Tal como se preveía, Colombia irá a una segunda vuelta en las elecciones presidenciales con dos candidatos de posiciones antagónicas respecto al actual diálogo de paz con las fuerzas guerrilleras que operan en esa nación: Óscar Iván Zuluaga, ultraderechista del movimiento uribista Cambio Democrático, y el actual mandatario José Manuel Santos, (Partido de la U, Liberal y Cambio Radical), quien busca la reelección y propició las actuales negociaciones con las más antiguas fuerzas guerrilleras de América Latina, con 50 años de lucha en lo profundo del país.
Este primer lance entre cinco candidatos dejó a Zuluaga –que califica a los guerrilleros de criminales- en el primer lugar con un 29,62 por ciento y a Santos en el segundo con 25,68 por ciento. El llamado “hombre de Uribe” (Álvaro) está envuelto en un escándalo de espionaje del proceso de paz que ocurre en La Habana desde hace 18 meses. En un video autentificado aparece el postulado de la ultraderecha con el detenido hacker Andrés Sevúlpeda, quien penetró en las redes de las negociaciones. Aun así, logró la votación superior en aquellas ciudades donde no existe la violencia de la guerra, como Bogotá, la capital.
El triunfador se dirigió a sus seguidores en la noche de este domingo, "El próximo 15 de junio, decidiremos si queremos más de lo mismo o si queremos cambiar a Colombia. Si queremos continuar con un país más inseguro o si queremos un país más seguro como lo tuvimos entre 2002 y 2010", (cuando Uribe fue presidente), afirmó Zuluaga, quien añadió que ningún gobierno debe ser dirigido por la guerrilla desde La Habana, en absoluto irrespeto al actual Mandatario.
Al dirigirse a sus votantes, Santos calificó de “vitales” las próximas tres semanas de campaña. .“Lo que ha quedado claro, dijo, es que en ese tiempo los colombianos tendrán dos opciones: los que quieren fin a la guerra o quieren una guerra sin fin, y vamos a triunfar con la paz, ese es nuestro norte, hoy comienza la campaña de la esperanza, de la confianza del trabajo por la opción exclusiva de la paz”.
Hubo varias sorpresas en esta liza. La primera fue el 60 por ciento de abstención de los eventuales votantes, un seis por ciento en blanco y los votos nulos, lo cual demuestra, entre otros fallos del sistema, la falta de credibilidad de la población en los políticos colombianos. La ciudadanía perdió la oportunidad de escribir la futura historia de su país. A esta acción comicial fueron convocadas más de 32 millones de personas.
La disputa será, según analistas, por captar a quienes no asistieron a las urnas, aun cuando ello signifique para Zuluaga, por ejemplo, alejarse de su lenguaje ultraderechista y acercarse más al centro. De hecho, ya habla de educación, aumento de pensiones y otras medidas que favorecerán a algunos sectores sociales.
Santos tendrá que dar una vuelta a su campaña electoral, que muchos califican de débil, al dejar fuera algunos departamentos y ciudades donde existe tranquilidad, pues están alejados de los teatros de operaciones militares del Ejército y la guerrilla, a la que están incorporados millares de personas.
Estas tres semanas también serán, de una parte, la de fomento de alianzas con los partidos de los otros candidatos perdedores: Enrique Peñalosa, por la Alianza Verde, Clara López, del izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA) y la Unión Patriótica (UP), y Marta Lucía Ramírez, del Partido Conservador (PC).
A pocas horas de conocerse los resultados, Santos los invitó a que "se unan a la cruzada por la paz; porque ustedes han hecho propuestas importantes, que podríamos concretar en los próximos cuatro años".
El Mandatario refirió que “Los colombianos tendrán dos opciones: los que quieren fin a la guerra o quieren una guerra sin fin, y vamos a triunfar con la paz, ese es nuestro norte, hoy comienza la campaña de la esperanza, de la confianza del trabajo por la paz frente a la opción exclusiva de la paz”.
En La Habana ya se han suscrito tres de los cinco acuerdo que plantean las conversaciones entre los representantes de las dos fuerzas políticas y existe la esperanza de que este año concluyera de manera definitiva la contienda bélica interna.
Clara López y Marta Lucía Ramírez obtuvieron cada una un 15 por ciento de los votos –unas dos millones de personas- y Peñalosa poco más de un siete por ciento. López avisó anoche que en los próximos días habrá una reunión de su partido para determinar cuál será su posición ante la segunda vuelta.
Aunque el Jefe de Estado afirmó que “habrá debates de ideas” con Zuluaga, varios analistas coinciden en que esa no será la tónica, dados los escándalos, acusaciones mutuas y acciones de corrupción detectados en la primera parte de la campaña, incluida la develación del video que compromete al ultraderechista, el político que, de ganar, echará por la borda el proceso de paz.
El futuro de Colombia es preocupante. En esa nación suramericana se está jugando la paz interna, pero también la de las naciones fronterizas donde haya gobiernos progresistas o de izquierda en América Latina. Si el candidato de Uribe se hace del Palacio de Nariño, con certeza retornará la política exterior agresiva de Uribe, quien le hizo la guerra al presidente venezolano Hugo Chávez, y que ahora mueve los hilos de la violencia derechista en el país fronterizo introduciendo paramilitares bajo su mando. Este individuo es el líder de la derecha en América Latina y recibió, meses atrás, al entonces líder de la derecha y enemigo de Chávez, el excandidato presidencial y gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonsky.
El ambiente político estará caldeado hasta el 15 de junio. A la tensión del momento se une que el miércoles 28 concluye la tregua unilateral de paz anunciada en La Habana por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo y el Ejército de Liberación Nacional, lo cual propició la tranquilidad ciudadana para el proceso de votación.
Autoridades de las fuerzas encargadas del orden reconocieron que hubo 92 por ciento menos de incidentes en estos comicios, los más pacíficos de la historia colombiana, gracias a la postura de las entidades guerrilleras.
Esta semana se sabrá, entonces, cómo quedarán las alianzas entre los partidos políticos, la reestructuración de la campaña de Santos, y la continuación de las conversaciones en la capital cubana.
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