viernes, 27 de septiembre de 2024

Puerto Rico pregunta de nuevo por su futuro

Anuncia gobernadora Wanda Vázquez referendo en próximo noviembre...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 23/05/2020
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Gobernadora-Wanda Vázquez-referendo
La gobernadora Wanda Vázquez, en medio de la COVID-19 convocó a referendo, cuyo resultado, según se prevé, favorecerá el anexionismo a la Unión. (GFR Media).

El próximo 3 de noviembre, por sexta ocasión, Puerto Rico irá a las urnas en un referendo no vinculante para decidir si quiere convertirse en el Estado 51 de Estados Unidos (EE. UU.), con el propósito de reconocimiento para mejorar, según sus promotores, sus condiciones económicas, pues la isla vive desde hace años en constante crisis.

Puerto Rico fue uno de los territorios de América Latina invadidos por la Corona de España. Luego, el Reino Unido intentó adueñársela, hasta que el codicioso EE. UU. se apoderó del territorio tras intervenir en la guerra con la península.

La isla caribeña, devenida un Estado Libre Asociado (ELA), carece, sin embargo, de los derechos que el gobierno federal norteamericano brinda a sus restantes Estados y a sus ciudadanos. Los boricuas carecen de derecho al voto en EE. UU., solo concedido si residen allí en estado permanente, ganan menos que los norteamericanos en iguales puestos laborales, no reciben dinero federal, y son considerados por sus empleadores y vecinos ciudadanos de tercera clase. Además, en caso de una guerra de EE.UU, ellos pueden participar de forma voluntaria o ser reclutados sin derecho a oponerse.

Ese sentimiento de exclusión, aunque no parece compartirlo la mayoría, según indican los referendos, mantiene encendido en muchos políticos independentistas la esperanza de la libertad absoluta del imperio norteño.

DISCRIMINACIÓN

El ELA no recibió el dinero que la Casa Blanca debió entregarle —si se hubiese tratado de uno de sus 50 restantes Estados— para la reconstrucción de la isla luego del paso de dos grandes huracanes que dejaron a la mayoría del pueblo pobre de la ínsula en penuria, y tampoco lo ayudó a pagar su deuda externa, una prerrogativa estadual. A todos los efectos, el ELA es un territorio fantasma.

Ante el desastre económico, Washington creó una junta federal que está encargada de manejar las finanzas del territorio, con lo que apretó aún más la cuerda al ELA, endeudado, con un 14 % de desempleo y miles de personas sin vivienda y en carácter de pobreza, luego que también dos sismos remecieran la ínsula este año.

Sin embargo, en opinión del politólogo dominicano Nils Castro: “Obviamente, la situación es un desastre, pero el problema no es meteorológico. Estos dos huracanes cruzaron Borinquen al cabo de 10 años de una creciente crisis económica y un deterioro físico de los cuales los puertorriqueños no son responsables. Son víctimas —aseguró— de una bochornosa incapacidad del régimen imperante para atender el problema y concretarle soluciones. El actual estatus político de la isla es ineficaz e insostenible.

La presencia de la pandemia de la COVID-19 en tierra boriqueña es otra tragedia que deben enfrentar sin ayuda de la Casa Blanca, mientras cada día crecen los contagiados y fallecidos.

Entonces, qué es Puerto Rico y su pueblo para los líderes del gobierno republicano de Donald Trump. Más allá de su posición estratégica en el Caribe, que es privilegiada, los puertorriqueños, en su mayoría negros y mestizos, son utilizados como fuerza de trabajo mal pagada con relación con lo que reciben sus similares norteamericanos.

Para los boricuas, y muchos latinoamericanos, resultó difícil asimilar la actitud de Trump que, ante un territorio en ruinas por el paso de dos ciclones consecutivos, tiró rollos de papel sanitario a quienes solicitaban ayuda para la recuperación.

Ahora, la gobernadora Wanda Vázquez, del Partido Nuevo Progresista, en medio de la desilusión de la gente que sufre el azote de la COVID-19 sin respaldo sanitario, convocó a referendo, cuyo resultado, según se prevé, favorecerá el anexionismo a la Unión.

Por primera vez la consulta hará una sola pregunta, simple, el día de las elecciones: “¿Debe Puerto Rico ser admitido inmediatamente dentro de la Unión como un Estado?”.

Para algunos analistas, como el argentino Hugo Báez, la gobernadora está valiéndose de una distracción política para sofocar las protestas en su contra por presuntos actos de corrupción. Una reciente reprobación puso en las calles a cientos de personas a pesar de la cuarentena por la COVID-19.

El periodista de TeleSur Luis de Jesús Reyes informó en su cuenta en Twitter que los manifestantes exigieron a Vázquez las pruebas de pesquisaje contra el coronavirus, en tanto vuelven los cacerolazos por el manejo financiero de la pandemia, con compras al parecer realizadas con sobreprecio.

El diario El Nuevo Día informó que el contrato de 38 millones de dólares entre la empresa Apex General Contractors y el Negociado para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (NMEAD), para la adquisición de un millón de pruebas rápidas de COVID-19, fue firmado por algunas de las partes antes de que recibiera el visto bueno del Departamento de Salud.

También la senadora Rossana López León denunció el pasado miércoles que la gobernadora otorgó un contrato por 2,2 millones de dólares para adquirir respiradores también a sobreprecio— a una empresa que opera una tienda en el sector de Villa Palmeras en Santurce.

López León precisó: “Indignados tenemos que denunciar esta nueva maniobra del actual gobierno de realizar contrataciones altamente cuestionables con fondos públicos en medio de la pandemia”, afirmó la legisladora.

¿RESPETARÁ EE. UU. VOTACIÓN DE LOS BORICUAS?

La respuesta del referendo requiere la aprobación del Congreso estadounidense, y aunque lo fuera, resultaría muy difícil que Trump se anexe un nuevo Estado pobre, endeudado y prácticamente en ruinas.

Otras cinco consultas previas no causaron ninguna reacción por parte de los congresistas, y ahora lo harán menos, ya que existe en la isla una tendencia de respaldo al Partido Demócrata.

La última consulta popular fue en 2017, cuando el 97 % de los electores votó a favor de convertirse en el 51 Estado, pero la participación fue de solo el 23 %, una afluencia muy por debajo de otros actos similares.

El politólogo Cairo Amador argumenta que Puerto Rico cuenta con 3,6 millones de habitantes en su territorio, pues más de un millón emigró a EE. UU. en los últimos meses en busca de empleo para enviar remesas de dinero a los familiares que dejaron atrás.

Aunque ha crecido más, la población de hispanos de origen puertorriqueño se incrementó en EE. UU. en un 65 %, creciendo de 3,4 millones en el año 2000 a 6,6 millones en el 2019, según análisis publicado por el Pew Research Center.

Amador considera que la crisis económica que atraviesa el ELA está vinculada de manera directa a la de EE. UU., ahora acrecentada por la pandemia, que obligó al cierre de todo tipo de producciones y negocios.

El decano de la facultad de Ciencias Jurídicas del American College, Ricardo de León, afirmó que “Puerto Rico no tiene tierras que explotar para su agricultura y su economía depende mayoritariamente de la inversión extranjera en el turismo, en su mayoría procedente de la gigantesca nación norteña”.

En ese sentido, lo que algunos consideran una relativa estabilidad impide que Puerto Rico sea un país independiente, a pesar de que se les ha preguntado cinco veces y repitan en noviembre, apuntó De León.

Si votan por la estatidad puede que en algún momento el Congreso de EE. UU. tome en consideración el próximo referendo. Mientras, a pesar del optimismo de la gobernadora, seguirá como un ELA.

El paso a un Estado más de la Unión otorgaría a Puerto Rico dos senadores y cinco representantes, una débil presencia en el Congreso estadounidense. Ahora tienen en ese foro un diputado, pero sin posibilidad de voto, o sea, un invitado de piedra.

Roberto Prats, exsenador del opositor Partido Popular Democrático, que apoya la situación actual, dijo en una entrevista telefónica a la cadena británica BBC que en noviembre “repetiremos un ejercicio inútil”.

Puerto Rico es considerado hoy en día como una de las colonias más antiguas del mundo. En el 2012, el llamado Comité de Descolonización de las Naciones Unidas permitió que se ratificara que los puertorriqueños tenían el derecho de ser independientes. Cada año se repite la historia, pero cae en saco roto, pues no es vinculante. El texto es presentado por Cuba.

La realidad es que la colonia caribeña ni es Estado, ni es libre, ni es asociado; sino un ejemplo de los tiempos de sumisión y genuflexión que padece gran parte de América Latina.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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