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miércoles, 27 de noviembre de 2024

Puerto Rico y el reclamo por su descolonización

Cuba presentó una vez más un proyecto de resolución sobre el caso colonial de Puerto Rico, en el Comité Especial de Descolonización de la ONU...

Marta María González Sojo en Bohemia 21/06/2014
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Puerto Rico y el reclamo por su descolonización
El colonialismo es esclavitud. Puerto Rico libre.

Una vez más el caso de Puerto Rico se encuentra en el temario de los acontecimientos mundiales. En este junio se reúne el Comité Especial de Descolonización de la ONU, donde Cuba una vez más presentó un proyecto de resolución sobre el caso colonial de la isla vecina. Es imposible eludir un asunto que debe tenerse en cuenta por dignidad, y que representa un compromiso histórico de los cubanos con el hermano pueblo borinqueño, al cual nos unen fuertes lazos recogidos en la historia de lucha de ambas naciones. Al igual que los nexos que nos conectan con sus patriotas, que a lo largo de siglos han dado ejemplo en el combate por la autodeterminación e independencia.

Recordemos que van a cumplirse 146 años del Grito de Lares, el cual inició en esa hermana nación la gesta independentista en contra del colonialismo español. Pero, paradójicamente, aún se mantiene sometida, desde hace 115 años, al dominio colonial estadounidense. Aunque a pesar del largo tiempo en que el “norte revuelto y brutal” ha tratado de asimilarla, el empeño imperial no ha sido suficiente para arrebatar a ese pueblo su cultura, su identidad y sus sentimientos nacionales.

El proyecto a discusión incluye entre sus componentes primordiales exhortar una vez más al Gobierno de los Estados Unidos a asumir su responsabilidad de propiciar un proceso que permita que los puertorriqueños puedan realizar íntegramente su derecho individual a la autodeterminación, la independencia y la toma de decisiones, de manera soberana, para atender sus graves problemas económicos y sociales. A su vez, solicita a la Asamblea General de la ONU que mantenga bajo examen continuo, de manera amplia y en todos sus aspectos la cuestión boricua.

El Comité de Descolonización ha aprobado 32 resoluciones que reconocen el derecho de Puerto Rico a su libre determinación. Después de tantos dictámenes es obvio que Estados Unidos no está interesado en hacerlo. Hipócritamente aplauden cuando en otros países realizan un proceso de descolonización, por lo regular en territorios de ultramar, pero vetan hacerlo en sus posesiones.

De hecho, se sabe que el colonialismo es un mecanismo obsoleto en el siglo XXI, incluso debía haber desaparecido desde la pasada centuria. Las naciones latinoamericanas sienten que ya es hora de decir basta. Precisamente en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada en La Habana meses atrás, hubo acuerdos que sientan progresos en la reflexión del conflicto colonial de Puerto Rico.

Adicionalmente, los miembros de la Celac se comprometieron a seguir trabajando en el marco del Derecho Internacional y en particular de la Resolución 1514 de la Asamblea General de Naciones Unidas, para obtener que nuestra región sea un territorio libre del colonialismo.

Es importante que se conozca que en el orbe quedan aún 16 territorios bajo la fuerza de alguna metrópolis. Mejor dicho, para ajustarnos a la estricta realidad, hay 17. Evitan incluir a Puerto Rico en esa lista, porque eso sería para el Imperio reconocer que aún conserva esa rémora del pasado.

Para enmascarar la realidad lo presentan como un Estado Libre Asociado (ELA), con derecho a Gobierno propio, pero dependiente de la Constitución y el Congreso estadounidenses. Los habitantes de la isla poseen desde 1917 la ciudadanía norteamericana y en 1948 se aprobó una ley que les permitió elegir a su primer gobernador.

Razón tiene una comentarista boricua al aseverar que tan ilegal es la ocupación de Las Malvinas por Gran Bretaña como la ocupación de Puerto Rico por Estados Unidos. Las dos son producto de políticas imperialistas que no confieren título ni derecho alguno a los imperios, que, en violación de la soberanía de las naciones, ocupan e intentan anexarse territorios por la fuerza y la violencia.

El problema es complejo para el pueblo boricua, pero aún persisten sueños hermosos. Los independentistas mantienen y propugnan los sentimientos de libertad que enarbolaron Betances, Hostos y otros muchos próceres, y los mejores en ese pueblo conservan viva la esperanza de que su bandera ondee sin otra junto a ella. La puerta no está cerrada y Cuba siempre estará de su lado.


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Marta María González Sojo


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