Los negociadores de Rusia y Ucrania han confirmado este domingo el comienzo a principios de la semana que viene de una nueva ronda de negociaciones de paz presenciales para poner fin al conflicto desatado del país el pasado 24 de febrero.
Ambas partes, sin embargo, han dado información diferente sobre la celebración exacta de las mismas.
El jefe de la delegación rusa, Vladimir Medinski, ha ratificado que el encuentro tendrá lugar a partir del martes 29 hasta el miércoles 30 de marzo, según ha hecho saber en su canal de mensajería de la plataforma Telegram.
Mientras, el negociador ucraniano David Arajamia ha indicado que las conversaciones comenzarán mañana lunes e incluso especifica Turquía como sede del encuentro, según ha hecho saber en Facebook.
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Las negociaciones siguen en un momento difícil. Este viernes, Rusia expresó su pesimismo sobre la evolución de unas conversaciones ahora mismo prácticamente estancadas, a su entender, por la negativa ucraniana a aceptar un tratado integral traducida en los constantes intentos de Kiev de dilatar las reuniones.
A ello hay que añadir que Ucrania en modo alguno se ha mostrado dispuesta a negociar el estatus de Crimea o el Donbás, territorios controlados por Rusia y ocupados según Kiev, y tampoco parecen arrojar progresos las negociaciones sobre un posible desarme parcial del Ejército ucraniano, o sobre la renuncia de las aspiraciones de Ucrania a su incorporación a la OTAN, como exige Moscú.
Medinski ha reiterado que Rusia pide garantías de seguridad, desmilitarización y desnazificación de Ucrania, así como el reconocimiento de Crimea y las regiones separatistas del Donbás, en el este del país. "Sin la consideración de estos aspectos", ha añadido, "la conclusión de un acuerdo es poco probable".
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En su lugar, Rusia observa que Ucrania está principalmente preocupada por obtener garantías de seguridad de terceras potencias en caso de que Ucrania no se una a la OTAN, lo que describió como una posición completamente comprensible.
Sin embargo, el negociador ha explicado que precisamente por estas negociaciones, los ucranianos no tienen prisa porque creen que el tiempo corre a su favor. Si bien ambas partes parecen estar acercándose en temas secundarios, ha concluido, en lo que se refiere a las cuestiones políticas principales, no estamos llegando a ninguna parte.
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