sábado, 28 de septiembre de 2024

Siria: de lo que toca a la puerta

Luego del fracaso gringo en Afganistán, el conflicto en Siria apunta a dar el cambio radical en Oriente Medio y Asia Central...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 30/09/2021
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Siria-Victoria
Las tropas sirias se despliegan victoriosas en los últimos reductos terroristas recuperados por Damasco. (HispanTV).

Está claro a estas alturas que la titulada campaña antiterrorista global iniciada por la administración de Goerge W. Bush hace dos décadas atrás, más que victorioso empuje, parece haber marcado el ocaso hegemonista en sus viejas ambiciones de mandamás en Oriente Medio y Asia Central.

La ocupación del Afganistán bajo control Talibán (los hasta entonces ahijados de Washington), la invasión a Iraq en busca de fantasmales “armas” de destrucción masiva, y el derrocamiento de las autoridades Libias, conformaron por momentos un cuadro altamente favorable a la estrategia oficial norteamericana  de desdibujar a su favor una zona de elevada trascendencia geopolítica para Washington  en su intento de poner bridas a Rusia y China, a los que identifica como sus dos grandes y decisivos rivales.

Llegaría después el turno de defenestrar a Siria, caracterizada por una política antimperialista y solidaria de alto vuelo a escala regional. En pocas palabras, la culminación del “reordenamiento” que, entre otras cosas “buenas”, daría al sionismo plena preponderancia en aquellos patios como agente Made in USA y desharía, mediante el incentivo al localismo y el fundamentalismo confesional, toda posible resistencia futura entre los pisoteados.

Solo que, evidentemente, una cosa piensa el agresor y otra el agredido, y al cabo de once años de matanzas y destrucción provocadas por las apetencias hegemónicas, Siria se ubica a pocos metros de una victoria total con el firme apoyo de una coalición de la resistencia donde, junto a sus fuerzas armadas y milicias populares, se integran decisivamente Rusia, Irán y el Hizbolá libanés, devenidos, a contrapelo de los polos agresivos, en factores regionales claves que seguramente no cederán jamás en el espacio trepado.

Un triunfo a la mano que casi ha reducido a polvo la acción de  los grupos terroristas y separatistas alentados por la primera potencia capitalista, sus tradicionales peones, y elementos oportunistas que intentan pescar en aguas revueltas.

Así, mientras numerosas bandas de pretendidos rebeldes han depuesto las armas en los últimos escenarios de enfrentamiento, Damasco volvió a solicitar ante la ONU el retiro de las fuerzas norteamericas y turcas que insisten en mantenerse en puntos del suelo nacional, al tiempo que refuerza sus contingentes militares en las Alturas del Golán usurpadas por Israel desde la séptima década del pasado siglo, como expresión de que la liberación de todo el país no es precisamente una frase para rótulos impresos ni proclama sin contenido.

Y con ese propósito, y en una batalla de altos vuelos geoestratégicos para todos los comprometidos, tanto Rusia como Irán y el Hízbola libanés aprestan sus recursos y estrechan su solidaridad de manera de dar término irrefutable a una devastadora agresión externa que supera una década.

De hecho, la combinación de ataques aéreos, terrestres y misilísticos de las fuerzas que defienden la integridad siria ha demolido a las bandas terroristas y a las entidades secesionistas surgidas al calor de la injerecia extranjera, y ahora se acerca el momento de definir las cosas con los propios contingentes estadounidenses y de Ankara ilegalmente desplegados en el país y dedicados al tráfico de petróleo y otros insumos literalmente robados a Siria.

Israel ya se vio obligado a detener o al menos espaciar en grado sumo sus otrora ataques con misiles a posiciones y poblados sirios, luego que las defensas aeroespaciales rusas y la aviación de Damasco anularon la efectividad de tales artilugios de muerte.

Por demás, Moscú ha elevado el número  de baterías reactivas antiaéreas Pantsir-S1 y misiles cruceros Kalibr desplegados en apoyo a Siria, y sumado nuevos superbombarderos Tu-22m3 a sus aviones de combate en ese país, de manera de realizar con éxito operaciones contundentes que disuadan a las tropas extranjeras a dejar atrás definitivamente las fronteras sirias.

De manera que, al decir de numerosos analistas, estaríamos tal vez en presencia de los últimos tiempos de guerra injerencista y terrorista en Siria, y sí, de un reordenamiento de fuerzas en Oriente Medio y Asia Central, pero no precisamente a la medida de lo que Washington y sus aliados proyectaron en los “felices días” de la “guerra global antiterrorista”, a la cual los “oportunos” atentados extremistas del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos sirvieron de estelar pretexto.

Y es que cerrado el capítulo sirio, no será la Casa Blanca precisamente el eje clave en Eurasia, toda vez que los reales pivotes estarán a cuenta  del bloque Rusia e Irán y la redoblada y acelerada influencia de China, por lo que multilateralismo sentará reales crecientes frente a un hegemonismo en ripios.

Y habrá que ver si todavía del otro lado, el de los poderes imperiales en baja, todavía quedará capacidad de mover siquiera una uña para revertir lo que viene.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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