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martes, 8 de octubre de 2024

Oscuridad para Brasil en primer año de gobierno de Bolsonaro (II parte, final)

La liberación de Lula da Silva y acusaciones en su contra golpean al presidente...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 23/12/2019
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Jair Bolsonaro-Diputado de extrema derecha-Brasil
Bolsonaro afirmó su disposición de utilizar un instrumento de tortura usado durante el régimen autoritario si descubre que alguno de sus ministros incurra en un delito de corrupción. (AFP).

Graduado de la Escuela de Educación Física del Ejército (1983), Escuela Militar de las Agujas Negras, y de la Escuela de Perfeccionamiento de Oficiales, Bolsonaro —que añadió a su nombre Jair el de Messías, luego de ser bautizado en el río Jordán— tiene dos hijos que no pueden esconder sus ambiciones y deseos de retornar a un sistema militar.

Los descendientes del primer matrimonio del mandatario fueron criados, según se evidencia, en la admiración hacia el oscuro período dictatorial.

Bolsonaro afirmó este mes su disposición de utilizar un instrumento de tortura usado durante el régimen autoritario si descubre que alguno de sus ministros incurra en un delito de corrupción.

Sus declaraciones fueron hechas en Palma, Estado norteño de Tocantins, al referirse a la técnica de martirio —él ha dicho antes que prefería matar que brindar martirio a los presos políticos— ante un auditorio insólito cuando mencionó el término “pau de arara” o “palo de guacamayo”. Este método consiste en colocar al prisionero colgado de un palo, atado de pies y manos, al que se golpea de manera indiscriminada.

Actualmente, hay una investigación en curso contra el ministro de Turismo, Marcelo Álvaro Antonio, acusado formalmente de fraude electoral por la Fiscalía, aunque Bolsonaro le mantiene en el cargo y sus palabras fueron interpretadas por analistas como su pública admiración por la tiranía militar.

Otro Bolsonaro que también es un admirador de la dictadura es su hijo Eduardo. Este joven de 35 años, abogado, diputado federal desde el 2015, se vio obligado a pedir perdón ante las críticas que se dispararon incluso desde la derecha por inclinarse a favor de un regreso a los métodos de los llamados “años del plomo”.

“Si la izquierda se radicaliza en Brasil, tal como está haciendo en Chile, el gobierno tendrá que reimplantar el Acto Institucional Número 5 (AL-5)”, dijo.

Ese documento daba poderes extraordinarios al presidente de la República y suspendía varias garantías constitucionales durante el período más represivo de los uniformados (1964-1985).

También el ministro de Economía, Paulo Guedes, 60 años, defendió la postura del joven Bolsonaro durante una visita a Washington para participar en la reunión del grupo BRICS. Guedes, quien trabajó como funcionario del régimen del traidor Augusto Pinochet en Chile, hacía alusión al llamado del expresidente Luis Ignacio Lula da Silva de que la lucha había que llevarla a las calles.

No se asusten, dijo el titular, si alguien pide por ahí el retorno del AL-5, lo que encendió la luz roja de organizaciones políticas opositoras, pues sus palabras indican que con seguridad ya el tema ha sido tratado en algunos medios gubernamentales.

En otro de los graves asuntos que el mandatario enfrentó este año está su presunta relación en el caso del asesinato en las calles de Río de Janeiro de una de las líderes políticas más populares de ese sureño Estado.

Tanto Jair como su hijo Flavio, 38 años, abogado y senador federal, aparecen vinculados al crimen de la concejala estadual Marielle Franco en 2018, en una calle carioca, según denunció el Jornal Nacional de la Televisión O Globo, basado en una filtración de la investigación.

El espacio de la cadena televisiva, uno de los más seguidos por la ciudadanía, sostuvo que uno de los sospechosos del atentado contra la defensora de los derechos civiles en el Estado fluminense visitó la residencia del entonces diputado y precandidato presidencial.

La fuente periodística dijo que la información fue brindada por el portero del condominio, negada por Bolsonaro en medio de una crisis de histeria vista en un video de 24 minutos y de acusar a O Globo de hacerle la vida imposible.

El empleado afirmó igualmente que siguió por cámara el vehículo del visitante, que se dirigió a la residencia del expolicía Ronnie Lessa, acusado de manera formal de ser el autor de los disparos que mataron a Franco y a su chofer Anderson Gomes.

Aunque ninguna instancia judicial asegura que los Bolsonaro dieran la orden de matar a la concejala de izquierda, las ideas políticas de esta familia coinciden con las de los asesinos, miembros de una milicia paramilitar que opera en Río de Janeiro contra dirigentes de izquierda.

Se comprobó que Lessa, un ex policía militar, y el conductor del vehículo de donde salieron los 13 disparos, Elcio Viera de Queiroz, expulsado de la corporación policiaca, sentían “odio hacia los políticos de izquierda”, según el comisario Giniton Lages.

Una de las coincidencias de este caso es que Lessa tiene una casa en el mismo lujosísimo condominio que Bolsonaro antes de que se mudara a Brasilia. Ambos aparecen fotografiados en un escenario desenfadado en el antiguo hogar del mandatario.

Una hija del asesino confeso fue novia de Flavio, por demás el único diputado de la Asamblea Legislativa fluminense que se negó a condecorar a título póstumo a Franco con la medalla Tiradentes, máximo honor de la institución.

Un tercer sospechoso, el excapitán de la Policía Federal, Adriano Magalhaes, está prófugo y está indicado como el autor intelectual del atentado.

Magalhaes está relacionado con los Bolsonaro porque su madre y su mujer aparecen registradas como asesoras de la oficina de Flavio cuando era diputado.

Para las autoridades resulta sospechoso que dos expolicías posean propiedades en el barrio de Barra de Tijuca, uno de los sitios residenciales más exclusivos del Estado fluminense.

Este escándalo se suma al que Flavio arrastra por un caso de corrupción que salpica al clan familiar gracias a su exasesor Fabrício Queiroz.

El llamado hijo estrella afirma que es víctima de un plan opositor para enlodar el gobierno de su padre.

Queiroz, de gran confianza para los Bolsonaro, además de relacionarse con las milicias está envuelto en un caso de corrupción por movimientos bancarios sospechosos. Se estima que el exfuncionario situaba dinero de la oficina de Flavio en la Asamblea Legislativa a la cuenta de Michelle, la actual esposa del presidente.

Aunque sin confirmar oficialmente, y con la duda de la corrupción familiar, otra comprometedora acción cayó sobre la parentela presidencial cuando uno de los escoltas de Bolsonaro fue arrestado en el aeropuerto de la ciudad española de Sevilla por transportar drogas en un avión militar brasileño.

Para la Fiscalía es poco probable que el dignatario desconozca los asuntos de su personal de confianza, más en un tema tan delicado como el de los estupefacientes.

MAL GOBERNANTE

Tras varios meses en el Congreso Nacional, la muy cuestionada reforma del sistema de jubilaciones y pensiones fue aprobada en medio de las críticas de los opositores. La reforma crea un nuevo sistema de previsión, basada en la capitalización, y eleva la edad de la jubilación a 65 años para los hombres y 62 las mujeres (eran 60 y 55).

El influyente periódico británico Financial Times, se pregunta si a Bolsonaro “ya se le pasó la hora de hacer las reformas (neoliberales) que Brasil necesita”, pero su evidente freno a otras medidas está determinada, incluso, confesó su ministro de Economía, por el temor a explosiones sociales similares a las de Ecuador, Chile y Colombia.

El desempleo afecta a casi el 13 % de los brasileños, o sea, 27,5 millones de personas y no se vislumbra la apertura de nuevos puestos.

Algunas figuras del sistema financiero dudan que el gobierno apruebe las medidas que prometió, ya que como legislador nunca apoyó ese tipo de cambios, pues él piensa en la imposición y no en el debate en el Congreso. Este año está previsto un mínimo crecimiento del Producto Interno Bruto de apenas el uno por ciento, en tanto se espera mayor prejuicio para la economía dada la política sin rumbo encarada por el Trump tropical.

El régimen brasileño también recibió duras críticas por su política sobre medio ambiente, en especial por los múltiples incendios en el Amazonas. Se quemaron más de 1 000 hectáreas debido a la política de deforestación para extraer madera vendida a las trasnacionales. 

Tampoco Bolsonaro tiene una respuesta sobre el origen del derrame de petróleo que pone en peligro a las 100 localidades costeñas, que observan el deterioro de la flora y la fauna locales.

Ahora decidió crear el partido conservador Alianza por Brasil, luego que comentara que “estaba quemado” Luciano Bivar, presidente del Partido Social Liberal, que lo llevó al poder. La fisura es imposible de ser suturada.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista

Se han publicado 2 comentarios


Ivone
 23/12/19 13:45

O TUDO QUE ESTÁ ESCRITO NO DIA NORTE É MENTIRA, TUDO, SEM DUVIDA, NÃO TEM COMO COMPARAR COM CUBA, OU BRASIL É RICO E DEMOCRATICO, OS ESTRERDA NÍO DERAM CERVEM PARTE NADA, ESTE NÚMERO DE SISTEMA DE CERTIFICADO NÃO É MUNDIAL. INFORMADO, É PESAROSO.

FERNANDO
 2/1/20 18:48

LAMENTÁVEL MESMO O QUE ESTAMOS PASSANDO NO PAÍS, UM PRESIDENTE QUE NÃO TEM NENHUM PLANO DE GOVERNO PARA AS ÁREAS DE EDUCAÇÃO, SAÚDE, ETC....O BRASIL É UM PAÍS RICO DE RECURSOS NATURAIS, PORÉM ESTES ESTÃO NA MÃO DE POUCOS, E AO CONTRÁRIO DE CUBA, O ATUAL GOVERNO QUER TIRAR DO ESTADO A RESPONSABILIDADE DE ÁREAS FUNDAMENTAIS COMO EDUCAÇÃO E SAÚDE. 

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