionario ecuatoriano destacado en Washington filtró información sobre planes desestabilizadores que impidieran la victoria de Arauz y el correísmo.

Entre los asuntos tratados, se entregó al gobierno de Quito un informe secreto que otorga al candidato progresista una ventaja de 20 puntos sobre el banquero Lasso, basado en análisis de las agencias de inteligencia estadounidenses.

También, según el articulista, y por idea de varios senadores norteños, se le pidió a Moreno deshacerse del ex Secretario de la Presidencia Juan Sebastián Roldan por permitir la victoria de Arauz en primera vuelta, sin aplicar todas las las medidas acordadas con el gobierno de Colombia para vincular al correísmo con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional.

No obstante la sucia campaña de la oligarquía ecuatoriana y sus jefes estadunidenses, la izquierda ecuatoriana se ha unido a Arauz, que sale como favorito.

EN PERÚ, EL PANORAMA ES COMPLEJO  

Cinco ex presidentes acusados de corrupción, -otro fugado y uno preso por crímenes de lessa humanidad- es el contexto en el que se mueven las fuerzas políticas que intentan ocupar la presidencia de Perú y el mayor número de escaños posibles en el siempre complejo Congreso Nacional.

La salida prematura del cargo del exmandatario Pedro Pablo Kuczynski acusado de corrupción, trajo a escena a su vice Martín Vizcarra, quien a su vez fue sustituido por el Congreso Nacional en pocas horas por supuesta corrupción y su puesto ocupado por Manuel Merino, presidente de ese órgano, quien orquestó un golpe de estado en pocas horas.

Merino, presionado por miles de personas que protestaron en las calles por la jugarreta, tuvo que renunciar y fue sustituido por el actual jefe de gobierno Francisco Sabasti.

Las elecciones generales eran imprescindibles en un Perú donde el pueblo no cree ni en líderes ni en partidos, y así lo demuestran recientes encuestas que indican el bajo interés en la participación de los votantes. El último escándalo que envuelve a Vizcarra está relacionado con la vacunación irregular de familiares y amigos cuando ostentaba la presidencia.

Si bien es cierto que hay una lista de cuatro favoritos, será muy difícil desde ahora predecir quien ocupará un cargo que en las últimas décadas se identifica con una mala gestión, robo del erario público,  narcotráfico, derechismo aliado de Estados Unidos y otros desalentadores delitos.

Incluso en esa alta cifra aparecen nombres de corruptos como Keiko Fujimori, hija del exdictador Alberto Fujimori, y el ex dignatario Ollanta Humallu, que todavía es investigado por mal manejo del dinero público.

La aceptación del electorado es mínimo para los postulados. Un 40% de los convocados -25 287 954 de electores residentes tanto en territorio nacional como en el extranjero, en un país donde el voto es obligatorio- , afirman que no acudirán a las urnas.

Por tanto, lo único seguro hasta ahora es que la indecisión y la apatía se perfilan como los dos elementos mas sólidos ante el cambio de gobierno.

Los bajos niveles de vida de la población, la corrupción en las altas y medianas esferas políticas, la pésima administración para combatir la covid-19 y otros males históricos de esa nación salen ahora a flote a la hora de decidir por un presidente y sus dos vices, los integrantes del Congreso Nacional y. los delegados peruanos ante el Parlamento Andino.

Sabasti trata de llevar a puerto seguro las elecciones, pero es demasiado el hastío nacional –expresado en las calles por millares de personas que quisieran cambiar pero hasta ahora no pueden- la estructura de la nación. Así que nada hay seguro todavía.

Entre quienes apenas llegan menos de 10% de votos aparece el populista ex futbolista profesional George Patrik Forsyth Sommmer, ex alcalde y empresario, quien lucha por ubicarse entre los dos primeros puestos con el ultraderechista Rafael López Aliaga y con la Fujimori, estos con menos de 10 por ciento de posibilidades..

El de mayores posibilidades en el punteo es el exlegislador Yonhy Lescano, del partido Acción Popular, que mas intenciones de voto presenta, apenas con un 14%. Lescano trata de aglutinar mas sufragios con la promesa de realizar un referendo para cambiar la Constitución Nacional, al estilo de Chile. .

Solo si la fragmentada izquierda peruana lograra unirse para los comicios tendría una oportunidad Verónika Mendoza, de la alianza Juntos por el Perú, que de acuerdo con analistas, ganó el debate presidencial previo al acto electoral con la propuesta de cambios imprescindibles en el panorama local.

Verónika tenía apenas el 6% de aprobación de los votantes, pero la situación cambió a partir del debate donde presentó un sólido programa de gobierno sin competencia entre los otros postulados. Ganó en los debates presidenciales realizados, en que ganó dos de tres, según las encuestas.

En medio una competencia desleal, pues Juntos por el Perú carece de los recursos de otros partidos, lo cierto es que la joven avanza en las encuestas y en política todo es posible hasta que se cierre la ultima urna.

Ella propugna la redacción de una nueva Carta Magna, idea con la que coincide un 43% de sus compatriotas, mientras igual porcentaje piensa que se debería reformar la actual, y una mayoría absoluta  para la cual esta es una necesidad imperiosa.