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miércoles, 2 de octubre de 2024

Perú, una nación en crisis

A menos de un mes de elecciones generales, el país se debate en una marea de problemas internos...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 19/03/2021
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Candidata progresista-Verónika Mendoza
La candidata progresista Verónika Mendoza es una de las favoritas para las presidenciales y convocará, si gana, a redactar una nueva Constitución. (El Comercio)

La situación interna de Perú reclama la reestructuración política del país para poder sortear los problemas de diverso tipo que aquejan a su población, pero queda la duda de que si el futuro ganador(a) de las elecciones presidenciales del próximo mes podrá con el pasado fardo que deja un Estado fallido.

A menos de un mes de los comicios donde se elegirán, además del primer dignatario y su vice, ese día también, a los 120 diputados del unicameral Congreso Nacional, el panorama político previo es desalentador.

Desde candidatos conocidos por presunta corrupción, como Martín Vizcarra, Keiko Fujimori y Ollanta Humala; hasta la paralización del transporte de carga en huelga generalizada, y un 37 % de la ciudadanía poco interesada en los futuros líderes políticos forman el entorno comicial.

No hay arreglo hasta ahora con los transportistas, que mantienen cerradas importantes vías en diferentes partes de la nación andina, como Cajamarca, Puno, Cusco e Ica. La protesta, que ya dura semanas, es el resultado del alza del precio del combustible (55 %), entre otras inquietudes de los trabajadores del sector.

Aunque hubo paros parciales, desde el pasado día 15 los camioneros de carga pesada iniciaron el paro que finalizará —dijeron en un comunicado— cuando se elimine el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) aplicado al diésel, la reducción del precio de este combustible, de los costos y la suspensión de los peajes Morrope (Chiclayo) y Bayóvar (Piura), aplicación de una amnistía general a las multas, entre otros.

De acuerdo con conductores, se habrían agotado las vías administrativas y de diálogo con el gobierno interino de Francisco Sagasti, el tercer presidente de ese país en un año.

Por su parte, la nueva tarifa conlleva la paralización de la deteriorada economía local, afirman los huelguistas, que exigen acciones también del Congreso y autoridades regionales, debido al probable desabastecimiento de los mercados.

PROBLEMAS DE CANDIDATOS

La Plataforma Electoral del Jurado Nacional de Elecciones informó que hay 17 candidatos inscritos para disputar la presidencia de Perú, algunos conocidos de los sufragistas, que en un 3 7% declararon a encuestadores que todavía ignoran a quién van a entregar el voto.

Los postulados son: Keiko Fujimori – Fuerza Popular, Julio Guzmán – Partido Morado, Verónika Mendoza – Juntos por el Perú, Rafael López Aliaga – Renovación Popular Ciro Gálvez – Renacimiento Unido Nacional-Runa, Rafael Santos – Perú Patria Segura, Alberto Beingolea – Partido Popular Cristiano, Daniel Salaverry – Somos Perú, Pedro Castillo – Partido Perú Libre, Marco Arana – Frente Amplio, Yonhy Lescano – Acción Popular, Ollanta Humala – Partido Nacionalista, Andrés Alcántara –Democracia Directa, César Acuña – Alianza para el Progreso, Hernando de Soto – Avanza País, José Vega Antonio – UPP, Daniel Urresti – Podemos.

A pesar del alto número de candidatos por un variopinto número de partidos —en extremos de la ultraderecha al izquierdismo— son pocos los que tienen condiciones para pasar a una segunda vuelta electoral, ya que, indican analistas, el panorama se presenta complicado, en medio de una pandemia de COVID-19, que en esa nación causó 49 523 fallecidos y 1 435 598 de infectados.

La vacunación, según el Ministerio de Salud, avanza con lentitud debido a las características del comportamiento de la enfermedad.

Hasta ahora, según politólogos, los candidatos de Acción Popular (AP), el autoproclamado nacionalista Yonhy Lescano y de la coalición progresista Juntos por el Perú (JP) Verónika Mendoza, son los más destacados y poseen el apoyo del 11,3 % y el 8,9 % del electorado, respectivamente.

La analista Patricia Zárate señaló que ambos se perfilan como fuertes contendientes, gracias a su arraigo dentro de un electorado interesado en la política y por su convocatoria en la zona sur del país, más consciente.

Zárate reveló que los dos crecen en intención de voto con respecto a sus resultados del pasado mes, y desplazaron al tercer lugar a un aspirante neoliberal, el exfutbolista George Forsyth, que durante meses encabezó los sondeos. El exalcalde del distrito La Victoria (en Lima) y representante del partido Victoria Nacional (de centro-derecha, según medios locales), bajó de 13,3 a 8,1 puntos porcentuales.

Detrás de Forsyth se ubicaron otra postulante neoliberal, Keiko Fujimori (con registro de 8,1 %) y el también conservador Rafael López Aliaga (7,6 puntos porcentuales).

Lo más probable es que ninguno de esos aspirantes logre el 50 % más uno de los sufragios, por lo que se espera una segunda vuelta entre los dos más votados.

Otros candidatos bien conocidos por el electorado salieron con mal pie en estos comicios. El expresidente Martín Vizcarra, a quien sacó del cargo el Congreso Nacional en una maniobra fulminante, fue condenado este jueves a 18 meses de prisión preventiva por presuntos sobornos que habría recibido de las empresas Obrainsa e ICCGSA, cuando era gobernador regional de Moquegua (2011-2014). El requerimiento fue realizado por el Ministerio Público la semana pasada.

Vizcarra también está envuelto en un caso de corrupción que saltó a los medios de comunicación en febrero pasado, cuando se reveló que, siendo aún presidente se vacunó contra la COVID-19 junto a casi 500 funcionarios de alto nivel y sus familiares y amigos. La irregularidad del proceso solo se conoció este 2021.

Otra conocida postulada —por tercera vez— es la derechista Fujimori, cuyo padre Alberto, encarcelado por crímenes de lesa humanidad, lucha por ser trasladado a su hogar. La Fujimori está acusada de los presuntos delitos de lavado de activos y organización criminal en el caso brasileño Lava Jato (Lavado de coches) y el fiscal José Domingo Pérez, quien culminó las investigaciones preparatorias, solicitó 30 años y 10 meses de prisión contra la líder de Fuerza Popular. El Fiscal también pidió 22 años y ocho meses de cárcel para su esposo, Mark Vito Villanella.

Otro acusado de corrupto es el expresidente Ollanta Humala, quien quiere probar suerte de nuevo en las urnas, pero que no clasifica siquiera para una segunda ronda.

Perú es un país de políticos corruptos y la población lo sabe. Aprovechan cualquier resquicio para obtener dinero público. Los aspirantes a la Presidencia acumulan 153 denuncias penales.

Además de un mal manejo de la pandemia, varios funcionarios del actual régimen provisional de Sagasti son también indicados como delincuentes cuando compraron insumos y algunos equipos para tratar a los enfermos de coronavirus, en medio del desastre de un colapsado sistema de salud.

Respecto al Congreso, ocupan los primeros lugares para ocupar los escaños los partidos Acción Popular, Somos Perú, y Morado, lo que indica que se formará un órgano legislativo aún más fragmentado que el actual.

El futuro de Perú, a no ser que incluso el 37 % de quienes no desean votar lo hagan, no se transformará de un día para otro porque a la oligarquía criolla, apoyada por Estados Unidos, no le conviene un cambio de sistema político.

Las condiciones del neoliberalismo peruano fomentaron graves problemas al país, evidenciados por la corrupción en siete mandatos presidenciales consecutivos. Estas condiciones no han sido cambiadas esencialmente.

Sin embargo, las protestas populares del año pasado —cuando el Congreso arremetió contra Vizcarra y ocupó su lugar el presidente de ese órgano, el desprestigiado Manuel Merino— fueron tan continuas y poderosas que el legislador fue sustituido en menos de 72 horas, dando paso a Sagasti.

La esperanza de transformaciones en Perú está en manos de la juventud más que de cualquier otro sector.

El periodista local Héctor Peziola escribía en su blog: “…parece que el pueblo peruano está atontado por el neoliberalismo, al igual que la izquierda. Sin embargo, puede ser solo una sensación, pues cuando hay que demostrar nuestra fuerza, la gente sale a la calle y no retorna a sus casas hasta que consiguen lo que desean. Lo demostraron en noviembre del año pasado y lo harán cuando sea necesario”, precisó.

Así de complejas están las circunstancias en Perú. Pero todavía quedan unos cuantos días para lograr una mejor definición de cómo la población se expresará en las urnas, si es que asiste en busca de un gobierno mejor.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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