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miércoles, 27 de noviembre de 2024

Tensión en Colombia (+ Audio)

Situaciones complejas en distintos ámbitos de la vida política y social dibujan un diíicil panorama en el país cafetalero...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 20/05/2023
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reserva de las fuerzas militares en Colombia
Concentración este mes de la reserva de las fuerzas militares en Colombia contra el gobierno de Gustavo Petro (Semana)

El presidente Gustavo Petro recibió una Colombia con graves y anormales situaciones políticas y socioeconómicas, de las cuales solo se recuperaría si lograra la paz nacional, y cumpliera planes dirigidos a transformar la herencia dejada por el régimen proimperialista de Iván Duque.

Petro asumió en agosto del pasado año. Los meses transcurridos han sido difíciles, dada la acumulación de problemas económicos y socio-políticos. A ello se agrega, en los últimos días, la posibilidad de un eventual golpe de estado por parte de militares retirados.

En mensaje a la ciudadanía, el mandatario denunció al coronel John Marulanda, quien en declaraciones a W Radio afirmó que ¨el objetivo final¨ es “tratar de hacer lo mejor por defenestrar a un tipo que fue guerrillero”, en alusión al exsenador y exalcalde de Bogotá, ahora en la primera magistratura de la nación suramericana.

Marulanda fue entrevistado por la emisora para conocer su opinión sobre la manifestación antigubernamental de miles de militares retirados en la Plaza de Bolívar, y en su análisis precisó; “Colombia está siguiendo los pasos de Perú. Allá las reservas fueron exitosas en el sentido que ayudaron a defenestrar a un presidente corrupto, aquí vamos a tratar de hacerlo mejor. Vamos a tratar de defenestrar a un tipo que fue guerrillero”.

Hasta marzo pasado, el coronel fue presidente de la Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares de Colombia (Acore), un grupo con capacidad de incidir en las tropas, la que agrupa a retirados, pensionados y veteranos del Ejército a escala nacional. También es miembro de una mesa de asociaciones de pensionados llamada Fuerza Púrpura (unas 70 pequeñas organizaciones aspirantes a convertirse en partido político).

Hace unos días, unos 5 000 soldados y oficiales en retiro de las Fuerzas Armadas se reunieron en la Plaza de Bolívar, en Bogotá, la capital, para crear un clima desfavorable sobre la gestión del Ejecutivo nacional.

En su mensaje al pueblo colombiano, y en respuesta a los evidentes planes conspirativos de Marulanda, vinculado al líder derechista y exmandatario Álvaro Uribe, el jefe de gobierno refirió que a los viejos militares ¨les aterroriza que acabemos la impunidad. La verdad los acobarda tanto que van al desespero¨

En su respuesta a los exuniformados en un retiro al parecer muy activo, advirtió en su cuenta en tuiter: ¨Ya lo sabe todo el pueblo progresista que eligió al presidente. Los amigos de la impunidad aterrorizados por la verdad no están pensando en elecciones, sino en una ruptura institucional. ¿Investigará la Fiscalía?”.

En un comunicado a la opinión pública, los presuntos golpistas reivindicaron el papel de la Fuerza Pública como garantes, dice, de la seguridad y la convivencia como elementos transversales para el progreso y el desarrollo social, dos elementos que, según datos oficiales, están muy lejos de satisfacer las necesidades de millones de colombianos empobrecidos, víctimas de una guerra civil de mas de medio siglo, y rehenes de bandas paramilitares –donde participan soldados y policías- que luchan entre sí por el control del tráfico de drogas con la población como rehén.

En una provocativa nota dirigida a la opinión pública, los reservistas militares plantearon que ¨hoy el país transita por proyectos de reformas e intentos de transformaciones que pueden impactar la libertad y el orden, fundamentos del Estado que deben prevalecer¨, en tanto defendió a la Fuerza Pública, garante, indica, de la seguridad y la convivencia como elementos transversales para el progreso y el desarrollo social¨.

Otro acontecimiento político que repercute en la vida interna de Colombia es el tercer ciclo de conversaciones del gobierno bogotano con la guerrilla activa Ejército de Liberación Nacional (ELN), no exento de discordias.

En estos momentos continúan los trabajos de la Mesa de diálogos en Cuba, -una de las naciones garantes del proceso- tras la realización de un intercambio de aclaraciones sobre recientes intervenciones de Petro, que ahora plantea la paz por regiones.

Un documento expedido por la reunión indica que las partes articularían en lo inmediato el Acuerdo de México y el conjunto de  pactos hechos en la Mesa.

A pesar de las diferencias expresadas por los delegados, hay un compromiso de lograr en el actual ciclo un pacto de cese al fuego bilateral y nacional, la participación de la sociedad en la construcción de la paz y el desarrollo de acciones y dinámicas humanitarias conjuntas.

Lo más importante, opinan observadores, es la firme decisión de que la Mesa permanezca activa hasta tanto logren un acuerdo para acometer las transformaciones estructurales que necesita Colombia.

Cuba, a la que Estados Unidos (EE.UU.) incluyó de manera arbitraria en una lista de naciones patrocinadoras del terrorismo, recibió el agradecimiento por acoger el actual ciclo, como en años anteriores hizo durante las conversaciones del gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).

Los negociadores en este período se sumaron al clamor mundial para que Washington retire a la isla de la lista, un medio para elevar las sanciones unilaterales contra La Habana y endurecer el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto desde hace seis décadas.

Para analistas, es importante que haya una comprensión sobre el surgimiento y accionar de las guerrillas. Mientras la derecha plantea que se trata de elementos actuantes al margen de la ley y deben ser aniquilados, la realidad indica que la actuación guerrillera responde a una cuestión de carácter social.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) aseguraba que, en 2021, el 42,5 % de los colombianos eran pobres. En 2022, Colombia se convirtió en el segundo país más desigual de Latinoamérica: el 12,4 % de toda la riqueza creada se distribuye para el 90 % de la población local, mientras que la riqueza restante solamente se la reparte un 10 %.

El desarrollo de la violencia se debe, según politólogos, al afianzamiento de la desigualdad social. La concentración de la tierra generó un sistema que se profundizó mediante el ejercicio de la violencia y de la estratificación violenta de su sociedad. Desde la red del Banco de Alimento señalan que hacen falta 11 generaciones para que una familia pobre pueda salir de su situación en Colombia. Es muy difícil, por tanto, encontrar la paz sin remediar la base que sostiene la pirámide de violencia.

SOCIEDAD ESTREMECIDA

En estos días la sociedad colombiana fue estremecida por las declaraciones del excomandante paramilitar Salvatore Mancuso desde un centro de reclusión en Georgia, EE.UU. en el contexto de las audiencias del Tribunal de Justicia Especial para Paz (JEP). El interés de su comparecencia era demostrar su eventual actuación como ¨bisagra¨ entre la política y los paramilitares.

Mancuso, quien fuera extraditado a territorio estadounidense, respondió a un cuestionario de la magistrada Heidy Baldosea, presidenta de la Sala de Definición de situaciones jurídicas y otros dos colegas.

Mediante una videoconferencia, el presidiario explicó los mecanismos internos de esas agrupaciones, y refirió que existía una política del Estado para facilitar su creación, la cual involucraba a la Policía Nacional de Colombia, el desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), y el Ejército Nacional.

En su confesión, el exjefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) reveló que recibió órdenes de un directivo del DAS, la unidad de inteligencia de la época, de asesinar el presidente Petro cuando era legislador en los años 90, al igual que a otros líderes de la izquierda.

Al respecto, y en declaraciones en su cuenta en tuiter, el mandatario recordó que ¨el DAS ponía mis escoltas. De las operaciones en mi contra logramos información previa sin ayuda de los gobiernos y logramos frenarlas”. La disolución del DAS ocurrió en 2011 debido a un escándalo de espionaje a jueces, opositores y defensores de derechos humanos bajo el gobierno Uribe.

En su intervención, Mancuso precisó que los llamados escuadrones de la muerte fueron creados gracias al Estado colombiano. Leyes y políticas oficiales permitieron la formación de estos núcleos armados. A esto se sumó la dirección y coordinación de las fuerzas militares con el apoyo de empresarios y políticos. Indicó que se unieron ganaderos, agricultores, comerciantes y  empresarios y fue el Ejército quien les dio entrenamiento y formación.

El excomandante paramilitar recordó  que el empresario Pedro Juan Moreno Villa, secretario de gobierno del expresidente Uribe cuando era gobernador de Antioquía, en 1995, lo asesoró para crear la empresa Convivir Horizonte Ltda, que como una supuesta policía cívica hacían retenes e inteligencia con la policía. ¨Todas las semanas, precisó, hacíamos reunión en el comando de la policía con el comandante y el subcomandante de la policía”.

Moreno Villa murió en 2006 en accidente aéreo en la región de Urabá. Mancuso aseguró que en realidad había sido asesinado.  En 2016, el Fiscal General de la Nación compulsó copias para investigar a Uribe Vélez por el fallecimiento de Moreno.

Otro de los señalados por Mancuso fue Francisco Santos, exvicepresidente durante los dos gobiernos del conservador Uribe. El excomandante dijo que Santos le solicitó la creación del llamado Bloque Capital para organizar una banda en Bogotá. Santos usaba su columna en el periódico El tiempo para justificar y legitimar el accionar contra determinadas figuras y localidades.

También mencionó a varias empresas que apoyaron a grupos paramilitares, entre ellas las multinacionales Chiquita, Dole y Del Monte, Drummond y confirmó el asesinato de varias personas, luego entregadas al Ejército, que las identificaban como guerrilleros dados de baja en combate.

A pesar de los contratiempos, el gobierno izquierdista de Petro es hasta ahora una referencia de los necesarios cambios exigidos por la población colombiana.

 


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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